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La picadora de carne

Por listos que seamos no conseguimos engañar a la Naturaleza ni escapamos a las leyes de la Física: estamos en un tiempo de destrucción y todos los procesos van entrelazados en su crisis. La picadora de carne está funcionando.

Destrucción que es una purga también. Tiene algo de purga moral el espectáculo de la entrada en la cárcel de tonadilleras castizas, políticos y, fugazmente, algún banquero. Viéndolos entrar aplaudimos delante del televisor, su caída alivia un poco la presión de nuestro enfado. Y purga de la política podría ser el castigo, por ahora puramente virtual, que adelantan las encuestas a los partidos existentes.

El PP es un gran vacío, el gobierno de Rajoy es un agujero negro político que lo traga todo, dentro de esa voraz oscuridad prevalecen los fenómenos autodestructivos: Monago, Aguirre, Botella, Cospedal, Santamaría...Nicolasín es la figura que mejor retrata ese poder cortesano parasitario, sin más proyecto que la depredación. Nicolasín es el hijo de todos ellos.

Pero el PSOE está siendo otro espectáculo de vacío político. Nada lo ilustra mejor que la retractación que hace Sánchez de la reforma de la Constitución pactada por Zapatero y Rajoy en el 2011. Me parece imposible que nadie pueda defender como un logro o un bien aquella reforma de la Constitución, no podemos defender lo enmendado ni el modo en que fue pactado, sin la aprobación ciudadana. El modo en que fue modificada constituye una pérdida de poder político de la ciudadanía, hacia dentro, y el texto añadido una pérdida de soberanía del estado, hacia fuera.

Pero, por mal que pensemos de los gobernantes, no se puede separar esa decisión del contexto en que se dio. Zapatero lo explicó de modo detallado en su libro, “El dilema”, argumentó que era una situación extrema y que aquello fue el mal menor. Se puede o no aceptar y estar de acuerdo con su razonamiento pero lo que sí tenemos que aceptar todos es que las decisiones se toman siempre en un contexto determinado y que en aquel contexto los mercados estaban vaciando de soberanía política y económica a estados europeos como Grecia e Italia.

Sánchez y la mayor parte de los diputados socialistas, participaron de esa decisión, no pueden pedirnos que aceptemos que no tuvieron responsabilidad en ello. No eran niños y niñas, eran personas adultas y además con serias responsabilidades. Podemos comprender que hayan cambiado de opinión siempre y cuando nos lo expliquen y carguen con sus responsabilidades, no pretendan eludirlas infantilmente, “yo simplemente pasaba por allí”.

Para ello deben de tratarnos con respeto intelectual: que sitúen esa decisión en aquel contexto y que ahora justifiquen su decisión porque el contexto ha cambiado o por lo que sea. Pero que la expliquen sin insultar a nuestra inteligencia y sin el recurso infantil y obsceno de justificarse cargando el muerto sin más a Zapatero, quien carga con sus errores, con todo lo que le echó encima la derecha y, encima, con los pecados y la hipocresía de los dirigentes de su partido.

Con el modo en que ha hecho esa retractación Sánchez nos ha recordado a todos aquella decisión tan grave tomada por su partido, dañándolo nuevamente, y se ha retratado a si mismo como un dirigente sin peso y sin palabra. Éste es el tiempo en que los políticos se autodestruyen.

Esta picadora tiene una muela para cada uno, pero para triturar a “Podemos” tiene varias. Se le está aplicando ya el mismo tratamiento que se le aplicó al proceso político catalán, exactamente lo mismo. El ministro del interior, caído de un No-Do, les mandará otros tantos policías secretos para investigar sus vidas y analizar su basura, pues la policía y todo el estado es patrimonio de este gobierno y partido.

La mierda de ese grupo de jóvenes políticos que aún no son dirigentes será expuesta obscenamente. Del mismo modo las empresas de comunicación madrileñas, incluidas las cadenas televisivas que les permitieron moverse y avanzar, les aplicarán sus cuchillas de un lado y del otro. Igual que los dirigentes catalanes, acabarán siendo retratados como corruptos y sus posibles y futuribles votantes como gente simple y con el cerebro lavado por esos astutos y aviesos manipuladores. La destrucción personal para combatir unas actuaciones políticas.

“Podemos” va a ser sometido a un castigo utilizando la misma energía que los alimentó. Actuaron como fiscales de todo lo instituido y todos los mecanismos de lo instituido se volverán ahora contra ellos. La máquina tiene dientes y si tiene que morir lo hará matando.

La diferencia entre los catalanes, aquellos que simplemente quieren votar y los independentistas, y los dirigentes de “Podemos” está en que Catalunya puede afrontar serias dificultades mientras que “Podemos” por ahora aún no ha llegado a existir. Catalunya es un proceso sólido, con ciudadanía organizada y fuertes partidos y en cambio “Podemos” es algo que aún no existe más que virtualmente. ¿Quién sufrirá más?