Uxue Barkos ya es la nueva presidenta de Navarra. No ha habido sorpresas, y la cabeza de lista de Geroa Bai ha logrado en la sesión de investidura contar con los votos de EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra, además de los de su propia coalición, para llegar a los 26 escaños que aseguran la mayoría absoluta en el Parlamento de Navarra. El PSN finalmente se ha abstenido, mientras que UPN y PPN han votado en contra.
Barkos se convierte, de esta forma, en la primera presidenta nacionalista de Navarra, y sustituye al frente del Ejecutivo a Yolanda Barcina (UPN), presente hoy en la Cámara foral, y que ya ha anunciado su decisión de dejar la política y, por tanto, de no presentarse de nuevo a la Presidencia de UPN. Durante la sesión de investidura, Barkos ha hecho hincapié precisamente en los errores cometidos por el anterior gabinete, en clave política al combatir “todo lo vasco”, pero sobre todo en materia social, que ha sido la base del acuerdo programático que ha unido a Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E.
Como medidas más inmediatas de este gobierno, Barkos se ha comprometido a tener preparada tras el verano una reforma fiscal, para que entre en vigor el 1 de enero de 2016, a elaborar en seis meses una nueva reforma de la Renta de Inclusión Social y a plantear medidas ante las 30.000 personas que, según recientes estudios de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), sufren pobreza severa en Navarra. También ha apostado por reeditar la comisión de investigación sobre lo ocurrido en Caja Navarra y en velar por que Osasuna cumpla con sus obligaciones con Hacienda.
Barkos, por otro lado, también ha defendido el modelo de gobierno planteado, más técnico y con menos peso político, a pesar de que las propias formaciones que le han dado su apoyo han llegado a criticar que es demasiado “presidencialista”. En cualquier caso, la principal polémica al anunciarse los nombres ha sido que Barkos aceptara la propuesta de EH Bildu (la abogada María José Beaumont) para la consejería de Presidencia, Función Pública, Interior y Justicia. Es decir, que una persona sugerida por EH Bildu esté al frente de, por ejemplo, la Policía Foral. A este respecto, Barkos ha vuelto a defender la trayectoria de Beaumont y ha atribuido al interés de generar miedo que se cuestione la colaboración entre la Policía Nacional y la Guardia Civil con la Policía Foral por este nombramiento. Algo que, por cierto, ha desmentido.
El pleno de investidura se ha vuelto a centrar, por tanto, en las mismas críticas que ya han caracterizado al panorama post-electoral, y a la posibilidad de que el nuevo Gobierno, como han expuesto UPN, PSN y PPN, “imponga” la euskaldunización y símbolos como la ikurriña en Navarra. Barkos, en este sentido, ha defendido las apuestas de su gobierno por normalizar las relaciones con Euskadi, pero ha insistido en que lo hará sin revanchismos y con la voluntad de gobernar para todos y todas. Las fuerzas que no han participado en el acuerdo programático lo han puesto en duda, pero la etapa en la Presidencia de Uxue Barkos ya es una realidad tras lograr 26 votos a favor, 17 en contra y 7 abstenciones.
(Edición actualizada).