Ha sido uno de los vídeos más virales del confinamiento. Las imágenes eran de un patetismo tan esperpéntico como atroz. Ni el maestro Azcona habría sido capaz de darle un personaje así a Berlanga.
Ocurrió el pasado mes de mayo en un pueblo de Alicante. Ahí estaba la sujeta, en mitad de la calle a las tantas de la noche, armada con una escoba a la que le había empalmado el palo de otra para alcanzar los aleros del edificio y destrozar los nidos de golondrina.
Para su vergüenza y la de todos los que hemos visto las imágenes, un vecino que pasaba por allí la grabó con el móvil. “Por qué hace usted eso”, le preguntó: “porque no quiero que estén los nidos ahí”, le respondió ella mientras las pobres golondrinas (aviones comunes: especie protegida) chillaban de espanto.
“Qué eso no lo puede hacer usted”, le dijo el vecino: “¿Dónde vive usted?”, “aquí” le respondió sin dejar de derribar los nidos mientras se fumaba un cigarro. “El año pasado igual: pues esta vez voy a dar parte a la Guardia Civil”. Y lo hizo.
Gracias a las imágenes grabadas por ese vecino indignado, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) pudo localizar a la delincuente y abrir una investigación en la que se la acusa de la destrucción de medio centenar de nidos de una especie protegida por la ley reventando sus huevos y matando a los pollos recién nacidos.
Ahora, la “dama del palo”, como se la conoce en las redes, se enfrenta a una multa de hasta 200.000 euros. Muchos pensamos que es poco, muy poco para el daño que hizo y la insolencia con la que actuó, pero esperamos que sirva de advertencia a quienes se creen dueños del mundo y actúan contra la naturaleza impunemente.
Las imágenes grabadas por el vecino con el móvil, además de dar la vuelta al mundo y mostrar la bajeza moral a la que pueden llegar algunos, han servido para denunciar un delito que de otra manera habría quedado impune.
Para fomentar ese compromiso ciudadano con la protección de la naturaleza y facilitar las denuncias de este tipo, la organización conservacionista SEO/Birdlife acaba de habilitar en su web un nuevo espacio dedicado específicamente a ello.
La puesta en marcha de esta nueva herramienta de denuncia se enmarca en las acciones que se están llevando a cabo desde el Proyecto Life de la UE Guardianes de la naturaleza, coordinado por esta organización y cuyo principal objetivo es dar apoyo a la persecución de los delitos contra el medio ambiente, especialmente aquellos cometidos contra la fauna silvestre.
A través de un sencillo formulario, que se puede cumplimentar de manera anónima o en persona, cualquier ciudadano que sea testigo de una infracción contra nuestro patrimonio natural o el medio ambiente en general puede comunicárselo a las autoridades o poner los hechos en conocimiento de esta ONG para que emprenda las acciones legales que correspondan.
“En los últimos años, y gracias al apoyo de miles de personas -me cuenta Asun Ruiz, directora de SEO/Birdlife- hemos sido capaces de ganar numerosas batallas legales por delitos contra la naturaleza. Sin su colaboración habría sido imposible. Lo que queremos ahora es facilitar esa participación y agradecer la confianza de la sociedad en SEO/Birdlife”.
Estamos hablando de vertidos incontrolados, abandono ilegal de residuos, colocación de venenos, captura, muerte o tráfico ilegal de especies protegidas, destrucción o deterioro de sus colonias de cría, alteración de hábitats y espacios naturales protegidos o posesión y comercio de especies invasoras o su liberación en el entorno.
Una vez recibida la denuncia y en el caso de que se requiera la acción directa de SEO/BirdLife, los responsables de su departamento legal analizarán los hechos denunciados para dar parte a los Agentes Forestales y Medioambientales y el Seprona, denunciarlo ante las Fiscalías provinciales de Medio Ambiente o incluso personarse como acusación particular ante los tribunales.
De lo que se trata es de establecer una gran alianza, no de chivatos, no de chotas, sino de todos los ciudadanos que, cansados de soportar a personajes como la “dama del palo”, estamos dispuestos a actuar en defensa del medio ambiente y de lo que ordena el Artículo 45 de nuestra Constitución sobre los derechos y deberes fundamentales: “Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así como el deber de conservarlo”.