Desde aquí oigo los gritos de entusiasmo de los votantes de izquierda (no solo del PSOE) cada vez que estos días aparece el ex presidente Rodríguez Zapatero en una entrevista. Es como cuando hay una final de fútbol y se oyen los goles y ¡uy! del vecindario, todos gritándole a la tele: “¡Di que sí, presidente!” “¡Así se habla!” “¡Ahí le has dado!” “¡Chúpate esa, Carlos Herrera!” “¡Pues claro que ETA se acabó bajo tu gobierno!” Y luego algunos tuiteando con fervor: “¡Ojalá se presentara ZP a las elecciones!” Al final me contagio, me vengo arriba y le acabo yo también gritando a la tele:
¡Dale, Zapatero, quién te ha visto y quién te ve! ¡El ex Bambi reconvertido en un killer que reparte hostias a dos manos rodeado de tertulianos de derecha; el apodado Sosomán levantando a la gente del sofá con palabras rotundas y vibrantes; un ex presidente que en vez de hablar con superioridad moral y dar collejas a su sucesor, se pone al servicio del partido y se lanza a cuerpo para tomar todas las colinas políticas y culturales que otros prefieren rodear: ETA, Bildu, Cataluña, feminismo, ultraderecha!
¡Qué bien le han sentado los años! ¡Hasta más guapo está, más telegénico, más políticamente sexi de lo que fue en su corta vida política! ¡Los años y la falta de responsabilidades, que ahora puede hablar con libertad y sin media lengua; pero en vez de malgastar ese capital como otros ex presidentes, Zapatero se remanga, dispuesto a levantar el ánimo y la autoestima del deprimido votante tras el 28M! ¡Y con algo de revancha, porque defender al castigado Sánchez es una forma de reivindicarse a sí mismo, pues ZP sufrió la misma agresividad política y mediática (también tachado de ilegítimo, en su caso por llegar al poder días después del 11M)!
¡El mejor ex presidente de la democracia, sin dudarlo: ni da la vergüenza de un González o un Aznar, ni se evapora como Rajoy, sino que desde un segundo plano, discreto y sin enredar, lleva años disponible para lo que le soliciten, lo mismo una mediación internacional que intentar ganar unas elecciones adversas! ¡Como me gustaría poder decir también que fue el mejor presidente de la democracia! ¡El mejor medio presidente, como dicen algunos salvando benévolamente su primera legislatura, la de la retirada de Irak y los avances en derechos; como si pudiéramos separarla de su catastrófica segunda legislatura, cuando la crisis le pasó por encima y no supo, no pudo o no quiso dar la mínima batalla, se entregó (y nos entregó) a las primeras de cambio!
Ya dejo de gritarle a la tele, que los vecinos están dando en la pared… No sé si Zapatero movilizará votantes de izquierda o, como avisan algunos, puede polarizar más y, con el recuerdo del zapaterismo, calentar al votante de derecha y a la prensa que no tardará en reaccionar y sacar toda la morralla arrojadiza que tengan contra él. Pero a falta de mejores ideas, viendo lo sucedido el 28M con la defensa de la gestión y las propuestas, y en qué marcos políticos, culturales y emocionales se juega el 23J, quizás deberíamos seguir la brecha que abre Zapatero y lanzarnos, sí, a cuerpo, sin encogernos ni ceder terreno, llamando a las cosas por su nombre y disputando cada bandera antes de perderla. Venga