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Y el Goya es… ¡para el Cardenal Osoro!

Te lo mereces Osoro, tío, sí señor. Eres un crack. Te mereces tú también una estatuilla de esas. Porque tu jugada de prohibir un corto sobre derechos humanos, para que le den el Goya al día siguiente, es de las que restablecen la confianza en los príncipes de la Iglesia. ¡Qué pasada, Carlos!

La verdad es que, al principio, nos sorprendiste a todos. Yo mismo temí lo peor. Confieso (es una metáfora) que llegué incluso a pensar que lo de prohibir la proyección del documental Gaza. Una mirada a los ojos de la barbarie, en el Centro Pastoral Borromeo, era una cacicada. Me dije: ¡arrea, ha vuelto la Inquisición! Hasta recordé el franquismo, cuando la Iglesia censuraba películas, publicaba índices de libros prohibidos y llevaba bajo palio al asesino aquel bajito. Figúrate…

Qué poco te conocía, Carlos, discúlpame. Menuda la que has organizado. Chapeau, tío. Sombrerazo. Mira que engañar a toda una comunidad judía... Se habrán quedado de escayola, imagino. Porque, cuando te presionaron para que prohibieses el documental, pensarían que así iba a pasar inadvertido y nadie se enteraría de las bestialidades que cometen en Gaza. Del genocidio que están llevando a cabo con el pueblo palestino. Porque la peli se las trae, Carlos. ¡Impresionante!

Lo del cadáver del niño reventado por un misil, en las primeras imágenes, es atroz. Y lo de la niña discapacitada a la que los militares israelíes disparan a quemarropa parece de ficción. Por no hablar de esa escena terrible en la que un bebé, con los ojos atónitos y la mirada perdida, gime como un animalico herido, después de que lo rescatan entre los escombros del bombardeo. Es el horror en estado puro. Sencillamente insoportable. ¡Qué espanto, Carlos!

Parece mentira que los judíos hagan esas salvajadas, con lo que pasaron en Auschwitz. No me extraña que ellos quieran ocultar su barbarie. Pero tú... ¿por qué ibas a tapar nada, Carlos? ¿para evitarte posibles líos con los rabinos, o con la Embajada de Israel, por haber permitido que se denuncien crímenes, que a ti ni te van ni te vienen, en una de tus parroquias? Bah, no creo.... Censurar el vídeo ha sido una decisión muy astuta por tu parte, tío. Se la has jugado bien a los de Sión.

En realidad casi nos engañaste a todos. Prohibir la proyección del corto con el fin de darle la mayor notoriedad posible, y que además lo premien con un Goya y tenga mucha más difusión que si no lo hubieses prohibido, ha sido un puntazo. Genial. Es lo que se llama el efecto Streisand. Sí que hilas fino, Carlos. Encaje de bolillos, tío. Estás hecho todo un Arzobispo.

Y lo de advertir al cura de la Borromeo, de que podrían caerle encima no sé qué penas canónicas si desobedecía tu prohibición de exhibir la película, eso sí que ha sido una jugada maestra. ¡Vaya órdago, Carlos! Bocatto di cardinale. Seguro que los judíos se lo han tragado como si nada. Como si tú no supieras que al tal Baeza no le amenaza ni dios. Que detrás de él hay una famélica legión de desposeídos, dispuestos a jugársela antes de permitir que a su cura le toquen un pelo. Por encima del cadáver de todos los marginados tendría que pasar un arzobispo, Carlos, antes de atreverse a aplicar un canon a esa parroquia de los pobres. Ya lo sabes.

Recordarás que tu predecesor, Rouco Varela, intentó cerrar la Borromeo el año 2007, por algo de unas rosquillas o no sé qué, y tuvo que envainársela y dar un giro de alzacuello para volver a su palacete a comerse las rosquillas. Los parias de este mundo se unieron entonces, como una piña, para defender a su párroco a dentelladas. Y menuda son los hambrientos cuando protegen a quien les da de comer, Carlos. Auténticas fieras heridas en su dignidad. Por eso me resultó graciosa tu advertencia del otro día al tal Baeza: un típico guiño de Arzobispo. Puro teatro.  ¡Qué bueno, tío! Te quedó niquelao.

Pero que no quiero enrollarme, Carlos: solo darte las gracias. Ahora sabemos que eres legal a muerte. Que estás ahí, apoyando a tus semejantes con el canon en la mano, y haciendo las cosas a tu manera. Menuda la que les has montado a los sionistas. Casi dan pena. Me imagino el careto que pondrán cuando todo el mundo vea en el corto las barbaridades que están haciendo en Gaza.

Lo dicho, Osoro, tío: que te mereces un Goya. Lo has hecho de cine.