Una ONG prepara en Euskadi un nuevo barco para rescatar inmigrantes en el Mediterráneo
“Hay que decirle al de máquinas que la presión está a dos y medio”. Iñigo Mijangos atiende a eldiarionorte.es mientras ultima los detalles de la puesta a punto del 'Aita Mari', un pesquero reconvertido en barco de rescate que espera en el puerto guipuzcoano de Pasaia la autorización de la dirección general de la Marina Mercante para zarpar al Mediterráneo central “lo antes posible”.
Mijangos es su capitán y también el presidente de Salvamento Marítimo Humanitario, la ONG que se ha encargado durante más de tres meses de esta reconversión. “Ha sido un proceso duro porque ha habido que hacer las cosas rápido, el mundo marítimo es muy complicado, transformar un barco pesquero en uno de rescate también lo es, pero hemos tenido mucho apoyo de la gente y de las instituciones y eso nos ha dado mucha energía para seguir adelante. Eso y la convicción de que hacemos lo que hay que hacer”.
Mijangos se expresa con esa convicción, con un tono que mezcla la indignación de lo que subyace de las políticas europeas sobre inmigración, y la esperanza de saber que muchas personas apoyan un proyecto “necesario ante el discurso xenófobo de Europa”, dice entre el ruido de las máquinas, “porque hay que decirlo así, es un discurso xenófobo y hay que dar una respuesta”.
Mijangos es consciente de que muchos países europeos no van a poner fácil su trabajo, especialmente Italia. “Salvini dice que cuando no hay ONG en la zona la gente no viene, pero la realidad es que están llegando botes a Lampedusa. Sin ir más lejos, el domingo pasado llegó uno con 62 personas a bordo, hace unas semanas el Aquarius localizó dos pateras a la deriva y ahora esperan puerto con 58 personas a bordo... Está claro que hay falta de asistencia y por eso tenemos que estar nosotros allí”.
Rescatar a las personas desplazadas es el principal objetivo, pero luego hay que llegar a puerto, otro escollo que saben que tendrán que sortear. “Ahora Malta también está entorpeciendo el trabajo de las ONG alemanas. Italia actúa de forma negligente en cuanto a la asistencia internacional, Francia no sabemos cómo va actuar, y España, con el nuevo gobierno, tuvo una buena actitud al principio, pero ahora se ha vuelto más conservador y no si nos permitirá llegar a puertos más cercanos como Palma de Mallorca o Valencia... o tendremos que volver al de Getaria”, dice con una sonrisa resignada.
El capitán del Aita Mari trabaja paso a paso con la mirada siempre puesta en el Mediterráneo, “nosotros tenemos que trabajar en el día a día, lo más urgente ahora es tener el barco, luego zarpar lo antes posible, y llegar. Ojalá lleguemos y no haya que rescatar a nadie, pero la realidad es muy dura, hay personas que tienen que ser rescatadas y allí sigue habiendo un atropello de los Derechos Humanos”.