Viviendas, negocios, colegios y centros de salud anegados: los estragos de la riada en la Ribera de Navarra
Juan es vecino de San Adrián, localidad de 6.300 habitantes situada en la Ribera de Navarra muy cerca de la frontera con La Rioja, y que ha sido una de las más afectadas por las inundaciones de este fin de semana por estar situada entre los ríos Ebro y Ega. Asegura que en sus 80 años no ha visto semejante riada como la que ha anegado varias calles del centro del municipio. Mientras pasea a su perro, observa incrédulo como el edificio del Ayuntamiento ha quedado completamente inundado, con el agua cubriendo casi al completo la entrada al garaje. Mientras Tudela, la conocida como capital de la Ribera, se recupera poco a poco de los estragos causados por el desbordamiento del río, otros municipios de la zona continúan todavía sufriendo las consecuencias del agua.
“Hace cinco años llegó a entrar algo de agua en el pueblo, pero esto no lo hemos visto nunca”, afirma. El domingo el casco urbano quedó sumergido en el agua y este lunes parte de sus calles seguían todavía anegadas. Muchos vecinos no han podido acudir a sus puestos de trabajo ni a sus negocios. Tampoco los alumnos del colegio Alfonso X El Sabio han podido acudir a clase, e incluso el centro de salud ha permanecido cerrado por la inundación. Mientras, los funcionarios del Consistorio han sido trasladados a la comisaría de la Policía Local.
“Mi mujer está enferma en casa y no ha podido ir al centro de Salud, han tenido que venir desde Carcar -pueblo próximo a San Adrián- a atenderla, apunta Juan. El Servicio Navarro de Salud (Osasunbidea) en previsión de que el centro de salud de este municipio iba a quedar inutilizado, reorganizó el domingo los recursos asistenciales de las localidades cercanas para poder atender a todos los vecinos afectados.
En una calle paralela al edificio consistorial, el Bodegón Pepe ha podido abrir con “cierta normalidad” por haber aislado la puerta del local con una tabla y yeso. “Hemos librado gracias a esto, el poco agua que se filtraba la íbamos aspirando y hoy ya no ha entrado nada porque ha bajado el nivel del agua”, explica uno de los camareros, que indica que de no haber estado dentro del local todo el fin de semana, este lunes se lo habría encontrado lleno de agua.
Muchos otros han tenido que emplear su día en comprobar el estado en el que han quedado sus negocios, muchos de ellos, todavía cubiertos por el agua. En una de las plazas del municipio se podía ver este mediodía a los dueños de una consultora intentando abrir la verga del establecimiento para comprobar los daños de la riada. La Policía Foral, además se ha encargado de cortar al tráfico las calles más afectadas por las inundaciones.
Tudela “recupera el pulso” poco a poco
A unos 50 kilómetros de San Adrián, en Tudela, localidad que este fin de semana ha abierto los informativos con sus avenidas anegadas por el agua, este lunes en ruido de las bombas de extracción ha sustituido al de la riada. Poco a poco la ciudad va recuperando el pulso y algunos los establecimientos de la calle Pamplona, una de las más afectadas durante el fin de semana han podido abrir ya sus puertas, no sin antes terminar de achicar agua y limpiar.
Es el caso de Pilar, dueña de una frutería. “Por suerte solo me ha entrado agua en el sótano donde no tenemos nada de valor porque tenemos la experiencia de 2015 y 2003 -cuando la riada también entró con fuerza en la capital ribera-”. Ella ha podido atender a la clientela sin mayor problema, si bien durante el fin de semana estuvo sacando agua del bajo con unas bombas de extracción.
Andrea, sin embrago, no ha podido abrir su tienda de alimentación. Desde primera hora de la mañana, con ayuda de amigos y vecinos ha estado achicando el agua que durante el fin de semana ha entrado en su negocio. Apunta que los daños “no son tan graves como podían haber sido” porque pusieron un “muro de contención” de ladrillo y yeso en la puerta que evitó que entrara más agua. “Todavía es pronto para calcular los daños”, apunta, antes de agradecer la ayuda de los vecinos “sin la que no hubiera podido salvar la mercancía”.
Otra vecina de la misma calle tampoco ha podido abrir su peluquería. Ha estado toda la mañana limpiando el barro que queda tras la riada y que le ha ocasionado “daños importantes”. Mientras saca un ordenador cubierto de lodo que ha quedado inutilizado señala que espera poder volver a “una cierta normalidad” el martes.
Lejos de esa normalidad se encuentran todavía los vecinos de la calle Verjas, que todavía sigue anegada con más de un metro de altura de agua. Un vecino de esa calle recuerda como tuvieron que rescatar a algunos de sus vecinos en lancha estos últimos días. Él se fue de su casa el viernes al ver las previsiones de inundación y las imágenes de Pamplona. “Nadie nos avisó, me fui yo porque ya viví lo de 2015 y 2003 y sabía lo que venía”, añade.
Otros vecinos, de calles aledañas, en las que el agua ya ha bajado, han podido regresar a sus casas, aunque en muchas de ellas no hay luz. Trabajadores del Ayuntamiento, miembros de Protección Civil y Bomberos han estado ayudando en las labores de achique en todo el vecindario.
“15.000 hectáreas de cultivo anegadas”
El agua también ha generado importantes destrozos en las tierras de cultivo, uno de los principales motores económicos de la Ribera navarra. Según las primeras estimaciones de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra hay cerca de 15.000 hectáreas anegadas “con infraestructuras y caminos rotos y con la mejor tierra que se la ha llevado el Ebro”, apunta Félix Bariáin, su presidente. “El número de hectáreas afectadas va a superar con creces las inundadas en 2018, con una afección económica bastante más considerable”.
Bariáin ha criticado la falta de previsión de la Cuenca Hidrográfica del Ebro por no haber limpiado los ríos, una “reivindicación histórica” de los agricultores de la zona. “Cada tres años tenemos un desastre medioambiental y no se ponen soluciones”. La solución no es venir y dar dinero porque ha habido un daño, la solución debe ser estructural, de limpieza del río“, ha expuesto.
Ayudas del Gobierno de Navarra a los 74 ayuntamientos afectados
Además de solicitar al Gobierno declaración de zona de desastre natural en los lugares afectados por el temporal, el Ejecutivo de María Chivite ha anunciado un paquete de ayudas complementarias a los 74 municipios afectados por el temporal y las inundaciones.
En una reunión mantenida por videoconferencia con los alcaldes de las distintas localidades, Chivite les ha trasladado que además, dentro del Plan de Infraestructuras Locales se ha dispuesto una línea de emergencias, abierta presupuestariamente, para daños en infraestructuras urbanas y que se va a trabajar en exenciones como la contribución urbana para los bienes afectados. Asimismo, la Presidenta ha indicado que se está barajando y trabajando con Hacienda para “hacer una normativa específica para articular las ayudas extraordinarias”.
La presidenta también les ha informado de que Navarra cuenta con una partida para seguros agrarios dotada con 3,5 millones d euros, y otras para atender emergencias dentro del ámbito de la agricultura y ganadería.
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