Unidas Podemos, ante el 10N: gobernar o pasar a la oposición contra Pedro Sánchez
Cuartas elecciones generales en cuatro años. Y el mensaje central de la campaña de Unidas Podemos se mantiene intacto. Quieren gobernar y asumir competencias reales, siempre en función del peso que tenga en las urnas la candidatura que lidera Pablo Iglesias. Pero si Pedro Sánchez, al que todas las encuestas dan como ganador, busca a su derecha los apoyos que necesita y recurre al PP y a Ciudadanos, la coalición que integra a Podemos e IU, entre otros, intentará ser la oposición progresista a lo que consideran que sería un Ejecutivo destinado a aplicar “recortes por abajo” ante la desaceleración económica que acecha a Europa. Y si el bloqueo persiste y el país tuviera que afrontar terceras elecciones, una opción que desde Unidas Podemos dicen que intentarán evitar, las afrontarán.
“Si estamos más fuertes el domingo, y el PSOE más débil, estaremos más cerca de un Gobierno de coalición histórico”, ha asegurado Pablo Iglesias en su discurso. El secretario general de Podemos ha hecho una defensa de la democracia como “un instrumento de las mayorías, de los que no tienen nada, de los más, para poner límites a los que acumulan poder y privilegios”. “Si la economía no está limitada por la democracia, entonces estamos en la dictadura de los más fuertes”, ha explicado.
Iglesias ha reclamado durante toda su intervención el apoyo de los ciudadanos que se sienten progresistas como único antídoto contra la entrada de la derecha en el Gobierno. El líder de Unidas Podemos ha recordado el discurso de Pedro Sánchez durante las primarias y ha reconocido que aquellos mensajes de 2016 hicieron que muchos de sus votantes “volvieran” al PSOE. Iglesias ha planteado que ese trasvase de votos puede volver a producirse. Y ha advertido a Sánchez: “Si estamos fuertes, será la propia militancia socialista la que impedirá que pacte con la derecha, porque si lo hace no gobierna más en su vida”.
El acto de cierre de campaña de Unidas Podemos ha congregado a varios miles de personas en el recinto ferial de Madrid, que han esperado varias horas para poder entrar y coger un sitio desde el que ver a Pablo Iglesias, Ada Colau, Irene Montero y Alberto Garzón, entre otros. La alcaldesa de Barcelona ha recibido una de las ovaciones más fuertes de la noche cuando Montero la ha presentado. Su presencia este viernes en Madrid, cargada de significado,
Irene Montero ha insistido en la idea en su turno. La dirigente ha acusado al PSOE de haber “renunciado a un proyecto de España en el que los recortes se hacen por arriba y se regulan los precios de los alquileres”. Montero, que ha presentado el acto, ha querido hacer hincapié en dos de sus protagonistas: el exdirigente de Equo, Juan López de Uralde, y a la alcaldesa de Barcelona, quien ha recibido uno de los más grandes aplausos de la noche.
Colau ha justificado su presencia en el cierre de campaña en Madrid en la necesidad de mostrar que el proyecto sigue cohesionado, pese a los problemas de estos años y a la escisión más reciente de Íñigo Errejón. En este sentido, Colau ha dejado un mensaje claro: “Pueden pasar muchas cosas, pero nunca jamás vamos a permitir que la mala política, la del conmigo o contra mí, nos divida a la gente común, a la gente trabajadora, a las clases populares. Es una vieja estrategia de los de arriba intentar dividir a los de abajo. Porque unidas, solo unidas, podemos”.
La alcaldesa de Barcelona también ha apelado a la base socialista y progresista del país. “Cuando hicimos a Sánchez presidente se generó una expectativa. Y Pedro nos ha fallado. Está comprando el discurso de la derecha. Está dejando huérfanos a miles de socialistas honestos, comprometidos con el diálogo. Muchos socialistas catalanes se avergüenzan del discurso que está oyendo hoy de Sánchez. A esas mujeres y hombres les digo que Unidas Podemos no les fallará. No le temblará la mano para defender las soluciones políticas, para confrontar a la extrema derecha y para hacer las medidas sociales necesarias”, ha concluido.
El líder de IU, Alberto Garzón, ha precedido a Colau y ha reivindicado el espacio político de Unidas Podemos. “Soñaban con que nos desesperáramos. Mandemos un mensaje muy claro: Unidas Podemos no se rinde, sale fortalecida y no se resigna. Por eso no se cumplirán los augurios de quienes convocaron las elecciones. Se van a quedar con las ganas, vamos a demostrar este domingo que no nos rendimos”, ha señalado.
Garzón ha considerado que “la extrema derecha es el resultado del discurso del odio del PP y Ciudadanos, y del PSOE, que ha intentado usarlo” en su beneficio. “Nuestro pueblo es de paz y nos van a encontrar trabajado por el diálogo, no por la represión”, ha concluido.
Superar el resultado de abril
Unidas Podemos arrancó la campaña exprés del 10N con el convencimiento de que, cuando menos, serían capaces de repetir el resultado de abril. Y, a partir de ahí, intentar recuperar parte de las posiciones que la formación ha perdido sobre todo en la España vaciada. Para Unidas Podemos, competir por tener representación en las Castillas, Extremadura, La Rioja o Cantabria es clave desde el punto de vista estratégico: no se puede hacer un proyecto de mayorías si solo eres visible en las grandes ciudades y el arco Mediterráneo.
Pese a la dura pugna con el PSOE por el relato de quién fue el responsable de la repetición electoral, que en Unidas Podemos dieron por zanjado cuando Pedro Sánchez dijo aquella frase de que “no dormiría tranquilo” con ministros del entorno de Iglesias en áreas sensibles de su Gabinete, las primeras encuestas arrojaban una posición de partida relativamente buena para el grupo confederal. El hundimiento de Ciudadanos les abría la puerta de lograr la tercera posición en muchas provincias pequeñas y medianas, lo que supone entrar en el reparto de diputados.
Así lo señalaba el barómetro preelectoral del CIS, en consonancia con otros sondeos hechos en las mismas fechas. Pero la campaña giró con la sentencia del Tribunal Supremo en el juicio del procés. Las dos semanas de disturbios posteriores al fallo que sentenciaba por sedición a parte de los líderes políticos catalanes giró el discurso hacia la cuestión nacional. La sentencia, junto a la exhumación de Franco, han impulsado a Vox, que ha amarrado la fidelización del voto.
Catalunya y Franco no eran los temas elegidos por Unidas Podemos para hacer campaña. Y los de Pablo Iglesias han acusado el golpe. La cuestión territorial siempre es complicada para la formación, que defiende el diálogo como solución en un momento en el que la polarización de las posiciones vuelve a ser absoluta. El daño a la candidatura catalana que encabeza Jaume Asens podía ser muy duro. Tanto, que la alcaldesa de Barcelona se ha puesto al frente de la campaña de En Comú Podem, cuya lista por la capital catalana cierra.
Colau ha participado este viernes en el acto final de campaña en Madrid. Por primera vez en unas generales. El otro motivo de la implicación de la alcaldesa en campaña fue la irrupción de Más País en Catalunya. Concretamente, en Barcelona. Hasta el último momento, los comunes contaban con que Íñigo Errejón no daría el paso de competir en la casa de Colau, pero la necesidad de intentar asegurarse el 5% del voto para optar a tener grupo parlamentario propio no admitía otra decisión por parte de Errejón.
La parte positiva para Unidas Podemos, y para En Comú Podem, es que a Más País la cuestión catalana le viene incluso peor que a ellos. Sin presencia en los debates y con pocos recursos para la campaña, Errejón se presentó como la garantía para romper el bloqueo político por el lado progresista. Pero este no ha sido uno de los temas centrales de la pugna mediática desde octubre hasta ahora.
Ampliación del carril izquierdo
La campaña de Unidas Podemos ha ido, como suele ser habitual ya en ellos, de menos a más. Los primeros actos de precampaña se preparaban en lugares pequeños, conscientes como eran de que la desmovilización podía provocar una baja afluencia. Y no hay nada que teman más los partidos que un mitin con sillas vacías.
En Unidas Podemos señalan que dos puntos de inflexión le han permitido recuperar el pulso. La gestión del Gobierno ante la crisis catalana y el giro hacia posiciones más centristas de un Pedro Sánchez que quiere gobernar en solitario apoyándose a izquierda o derecha de forma alternativa.
Ambos movimientos han dejado a Unidas Podemos el carril izquierdo libre. Al menos así lo creen sus estrategas. Si en abril el PSOE había logrado estrechar los márgenes de Pablo Iglesias, el secretario general de Podemos ha aprovechado los actos tras el debate de candidatos del pasado lunes para interpelar directamente al tradicional votante socialista que se autorreferencia en la izquierda sociológica. Con especial referencia a los seguidores del PSC. La propuesta de Sánchez de reformar el Código Penal para recuperar el delito de referéndum ilegal venía a sumarse a la ausencia de referencias al federalismo en el programa electoral socialista. Tras las quejas de Miquel Iceta, el PSOE lo recuperó.
Con todo, las sensaciones en Unidas Podemos, como en los demás partidos, es de expectación e incertidumbre. El resultado de las elecciones del domingo no está nada claro y el auge de la ultraderecha, que parecía haberse frenado en abril, preocupa, y mucho, en las filas confederales. Por motivos propios, ya que cortaría la posibilidad de recuperar terreno en las provincias medianas, y por el temor que produce que el partido de Santiago Abascal toque poder.
Lo que no está en duda tras el 10N es que Pablo Iglesias se mantendrá al frente tanto de Podemos como de Unidas Podemos. “Tengo mecha para rato”, ha declarado este mismo viernes en una entrevista en La Sexta. Iglesias no quiere retirarse sin gobernar y, mientras los inscritos de su partido no digan lo contrario, seguirá como secretario general. Por estatutos, la III Asamblea Ciudadana de Podemos no se tiene que celebrar hasta 2021.
Lo que sí depende, y mucho, del resultado del domingo es cómo se reestructura el llamado espacio del cambio. En Andalucía, Teresa Rodríguez ha pospuesto la conferencia política en la que se iba a plantear la superación de Podemos en un sujeto político similar al que Ada Colau lidera en Catalunya. El objetivo: independizarse de la dirección estatal de Podemos. En el territorio de Colau, precisamente, nadie descarta unas inminentes elecciones autonómicas. Y Catalunya en Comú no tiene una candidatura clara. Desde IU, por su parte, abogan por fortalecer a Unidas Podemos y por intentar recuperar a los compañeros de viaje que, como Íñigo Errejón, se han ido, por un motivo o por otro.
Esto se abordará en 2020. Siempre y cuando no persista el bloqueo político y nos encontremos ante una tercera cita electoral consecutiva.