Casado en Algeciras exige el “Gibraltar español” y acusa a Sánchez del “efecto llamada” a la “pobre gente” inmigrante
El líder del PP, Pablo Casado, ha llevado este domingo su discurso más patriótico y sus propuestas más duras contra la política de inmigración del Gobierno a Algeciras (Cádiz), la capital del Campo de Gibraltar, una de las regiones más afectadas por el paro en Andalucía. En la tercera jornada de su intensa agenda en la campaña andaluza, en la que esta vez ha coincidido con el candidato, Juanma Moreno, Casado ha reivindicado el “Gibraltar español” frente a la “traición” del Gobierno y ha vuelto a acusar al Ejecutivo de provocar un “efecto llamada” que ha hecho que se multiplique la llegada de inmigrantes a las costas españolas.
El mitin de Casado y Moreno llega un día después de que la dirección nacional del PP reconociera que sus expectativas son “bajas” respecto a las elecciones del 2 de diciembre y de que Génova se desvinculara de un “mal resultado” en Andalucía a pesar de la hiperactividad del presidente nacional en la campaña. “Quien se la juega es Juanma Moreno, no Casado”, explicaban.
El líder del PP ha pedido la “cosoberanía” en el peñón, “que no haya verja” y ha contrarrestado sus propuestas de más “inversiones e infraestructuras” así como de un “régimen fiscal especial” en la zona frente a la “traición” y la “cortura de miras” que a su juicio ha mostrado el Ejecutivo en la negociación del Brexit con el Reino Unido y que ha concluido, según los populares, sin una suficiente garantía de defensa de la “españolidad” de Gibraltar. El Gobierno, ha dicho Casado, ha realizado una “negación de la responsabilidad” en este asunto.
También ha aprovechado su presencia en Algeciras, donde ha protagonizado el que hasta ahora ha sido su mitin de campaña con mayor asistencia –en el Pabellón Santa Teresa de la ciudad gaditana había más de un millar de personas– y uno de los tres que compartirá con Juanma Moreno en su extensa actividad en Andalucía para lanzar su mensaje contra las políticas migratorias del Gobierno que acuñó nada más ganar las primarias, en julio.
En todo momento, Casado se ha referido a las personas que llegan a las costas españolas en busca de una vida mejor como “pobre gente”. Ha recordado que él mismo vino en verano a Algeciras a “saludar a los pobres inmigrantes” que llegan a la ciudad andaluza “engañados por las mafias”. El líder del PP ha defendido “la frontera española” y también ha reivindicado la “cooperación en los países de origen” para evitar que esa “pobre gente llegue extenuada” a Europa.
Como lleva haciendo en los últimos cinco meses, Casado ha acusado al Gobierno de promulgar un “efecto llamada” que ha provocado que la llegada de inmigrantes a través de la “ruta occidental” haya aumentado “un 150%” en los últimos meses. A su juicio, el PSOE está repitiendo su “gestión de la crisis de los cayucos” de 2006 que atrajo nuevas llegadas. Además, ha criticado que el Ejecutivo no haya retirado aún las concertinas en las fronteras de Ceuta y Melilla que se comprometió a quitar y que haya puesto en marcha una estrategia de “devoluciones en caliente”.
“Es el cinismo, la hipocresía y el buenismo” del PSOE el que, a su juicio, promulga ese “efecto llamada” a los inmigrantes. Frente a la postura socialista, Casado ha pedido una “inmigración realista” como la que hizo que durante el Gobierno de José María Aznar llegaran “cinco millones de inmigrantes” a España. Su “receta”, la del PP, es “cuidar las fronteras” y aplicar la “solidaridad” en los países de origen para que estos “progresen”.