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¡Ay las encuestas!
Los resultados electorales vaticinados por las empresas demoscópicas contratadas por los diferentes medios de comunicación han fallado. Ninguna ha acertado. Cuánto más a la derecha ideológica era el medio contratante, más abultado era el triunfo impepinable de la suma del PP y Vox. Algunas de estas encuestas les daban una más que sobrada mayoría absoluta.
Los medios de comunicación que contrataron a estas empresas deberían pedir daños y perjuicios. Pero no creo que en los contratos con estos analistas pitonisos se incluya una cláusula que permita la devolución de una parte del dinero invertido en caso de error supino como el que se produjo el domingo 23 de julio.
Desde el PP proclaman que tienen derecho a buscar la gobernabilidad por ser el partido político que más diputados ha conseguido. Por supuesto que sí. Ese derecho no se le puede negar. Pero ellos saben que no les va a servir para nada. Es más, hasta el socio preferente de los populares, que no es otro que Vox, puede que se abstenga en caso de que Feijóo opte a presidir el Gobierno de España. Victoria amarga y triste. No había más que ver las caras de los comparecientes por mucho que se movieran al ritmo de la música contratada. No han sumado más que toda la izquierda, como eran sus pretensiones. Pues eso.
Para rostros compungidos los de los dirigentes de la extrema derecha. Santiago Abascal empezó a repartir culpas a diestro y siniestro (nunca mejor utilizada esta expresión) por el resultado electoral de su partido. En su cabreo se podía leer que ni siquiera va a apoyar a Núñez Feijóo en caso de que este se presente a la elección como presidente. A no ser que este tuviese alguna oportunidad de llegar a serlo. Algo que se antoja como muy improbable.
Para el PSOE ha sido una victoria. Pese al acoso hasta dentro de sus filas, Pedro Sánchez se ha erigido como un buen estratega. El adelanto electoral ha sido un acierto. A pesar de los intentos de la derecha ideológica de introducir el terrorismo en la campaña electoral (la expresión “que te vote Txapote” ha estado en boca de la derecha constantemente); por más que algunos históricos líderes socialistas le hayan negado su apoyo; por mucho que las encuestas le eran adversas; a pesar de los intentos de la derecha por querer poner en duda la limpieza del sistema electoral de este país nuestro (no hay más que recordar lo del voto por correo)... Pedro Sánchez puede que vuelva a ser el presidente de este país nuestro.
A Yolanda Díaz y su equipo se les veía felices. Tampoco ha sido fácil para Sumar poner de acuerdo a tantas sensibilidades diferentes dentro de la izquierda ideológica en un tiempo récord. Desde Podemos, uno de los partidos de la coalición, no se puede decir que haya existido entusiasmo alguno a la hora de apoyarla. Aun así, a pesar de que el número de diputados ha descendido con respecto al que obtuvo Unidas Podemos en las elecciones anteriores, se sienten (nos sentimos) felices por haber frenado a la derecha y a su acólito extremo.
Los resultados electorales vaticinados por las empresas demoscópicas contratadas por los diferentes medios de comunicación han fallado. Ninguna ha acertado. Cuánto más a la derecha ideológica era el medio contratante, más abultado era el triunfo impepinable de la suma del PP y Vox. Algunas de estas encuestas les daban una más que sobrada mayoría absoluta.
Los medios de comunicación que contrataron a estas empresas deberían pedir daños y perjuicios. Pero no creo que en los contratos con estos analistas pitonisos se incluya una cláusula que permita la devolución de una parte del dinero invertido en caso de error supino como el que se produjo el domingo 23 de julio.