Aznar apadrina el tripartito de PP, Vox y Ciudadanos para reagrupar a toda la derecha
El expresidente del Gobierno, José María Aznar, ha visto en el resultado de las elecciones andaluzas del pasado domingo, en las que por primera vez en cuatro décadas la izquierda ha perdido la mayoría absoluta, una oportunidad para que comience a fraguarse la que ha sido su principal obsesión de los últimos meses: “La refundación del centro derecha español”.
El exmandatario está dispuesto a apadrinar el pacto de la derecha entre PP, Ciudadanos y Vox que haga presidente de la Junta de Andalucía al candidato popular, Juanma Moreno, y así lo manifestó a través de su fundación FAES el pasado martes. La organización difundió un comunicado en el que defendía que el “mensaje” que transmitieron los andaluces en las urnas “es el cambio como denominador común suficiente para un acuerdo necesario” entre las tres fuerzas políticas frente al “extremismo izquierdista”.
La primera ocasión en la que Aznar se refirió a la necesidad de la refundación del centro derecha fue el pasado 5 de junio, el mismo día en el que su sucesor al frente del PP, Mariano Rajoy, anunció que dejaba la Presidencia del partido tras 14 años, después de haber perdido unos días antes el Gobierno por la moción de censura que presentó contra él el hoy jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez.
Aprovechando su intervención durante la presentación de un libro que se producía en Madrid, a pocos metros del restaurante en el que Rajoy celebraba su despedida con otros dirigentes del PP, Aznar consideraba que “el centro derecha español” había sido “desarticulado” durante el mandato de su sucesor. Le acusaba de haber abandonado las esencias y los “principios liberal conservadores de centro derecha” y se ponían así de manifiesto las importantes desavenencias que le llevaron a desvincularse de su propio partido prácticamente desde que Rajoy llegó a la Presidencia de los populares, en 2004, tras ser designado a dedo por el hoy presidente de FAES.
“Dividido y enfrentado”
“Lo que estaba unido ahora está dividido y además, enfrentado. Está dividido lo que antes estaba unido”, insistió Aznar durante el acto. Posteriormente, durante una entrevista en la Cadena Cope, volvió a culpar directamente a la gestión de Rajoy de esa fragmentación de la derecha: “Cuando yo dejé el Gobierno en 2004 legué un espacio electoral unido. Hoy ese espacio está dividido en tres –en alusión a PP, Ciudadanos y Vox– y eso es muy mala noticia”.
A su juicio, es “indispensable y necesaria la reconstrucción de un centro derecha nacional que recupere sus señas de identidad y la conexión con el electorado”, un trabajo para el que él, desde su “posición actual, estaría dispuesto a contribuir”.
La “oportunidad” llegó en julio, cuando Pablo Casado ganó las primarias del PP. El nuevo líder popular era el candidato al que Aznar había apoyado públicamente y del que fue mentor político, llegándole a nombrar su jefe de gabinete en FAES. Tras años sin pisar la sede nacional del PP, el expresidente regresó a Génova, donde mantuvo una larga reunión con el nuevo presidente que le sirvió para sellar oficialmente la reconciliación con su partido.
Desde entonces han sido constantes las peticiones de Aznar a Casado para que refunde su espacio ideológico. “Intentar reconstruir el centro derecha español en un cambio de época es una tarea absolutamente esencial. Ojalá [Pablo Casado] tenga éxito porque la situación de España lo necesita”, apuntaba en octubre en un acto con el líder del PP al que consideró “una gran esperanza”.
“Es importante que se recupere a los votantes que se fueron del partido sin la necesidad de reprocharles a quién votaron. Necesitamos un proyecto sin complejos, del que estemos orgullosos. Que consigamos proyectar ilusión en un proyecto definido para el futuro de España”, dijo entonces el expresidente.
El blanqueamiento de Vox
Casado –que suele utilizar palabras idénticas a las del expresidente para defender su gestión– le hizo caso y emprendió un giro a la derecha en el PP que le llevó a endurecer su posición ante la inmigración o la crisis catalana. Y a adoptar postulados recentralizadores como los que planteó durante la reciente campaña de las andaluzas, en la que propuso que las competencias de Educación las volviera a asumir el Estado, siempre con un discurso de ensalzamiento de lo patriótico y remarcando su lucha por la unidad de España.
Mientras tanto, el expresidente inició el cortejo y el blanqueamiento de Vox. El nuevo partido había sido creado por Santiago Abascal, un exdirigente del PP vasco que precisamente era del sector afín a Aznar –al igual que la expresidenta del PP vasco, María San Gil o el exdelegado del Gobierno en Euskadi, Carlos Urquijo– y que dejó de militar en las filas populares en 2013. Lo hizo por las mismas razones por las que se desvinculó el presidente de FAES: desavenencias con la gestión de Rajoy, al que acusan de traicionar los principios de la derecha y de no haber sido lo suficientemente contundente en la lucha contra ETA y la defensa de las víctimas del terrorismo.
En octubre, justo un día después de que Vox llenara el Palacio de Vista Alegre de Madrid en uno de sus mítines más multitudinarios, Aznar aseguraba en una entrevista en Telecinco que Santiago Abascal es “un chico lleno de cualidades”. El expresidente excusaba al líder de la extrema derecha, que durante el mitin se refirió al PP como “la derechita cobarde”. “Es su forma de expresarse en los mítines”, aseguró Aznar.
El expresidente ha reconocido que “todos los votos” de esta formación son “antiguos votos” del PP. “No es un partido que defiende reformar la Constitución”, aseguraba el mes pasado al ser preguntado por Vox, en plena campaña de las andaluzas.
Una vez conocidos los resultados de las elecciones del domingo, el expresidente ve más cerca esa fusión de PP, Ciudadanos y Vox en la refundación del “centro derecha español” que lleva reivindicando desde hace meses: “Las elecciones del domingo han actuado como un plebiscito inesperado y silencioso en favor de la alternancia y el cambio; un cambio que lo será tanto de gobierno como de régimen”, advertía FAES en su comunicado.