Cinco revelaciones gloriosas de Semana Santa

1. La propagación del miedo como política y estrategia progresa adecuadamente. Se nos ha asustado de tal manera que a unos energúmenos les basta berrear un puñado de consignas confusas mientras golpean con estruendo el mobiliario urbano en una concentración de gente para provocar carreras, estampidas, aplastamientos, caos y pánico generalizado. La llamada 'lucha contra el terrorismo' nos está convirtiendo en una manada de perros de Pavlov.

2. España es un país aconfesional a media asta. Nos parecen mal esos países atrasados donde no han aprendido a separar Iglesia y Estado, incluso los señalamos como una amenaza para la democracia por su fanatismo o sectarismo religioso. Pero en nuestro caso estamos tranquilos. Izamos las banderas a media asta durante Semana Santa no porque nuestro Estado y sus fuerzas armadas estén comandadas por gentes que abusan de su posición institucional para imponer sus creencias religiosas a los demás, sino por una cuestión de respeto a nuestro acervo cultural y porque las procesiones quedan mucho más vistosas con gente guapa de uniforme y desfilando. Que se reconozca la relevancia social de la Iglesia católica es una cosa, que de facto se la trate como la religión oficial del Estado español es otra inadmisible y resulta, además, claramente inconstitucional.

3. Cristina Cifuentes, la cara renovadora y moderna del PP, tiene un plan para triunfar en la vida: hacerse la rubia. Tiembla, Mariano, que te ha salido una dura competidora; si tú te haces el muerto para matarlos a todos, Cifuentes se hace la rubia. Así mandaba a los antidisturbios a apalear ciudadanos indignados, así acabó con la corrupción del Esperanzaguirrismo, así pactó con Ciudadanos y se hizo con la presidencia de Madrid; haciéndose la rubia. Quién necesita políticas de igualdad cuando puedes hacerte la rubia. Para aclarar cualquier duda, la propia Cifuentes ha respondido a las críticas asegurando que expresiones así son el grito de guerra de los equipos auténticamente feministas, que ella tiene amigas feministas que van “perfectamente arregladas” y que quienes la acusan de machismo “la conocen muy poco”. Así que ya le estáis pidiendo disculpas, machistas de mierda.

4. Casi tan inquietante como la declaración de la presidenta de Madrid ha resultado comprobar cómo todo el mundo sabe qué significa hacerse la rubia en una reunión de hombres sin necesidad de mayores explicaciones.

5. Todo esto apenas son detalles sin importancia que no deberían distraernos de lo realmente importante. Hemos tenido un tiempo fabuloso en Semana Santa, han venido más turistas que nunca y el suflé independentista catalán se desinfla… otra vez, pero esta vez sí, en serio, de verdad…. Así que no se quejen, que entonces ya será por vicio.