Estamos en plena “campaña” para que el PSOE elija a su futuro secretario general, y probablemente también, a su nuevo líder y candidato a las próximas elecciones generales. A pesar de ello, muchos seguimos teniendo dudas sobre lo que piensan las dos personas que tienen más opciones en esta carrera, Pedro Sánchez y Eduardo Madina.
Al mismo tiempo que esto ocurre, Pablo Iglesias, el líder de Podemos, se pasea por alguna de las mecas de la Casta económica española recordando el ABC de las relaciones entre economía y democracia. La democracia “es que la gente decida” dice Pablo Iglesias. También dice que una democracia no lo es si “no puede hacer nada para parar la sangría económica que está padeciendo un país”. Cuando se le pregunta sobre el País Vasco o sobre Cataluña dice que él preferiría que las dos siguieran formando parte de España, a pesar de lo cual “nadie puede negar el derecho a que la gente decida”. Sobre la banca, Iglesias señala que “un banco que ha recibido ayudas estatales tiene que poder servir a los intereses económicos de la ciudadanía”. Y así, podríamos seguir añadiendo un largo etcétera.
¿Es esto un programa populista-revolucionario-chavista? Me parece que no. Lo que Pablo Iglesias está diciendo es lo que uno oye casi constantemente cuando se toma un café en cualquier parte, cuando charla con sus alumnos, o cuando (y esto es lo más lamentable de todo) habla off the record con algunos de los representantes del PSOE (es cierto que no con todos). Si muchas de las personas que nos consideramos progresistas estamos más o menos de acuerdo con los puntos arriba reseñados, ¿por qué no he oído decir a ninguno de los dos candidatos cosas parecidas con la misma claridad? ¿Tan difícil es?
Ya no vale además el viejo cuento de que Madina y Sánchez son Zapatero, o incluso, la vieja de la vieja guardia. Los dos van sin mochila. Nadie les puede cargar el mochuelo de decisiones que fueron tomadas por otros en un Consejo de Ministros en el que estaban presentes, porque no, no estaban presentes. Madina y Sánchez representan a una nueva generación que está dispuesta a tomar las riendas de la situación. Y son –o deberían serlo– libres. Siendo esto así, a mí, y a muchas otras personas, nos gustaría obtener, por parte de los dos candidatos, una respuesta clara a estas cinco preguntas.
1. ¿Están o no por el derecho a decidir de Cataluña y de otras naciones, nacionalidades, o como quiera que las queramos llamar, como el País Vasco? Un sí o un no, por favor, sin matices. Que no nos vengan diciendo que “depende de quién decida” porque eso sería objeto de la negociación posterior, o que “siempre respetando las reglas constitucionales” porque hasta Pablo Iglesias dice que habría que respetarlas: derecho (o proceso, dan igual los nombres) a decidir, ¿sí o no?
2º ¿Qué hacemos con Europa? ¿Vamos a seguir tragándonos todo lo que venga de Bruselas como si fuera “palabra de dios”? ¿Y qué hacemos con el euro? ¿Vamos a seguir esperando a que Draghi quiera devaluar la moneda única para segundos después bajar la cabeza diciendo algo así como “veis como Europa siempre reacciona al final” o aquello tan manido de “cada crisis es una gran oportunidad para Europa”? Respuestas claras, por favor: ¿siguen perteneciendo los dos candidatos a la escuela de “Europa es un valor” o tienen claro que la época de Helmut Kohl y Mitterrand ya pasó hace mucho tiempo?
3º ¿Qué hacemos con el paro? España es uno de los países de la Unión y de la zona euro con más paro, si no el que más. El problema no se corresponde con el tamaño de la economía española ni con su potencialidad como país. En el globo, hay que irse a países como Sudáfrica (con una parte importante de la población de color todavía analfabeta, como consecuencia de años y años de apartheid) para encontrarse con cifras similares. España necesita una verdadera terapia de shock para afrontar el problema. ¿Cuáles son los planes concretos de los candidatos? Por favor, no me hablen de que la prioridad es el desempleo: eso ya lo sabemos. Lo que queremos saber es en qué va a consistir concretamente esa terapia de shock a la que van a someter al país cuando lleguen –si es que llegan- al gobierno algún día, con una cuantificación exacta de los recursos que pretenden emplear y con datos concretos sobre de dónde van a sacar dichos recursos.
4º ¿Quién va a pagar el rescate a la banca española? ¿Los ciudadanos? ¿Podemos obtener una declaración clara y concreta por parte de los dos candidatos que diga que en ningún caso serán los ciudadanos los que pagarán la factura de Bankia y otras entidades bancarias? ¿Tienen un plan claro en el que se diga quién va a asumir entonces el coste del rescate?
5º ¿Son monárquicos o republicanos? ¡Y Por favor no me respondan diciendo que son posibilistas! A partir de ahí, ¿qué planes concretos tienen para instaurar (restaurar) la república en nuestro país? ¿Están a favor de que haya un referéndum en el que se dilucide la cuestión?
Son cinco preguntas, solamente cinco preguntas, y lo que queremos personas como yo es que nos den cinco respuestas igual de claras que las cinco preguntas que han sido formuladas. De verdad, no es tan difícil. Se trata de ponerse a ello y hacerlo por primera vez. Las siguientes veces la claridad en las respuestas vendrá de manera casi automática.