Álvarez-Cascos califica de “intachable” el comportamiento de los extesoreros Bárcenas y Lapuerta
El que fuera secretario general del PP y vicepresidente y ministro de Fomento durante el Gobierno de José María Aznar, Francisco Álvarez Cascos, negó este martes en el Congreso la existencia de sobresueldos en efectivo en el PP y calificó de “intachable” el comportamiento de los extesoreros Álvaro Lapuerta y Luis Bárcenas. “Durante el tiempo que tuve relación con ambas personas no he visto ninguna actividad merecedora de reproche”, aseguró a preguntas del diputado del PSOE Felipe Sicilia, al que acusó plantear un “procedimiento inquisitorial” contra el PP. Desvinculado del partido desde 2011, el expolítico compareció este martes en la comisión de investiga las finanzas de los conservadores en el Congreso de los Diputados.
Álvarez Cascos, que ocupó las citadas responsabilidades durante los años en los que la trama Gürtel se hacía de oro cobrando el 3% de las grandes obras del Estado, aseguró también que “jamás” tuvo constancia de la existencia de una “contabilidad paralela” o “financiación irregular” en el PP. En este sentido, insistió en que nunca conoció “nada ajeno” a la “contabilidad oficial” del partido que audita el Tribunal de Cuentas. Todo ello, teniendo en cuenta, además, que en 1990, tras la destitución de Rosendo Naseiro como tesorero, él ocupó sus funciones hasta 1993.
En este sentido, intentó desvincularse de los papeles de Bárcenas negando que las siglas PAC pertenecieran a su nombre: Paco [Francisco] Álvarez-Cascos. Lo hizo a preguntas del diputado Sicilia, que le recordó que el propio Bárcenas había reconocido en sede judicial la existencia en sus apuntes de una entrada en la que podía leerse “entrega PAC diez millones”. Y también en respuesta a la diputada de Unidos Podemos Noelia Vera, a quien dijo que lo que se sostiene en esos papeles tendrá que ser demostrado por quien los realizó.
La comparecencia del exdirigente del PP se volvió especialmente bronca durante la intervención del diputado de ERC Gabriel Rufián, que inició su turno preguntándole si se avergonzaba de algo de la época en la que fue secretario general del PP, a lo que el que el también exministro respondió que de “nada”. Sin embargo, el momento más tenso se vivió con la diputada del PP Beatriz Escudero, que acabó abandonando la sala tras llamar a Rufián “imbécil” después de quejarse de que este le hubiera guiñado un ojo. Previamente, el portavoz de ERC le había reprochado que actuara de “palmera” de Álvarez-Cascos.
Horas después, Escudero hizo una comparecencia ante los medios en la que aseguró haberse sentido “humillada” y “despreciada” por Rufián. “Con su insulto pero, sobre todo, con su gesto de guiñar un ojo cuando estaba trabajando me ha humillado y ha humillado a todas las mujeres”, dijo la parlamentaria, que apareció arropada por diputadas de su formación. Además, afeó al resto de miembros de la comisión, incluido a su presidente, Pedro Quevedo, y, especialmente, a las diputadas del PSOE, Isabel Rodríguez, y Unidos Podemos, Noelia Vera, no haberla “amparado”. “¿El hecho de ser mujer del Partido Popular es de menor categoría? ¿Somos inferiores al resto de mujeres? Porque les he pedido su amparo y se han callado”, añadió.
Rufián ha salido poco más tarde a contestar. “Lo que ha pasado es que esta señora, la vicepresidenta de la Mesa, ha pedido parar la comisión. Me ha pedido respeto para la bandera preconsititucional, la bandera del aguilucho. No sabía cómo reaccionar y he cerrado los ojos. Ella ha interpretado que guiñaba el ojo y me ha llamado imbécil”, ha dicho el diputado de ERC. “Mientras estamos hablando de esto no hablamos de lo que ha dicho Cascos. A lo mejor para algunos es peor guiñar el ojo que robar”, ha añadido.
Álvarez-Cascos niega el trato de favor a empresarios
Por otro lado, Álvarez-Cascos negó haber favorecido a los empresarios que luego donaban a la caja B de los conservadores durante su época al frente del Ministerio de Fomento. Sin embargo, durante su declaración en el juicio de la primera época de Gürtel, Francisco Correa, considerado cabecilla de la trama, afirmó que él y Luis Bárcenas, en calidad de tesorero del PP, ayudaban a las grandes empresas a hacerse con los contratos de obras de ministerios como Fomento o Medio Ambiente. Y que , a cambio, esos empresarios pagaban comisiones del 3% que iban a los bolsillos de los implicados y a la caja B del PP.
De hecho, el exministro se atribuyó el mérito de haber cambiado un sistema de adjudicaciones poco fiable. “Para que se cumplieran las normas no había que hacer declaraciones, sino acciones”, aseguró. Y calificó de “inverosímil” haber beneficiado durante su época al frente de Fomento a la Constructora Hispánica, dirigida por el constructor que reconoció el pago de mordidas al PP y que este mismo martes se negó a responder a las preguntas de los diputados en la misma comisión parlamentaria sobre las finanzas del PP. “Las adjudicaciones las hacían las mesas de contratación, en las que no estaba el ministro. Yo no hice ninguna sugerencia de contratación de ninguna obra”, insistió Álvarez Cascos.