Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.
Los nuevos partidos siempre marcan en el descuento
En España es posible hacer encuestas electorales hasta el mismo día de la votación, pero se prohíbe la publicación de sus resultados en los cinco días previos
Es como si la televisión diera paso a publicidad al llegar el 90 de partido
“¡Encuestad hasta el último día!”. Este es el mensaje con el que George H. Gallup resumió para sus empresas afiliadas las conclusiones del informe sobre las causas del fracaso de las encuestas que dio pie a la famosa foto del recién elegido presidente Truman sosteniendo el periódico que proclamaba la victoria de su adversario tras las elecciones de 1948. En España es posible hacer encuestas electorales hasta el mismo día de la votación, pero la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) prohíbe la publicación de sus resultados en los cinco días previos. A pesar de que es legal publicar datos de intención de voto hasta el lunes anterior a la votación, lo habitual en nuestro país ha venido siendo que, salvo excepciones, las últimas encuestas se publiquen el domingo antes de las elecciones con datos recogidos hasta el viernes o el sábado anterior.
En otro post ya señalé los efectos negativos que, en mi opinión, tiene esta prohibición no solo sobre la precisión de las encuestas y su imagen pública, sino también sobre el derecho de la ciudadanía a decidir su voto con la información más completa y actualizada posible. El análisis de los datos disponibles acerca del momento de decisión del voto que presento aquí pone de manifiesto que la información que queda oculta como consecuencia de la prohibición es crucial para hacer estimaciones precisas de los resultados electorales.
El gráfico anterior muestra la evolución en el momento de la decisión del voto en las elecciones generales en nuestro país entre 1993 y 2016. Más allá de diferencias puntuales entre convocatorias, lo que nos interesa poner de relieve aquí es la clara tendencia a la disminución en el número de personas que tenían decidido su voto antes del inicio de la campaña electoral en el conjunto del período, una pauta similar a la que se observa en otros países de nuestro entorno. Vemos además cómo, en los últimos años, ha crecido el porcentaje de electores que decide su voto en la semana anterior a la votación (sí, justo en esa semana en la que no se publican resultados de encuestas en nuestro país). Si tenemos en cuenta que las encuestas publicadas se están perdiendo una parte cada vez más importante de la competición electoral, quizás no deberían sorprendernos tanto sus fallos más recientes. Por emplear un símil futbolístico, es como si la televisión diera paso a publicidad al llegar el 90 de partido.
Sobre todo, si son los equipos nuevos los que marcan la mayoría de los goles en el descuento. Este segundo gráfico muestra el momento de la decisión del voto de quienes votaron a partidos nuevos en la elección en la que estos emergieron o consolidaron sus resultados. En todos los casos la proporción de votantes tardíos es muy superior a la media y a la del resto de los partidos. Como se ha señalado en alguna ocasión, casi dos tercios de quienes votaron a Podemos en las elecciones europeas de 2014 se decidieron por este partido en la última semana. Los votantes tardíos también fueron uno de cada tres de los votantes de Podemos en las elecciones de 2015, en las que este partido alcanzó sus mejores resultados. Algo similar ocurrió con Ciudadanos, primero en las elecciones andaluzas de 2015 y, posteriormente, en las generales del mismo año. Y lo mismo ha sucedido con VOX en las elecciones andaluzas de diciembre pasado. En torno al 40% de los votos obtenidos por estos partidos en las elecciones mencionadas se decidieron en la última semana. ¿Adivinan qué pasó con los pronósticos de las encuestas en estos casos? Las encuestas subestimaron el voto de Podemos en ambas elecciones y el de Ciudadanos y Vox en las elecciones andaluzas, si bien sobrestimaron el voto a Ciudadanos en las generales de 2015 (otro ejemplo de por qué en la estimación electoral no existe una receta única que funcione bien en todos los casos).
Y no se trata de una pauta que afecte exclusivamente a los partidos creados más recientemente ni a los de ámbito estatal, sino que, por el contrario, se verifica también con UPyD, en las elecciones generales de 2008 y 2011, y con partidos regionales en elecciones autonómicas como Compromís en las elecciones a las Cortes Valencianas de 2011 y Alternativa Galega de Esquerda en las gallegas de 2012. Parece, por tanto, que los nuevos partidos políticos marcan muchos de sus goles en el descuento y las cámaras no están allí para grabarlos.
¡Encuestad hasta el último día! no es solo una frase de Gallup. Es el resultado más consistente en las múltiples evaluaciones de calidad de las encuestas electorales que se han llevado a cabo desde entonces en todo el mundo. La distancia respecto a la fecha de la votación es el factor que mejor explica el éxito en el pronóstico electoral de una encuesta. Además, tenemos ejemplos recientes de que esto se cumple también en España. En las pasadas elecciones generales de 2015 las encuestas más precisas fueron las que eludieron la prohibición de la LOREG publicando sus resultados en el Periòdic d’Andorra (GESOP) o esperando al cierre de las urnas para hacerlo (GAD3). Encuestando hasta el viernes anterior a la jornada de reflexión, GAD3 también proporcionó pronósticos muy precisos de los resultados de las elecciones catalanas de 2017, en las que Ciudadanos fue el partido más votado, y las andaluzas de 2018, en las que el PSOE-A perdió el gobierno de la Junta. Los datos están ahí y son claros. Es necesario y urgente poner fin a una legislación injusta y obsoleta que impide que las encuestas electorales cumplan con la función que se les demanda.
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Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.