La Vanguardia despide por burofax a Gregorio Morán un mes después de rechazar un artículo suyo
El diario La Vanguardia acaba de comunicar por burofax el despido de su columnista Gregorio Morán. Después de casi tres décadas de colaboración del escritor y periodista, el medio catalán ha trasladado “el despido fulminante”, según ha confirmado Morán a este medio.
El burofax ha llegado cuando se cumple un mes desde que la cabecera rechazó publicar un artículo de Morán en su habitual espacio semanal llamado Sabatinas intempestivas.
“No explican el motivo, simplemente rescinden el contrato. Mi primera columna en La Vanguardia la publiqué en 1988”, explica Morán a eldiario.es.
“El mes de agosto estaba estipulado en el contrato como mes de descanso, y justo cuando me tocaba a volver a escribir he recibido el despido. Me iba a poner esta tarde y ha llegado el burofax”, relata Morán: “No lo esperaba. Había pasado por situaciones muy difíciles, nunca pensé que me iban a echar así. La situación ha cambiado del procés a acá tanto como para que una persona que escribía lo que pensaba lo puedan echar”.
La columna que se disponía a escribir habría sido la siguiente tras la que no se publicó a finales de julio. Aquel artículo, titulado 'Los medios del Movimiento Nacional' y muy crítico tanto con el Govern como con la televisión y prensa catalanas, fue publicado por otros diarios como El Periódico de Catalunya.
“Estamos en manos de un personal que bordea la ley, y que lo hace con el ánimo de no sólo de incumplirla, sino de imponer la suya, que no es otra que ir a la ruptura y provocar un conflicto no sólo cívico sino violento”, escribía Morán sobre Joaquin Forn, nuevo conseller de Interior. A Forn se refiere también como “delincuente legal”: “Podría llamarse así a aquel que rompe la legalidad cuando le peta en función de sus intereses políticos”.
“Un muerto salvaría a Cataluña' es el lema escondido entre los conspiradores de esta farsa”, dijo. “Baste decir que Artur Mas confiesa a los suyos que llegará el momento oportuno de ocupar los edificios estratégicos de Barcelona”.
“Nunca se hizo tan evidente, desde los tiempos del franquismo, el dilema de estar con el poder o contra el poder. Y aquí entramos los plumillas”, relataba el periodista. “Los fondos destinados a diarios como Ara, Punt Diari, TV3, que superan Canal Sur de Andalucía o el canal de Madrid, que ya es decir, cantidades de todos modos exorbitantes que pagamos todos los ciudadanos, desde Cádiz a Girona, y donde sobreviven 7 directivos de TV3 con salarios superiores a los 100.000 euros, podrán parecer una nadería frente a las estafas reiteradas del PP, pero describen un paisaje. Cobrando eso, ¡cómo no voy a ser independentista! ¡Qué simples somos cuando decimos que esos medios no los ve ni los lee nadie! Se equivocan y por eso estamos donde estamos”.
“El columnistatertuliano podrá ser despreciado, y lo merece, pero crea opinión. En muchos casos es su única fuente de información. Son los Jiménez Losantos del Movimiento Nacional catalán. ¿Acaso el viejo Arriba del franquismo, o Pueblo, o las agencias gubernamentales las leía alguien? Pero estaban ahí, presentes, supurando la bilis contra el enemigo”, escribía sobre el articulismo en esa prensa catalana. “Son una especie de diarios virtuales, anónimos, a los que los idiotas echan una ojeada que les basta para saber por dónde va la cosa”.
“Habría que recuperar ahora los Nuevos Medios del Movimiento Nacional catalán. Te crujen por una disidencia, por una opinión que no sea la de las instituciones corruptas de la Generalitat”, expresaba Morán casi al final de su texto.
Esto último es la principal razón esgrimida por La Vanguardia para censurar la columna, según Economía Digital. La dirección del periódico consideró que referirse a la Generalitat como corrupta, además de a Forn como “delincuente legal”, podía ser motivo de querella contra el rotativo.