Euskadi Central: las medidas de las capitales vascas para restringir el tráfico por sus centros
La concejala de Movilidad de San Sebastián, Pilar Arana, acaba de anunciar que, para 2022, se pretende que la ciudad cuente con una zona en la que el tráfico esté restringido. Una suerte de 'Donostia Central', a imagen y semejanza de Madrid. Si bien el proyecto se encuentra todavía en la incubadora, se estudian ya alternativas para limitar el uso del coche particular en la zona circundante al Bulevar. A raíz de este anuncio, en eldiario.es analizamos la situación de cada una de las capitales vascas en cuanto a movilidad, los avances que se han hecho en los últimos años y los desafíos que aguardan.
San Sebastián y su triángulo libre de tráfico
Los problemas de tráfico acucian a todas las ciudades, con especial incidencia en sus centros. En San Sebastián, en verano se mezclan turistas con la gente que aún sigue trabajando, a lo que hay que sumar, este año, las obras del 'topo' y el rodaje de Woody Allen, que elevan el problema a la siguiente potencia. En ese marco, el Ayuntamiento ha puesto en marcha una campaña, la del 'atajenol', para intentar que solo aquellos que necesiten el coche de manera indispensable lo utilicen.
Asimismo, en declaraciones a la Cadena SER, Pilar Arana, concejala de Movilidad de la ciudad donostiarra, ha afirmado que “se ha de ir hacia una zona central, con el tráfico restringido y libre de ruidos, humos y partículas”. Aun así, liga esto al pleno funcionamiento del 'topo', que no será efectivo hasta el año 2022: “Queremos que venga gente, queremos que la ciudad esté viva, pero les tenemos que dar una alternativa”.
El anuncio hecho por la concejala no ha dejado indiferente a nadie. Loïc Alejandro, de EQUO, hace hincapié en la necesidad de implementar proyectos que limiten la presencia del coche en las ciudades. “No obstante, este, de momento, nos parece más un anuncio para salir en prensa, faltan muchos detalles”, asegura, y añade: “Habría que acompañar las medidas de limitación con otras, como aparcamientos de disuasión o autobuses, diferentes alternativas”.
En ese sentido, la concejala considera que el 'topo' va a desempeñar un papel esencial: “Une ejes importantes, Urola Kosta, Hendaya e Irún, de los que nos llegan muchos visitantes, con el centro de la ciudad. Entendemos que es una alternativa importante de transporte público”. Subraya, además, que quizá no toda la red de autobuses urbanos tenga que acceder hasta el mismísimo centro de la ciudad.
Aun así, la ausencia de otras medidas es, en opinión de Alejandro, la otra cara de la moneda. Tiene constancia, incluso, de que en la pasada legislatura se aprobaron proyectos para crear más párquines en el centro (en la plaza Zaragoza y en Miramar, en concreto), además de los ya existentes. “Hay muchos en el centro centrísimo de la ciudad —recalca Alejandro—. Habrá que encontrar alternativas, como transformarlos en aparcamientos para bicicletas, de los que tenemos déficit”.
Recalca que se han de estudiar bien las medidas a tomar y que, cuando se vayan a implantar, se haga toda la pedagogía posible para que los ciudadanos no las perciban ni como molestia ni como ataque. “Se debería incluso plantear un 'brainstorming' con ellos, que suelen tener muy buenas ideas”, asegura.
Vitoria, su tranvía y sus soterramientos
La figura de José Ángel Cuerda, alcalde de la capital alavesa durante cinco legislaturas entre 1979 y 1999, es clave para entender el proceso de peatonalización en el que se sumergió la ciudad. Pese a las reticencias de la época, al rechazo expresado por parte de la población y del comercio, se atrevió incluso a peatonalizar la calle Dato, principal arteria de la ciudad, inundada de vehículos hasta entonces. Asimismo, dotó a la ciudad de carriles para bicicletas y espacios verdes. Ahora, la ciudad afronta el reto de elaborar un nuevo plan de movilidad en el que participen todos los colectivos.
En el centro de la ciudad se extiende la exigencia de una mayor peatonalización. La de las supermanzanas es una idea que va cobrando fuerza. En estos espacios, los peatones y ciclistas tienen prioridad sobre los coches particulares, que tan solo pueden acceder si su destino se encuentra allí.
Dos de los principales déficits de la ciudad en cuanto a movilidad son el transporte a los núcleos de trabajo, que a falta de frecuencia de transporte público se hace, en su mayor parte, en vehículos particulares, y la espera a las salidas de los colegios, que hace que la calle Manuel Iradier, por ejemplo, esté muy congestionada a las horas de entrada y salida. Al hilo de este último problema, se viene planteando desde hace tiempo la peatonalización tanto de esta calle como de la Florida. No obstante, estos proyectos quedan a la espera del soterramiento del ferrocarril.
Otro asunto que ha traído cola es el de la ampliación del tranvía por la zona sur de la ciudad, hasta las universidades. Surgió un debate acerca de su necesidad e incluso se llegó a crear una plataforma en contra de su extensión por esa zona. PP, Irabazi, EH Bildu y Podemos se pusieron de acuerdo para aprobar una consulta popular, que, sin embargo, Gorka Urtaran consideró ilegal y llevó a los tribunales. Se espera que, para finales de este año 2019, este metro ligero comience a realizar las primeras pruebas por el nuevo itinerario, desde Angulema hasta el campus universitario.
Cuando este eje quede completado, faltará aún por completar el este-oeste. Si bien hay ya sobre la mesa una propuesta para zanjar este tramo también con tranvía, son varios los partidos que abogan por el autobús eléctrico inteligente (BEI). Se opte o no por este vehículo para cubrir ese eje, su llegada, que se espera para agosto del año que viene, va a suponer otra revolución de movilidad en Vitoria. Su obra, financiada por Ayuntamiento, Gobierno vasco y Diputación, incluirá la reforma de varias calles y se le encomendará a la empresa Idom Consulting, por cerca de 725.000 euros.
Bilbao, a la cabeza de la movilidad urbana
La villa escaló a la primera posición del 'Ranking de movilidad urbana en España', elaborado por Greenpeace este 2019, que evalúa cada ciudad “a través de un conjunto de indicadores relacionados con su oferta de transporte público, su red de vías ciclistas y calles peatonales o su nivel de contaminación y ruido, entre otros”. A la luz de esos factores, se coloca, con una nota de 6,9, por delante de Valencia y Barcelona.
En el marco del Plan de Movilidad Urbana Sostenible 2015-2030, en el 87% de las vías de la villa la velocidad está limitada a los 30 kilómetros por hora, lo que, según se afirma desde el Consistorio, está ayudando a que la calidad del aire sea muy buena. Parece, por lo tanto, que es agua pasada la idea de implementar peajes urbanos para reducir el número de vehículos en la ciudad, que suscitó roces entre PNV y PSE, socios, como ahora, en la pasada legislatura. Se hace hincapié, ahora, en la necesidad de continuar implementando medidas poco a poco; una de ellas sería continuar transformando tramos en los que la velocidad máxima es de 50 km/h en tramos de 30.
El futuro, se asegura desde el ayuntamiento, pasa por dar prioridad al peatón y la electrificación de los vehículos, incluso de los taxis. De hecho, el año pasado ya se concedieron subvenciones, una ayuda de 10.000 euros, para la compra de taxis eléctricos. Asimismo, se hace hincapié en la necesidad de ampliar la red de vías ciclables y concienciar a conductores de vehículos y peatones. De igual manera, se subraya también las posibilidades de 'pateo' que tiene la ciudad, no muy grande y transitable a pie.
En una ciudad en la que se hicieron avances tales como la peatonalización de su centro histórico y varios soterramientos, quedan, para el futuro cercano, otros como la electrificación, el calmado progresivo del tráfico o la mejora de los itinerarios peatonales.