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El PSOE andaluz se plantea el relevo de Susana Díaz tras perder por primera vez la Junta

Susana Díaz ante el comité director del PSOE andaluz.

Irene Castro / Lucrecia Hevia

“En política un día deja de sonar el teléfono”. Es una reflexión de dirigentes que un día dejaron de estar en la primera línea y es lo que puede pasarle a Susana Díaz ante su inminente salida de San Telmo tras el pacto de PP, Ciudadanos y Vox. El PSOE andaluz asiste a los prolegómenos de un terremoto: la pérdida de la Junta de Andalucía por primera vez tras 36 años ininterrumpidos de poder.

La debacle ha provocado ya que en la inquebrantable federación andaluza aparezcan las primeras grietas y que también por primera vez el liderazgo de la antaño todopoderosa Susana Díaz comience a cuestionarse. Dirigentes del PSOE andaluz reconocen que la pérdida de la Junta obliga a una renovación del liderazgo.

La aún presidenta en funciones ha asegurado que se quedará como jefa de la oposición frente al Ejecutivo de Juanma Moreno Bonilla y su pretensión es seguir el ejemplo del extremeño Guillermo Fernández Vara, que fue expulsado del poder en 2011 y lo recuperó en las urnas cuatro años más tarde.

Fuentes socialistas consideran que los casos son incomparables: “Andalucía no es como Extremadura y, además, a Guillermo le arrebató el Gobierno realmente IU, que apoyó al PP”. La abstención de IU le entregó la Junta a José Antonio Monago. “¿Vamos a ir a las elecciones dentro de cuatro años con Susana otra vez?”, se pregunta un dirigente andaluz, que considera que es inviable y que teme, además, que el nuevo Gobierno desgaste al PSOE con lo que vaya encontrando “en los cajones” de la administración andaluza.

“Creo que debe seguir en la oposición, cambiar su entorno y preparar el relevo”, reconoce una socialista andaluza, que admite que los movimientos han comenzado, especialmente en las provincias menos vinculadas al susanismo, como Jaén, Almería o Granada. Es la primera vez que la federación andaluza inicia un “análisis de la necesidad de cambios” en el liderazgo desde que Díaz tomó las riendas, como reconoce esa dirigente.

Varias fuentes del PSOE-A coinciden en que Díaz debe dar un paso atrás, aunque un sector del susanismo cree que no puede haber ninguna fisura antes de que sea la propia presidenta la que decida apartarse. En lo que también están de acuerdo es en que cualquier proceso tiene que producirse después de las municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo para no perjudicar al partido en los comicios locales.

De hecho, muchos apuntan a que será el mapa que dejen las urnas el que despeje el futuro de ese nuevo liderazgo. “Eso es fundamental”, dice una de las fuentes consultadas. Los alcaldes socialistas andaluces dudan de que la presencia de Díaz en la campaña les ayude y pretenden desmarcarse con una competición en clave municipal.

Algunas de las fuentes consultadas apuntan a que esos nuevos liderazgos podrían hacerse con las riendas de la federación para recuperar fuerza de cara a las siguientes andaluzas. Otros dirigentes consultados apuntan a figuras que puedan aglutinar cierto consenso, como Paco Reyes, para pilotar la federación de forma interina hasta que se designara un aspirante a la Junta. María Jesús Montero es una opción que Ferraz promovería.

“La conclusión más generalizada de la mayoría del partido es que [Susana Díaz] debe irse, pero de momento piensan que de manera ordenada, que es exactamente lo que nosotros también pensamos”, dice un dirigente del PSOE próximo a Pedro Sánchez. Ferraz señaló la puerta de salida a Díaz pocas horas después de que se cerraran las urnas el pasado 2 de diciembre.

“Nosotros queremos implicarnos en ese proceso de reflexión contribuyendo a la necesaria regeneración de nuestro proyecto en Andalucía”, expresó el secretario de Organización y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, que reconoció que los políticos deben asumir su “responsabilidad”: “Nuestro papel está siempre subordinado al éxito de nuestro proyecto político y estamos siempre a disposición de la organización que con generosidad nos ha otorgado la confianza”, agregó.

Ferraz apuesta por una salida pactada

En Ferraz rebajan el tono para no dar la impresión de que se abre un cisma a cuatro meses de las elecciones, aunque avisan de que ya no serán meros “espectadores” de lo que sucede en la federación. “No hay un problema orgánico”, dijo Ábalos que, no obstante, avisó de que la dirección de Sánchez “no va a hacer renuncia de su responsabilidad y funciones”. En Moncloa y en Ferraz no prevén hacer movimientos todavía: “Es muy pronto”.

“Estamos dispuestos a establecer un diálogo con ella para ordenar el futuro, para ver cuáles son las mejores posibilidades”, dice un destacado miembro de la Ejecutiva que considera, sin embargo, que Díaz “no se presta” y que “está enrocada”.

“A partir del día 16 [fecha prevista para la investidura de Moreno Bonilla] su entorno se va a resquebrajar más. Cuando se consume el acuerdo se va a empezar a abrir en canal. La única salida que tiene es irse con las alternativas que se le planteen”, dice un dirigente andaluz ubicado en el sanchismo, que apunta a que Díaz pacte su marcha a cambio de un hueco en futuros procesos electorales, como las europeas o las listas del Congreso.

El deseo de Ferraz es que la solución no sea traumática como la imposición de una gestora: “No abrimos sucursales”, afirmó Ábalos. Sin embargo, algunos dirigentes sanchistas sí creen que sería el camino si Díaz se niega a dar un paso atrás.

Sin una fórmula así de drástica, la secretaria general de los socialistas andaluces tiene por delante un mandato de algo más de dos años, ya que el último congreso de la federación fue en el verano de 2017. Los Estatutos que aprobó el PSOE de Sánchez dificultan la salida de un líder. En el caso de Díaz, lo tendría que aprobar el 51% del Comité Director, hecho por ahora a su medida, y luego ser ratificado por la militancia.

Sin embargo, Ferraz se reservó una baza para intervenir en las federaciones en el desarrollo del reglamento posterior. En su artículo 341 establece las “situaciones conflictivas” que justificarían la suspensión de un órgano ejecutivo. Una de ellas es una genérica que establece que se podría intervenir por parte de la dirección federal “cuando concurran circunstancias de análoga gravedad que hagan necesario restablecer la normalización de la vida interna del partido”. “Con el movimiento que hay en las bases, Ferraz podría justificarlo”, dice un sanchista andaluz.

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