Una multa de la CNMV por utilizar información privilegiada. Una dimisión del Instituto Europeo por no informar de ingresos de un consejo de administración. Supuestos espionajes a sedes de la Generalitat de Catalunya fuera de España. Reacciones extemporáneas ante preguntas de periodistas extranjeros. Éstas y otras cuestiones son incómodas son a las que se enfrentará el aún ministro de Exteriores español, Josep Borrell, este lunes ante el Parlamento Europeo. Será durante el examen de la Cámara al designado jefe de la diplomacia europea.
El trámite se presenta difícil, pero no imposible. No en vano, populares, socialistas y liberales ya salvaron a Borrell de tener que vender sus acciones de Bayer, BBVA e Iberdrola en la comisión parlamentaria de Asuntos Legales. La misma comisión que sí tumbó a los comisarios designados de Hungría y Rumanía.
Además, Borrell fue elegido por el Consejo Europeo el 2 de julio pasado; por los líderes de la UE, y es poco probable que los grupos políticos del Parlamento Europeo se rebelen de esa manera ante sus jefes.
En todo caso, el PP no olvida que el PSOE hizo sufrir a Miguel Arias Cañete hace cinco años por sus negocios familiares. Durante tres horas del 1 de octubre de 2014, Cañete tuvo que contestar a 45 preguntas, siendo las primeras las más difíciles al ir dirigidas a los intereses de sus familiares. “No considero a mi cuñado un miembro directo de mi familia”, llegó a contestar en una ocasión. En la segunda parte del hearing, más técnica, Cañete respondió más relajado.
Y si los populares españoles no olvidan la dureza socialista contra Cañete, los populares europeos tampoco olvidan que el PSOE votó en contra de Jean Claude Juncker.
Multa de la CNMV
Es el caso más delicado, porque es reciente y porque saltó mientras era ministro de Asuntos Exteriores. Se trata de la multa de 30.000 euros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a Borrell por vender acciones de Abengoa cuando era consejero de la empresa.
Según publicó el BOE, la multa responde a la infracción muy grave de la Ley del Mercado de Valores cometida por Borrell por la venta de 10.000 acciones de Abengoa por un importe de 9.030 euros el 24 noviembre de 2015, cuando aún era consejero de esta compañía y por lo tanto disponía de información privilegiada que no había sido publicada.
La multa sirvió para que la oposición parlamentaria pidiera la dimisión de Borrell. ¿Se puede pedir la dimisión de un ministro y, al mismo tiempo, permitirle ocupar uno de los principales puestos de la Unión Europea? Es una contradicción que también deberán afrontar el PP y Ciudadanos.
Borrell declara haber sido miembro del consejo de dirección de Abengoa entre 2009 y 2016, y presidente del Consejo Asesor Internacional de la empresa energética española entre 2011 y 2016.
Borrell negó que se hubiese valido de información privilegiada, alegando que perdió mucho más dinero, pero pagó la multa: recurrirla habría supuesto hacerlo contra el Gobierno del que forma parte.
Más Abengoa
En 2012 fue obligado a dimitir como presidente del Instituto Universitario Europeo –puesto que Borrell le ganó por la mano a Enrique Barón– por haber ocultado que al mismo tiempo cobraba 300.000 euros al año como consejero de Abengoa: suponía un conflicto de intereses con su participación Abengoa.
¿Trato favorable?
Así lo ha denunciado la eurodiputada Manon Aubry (Francia Insumisa/GUE): “Hemos estado luchando durante dos semanas para hacer seriamente este trabajo de control. Pero solo dos comisarios de Europa del Este tienen problemas (Plumb y Trócsányi), cuando los pesos pesados de Europa occidental han estado bien protegidos”.
¿A qué se refiere Aubry? “Por ejemplo, Josep Borrell, socialista español, candidato para asuntos exteriores, con medio millón en acciones, incluidas Bayer (pharma), BBVA (finanzas) e Iberdrola (fósiles). Pero no se le hizo ninguna recomendación. Paolo Gentiloni, Partido Democrático italiano, candidato para la economía y la fiscalidad justa: 111.000 euros en Amazon; 20.000, en LVMH... sin mencionar los combustibles fósiles (ENI, Enel). Promete vender sus acciones, pero no hay ninguna garantía solicitada”.
Aubry entiende que a estos comisarios les está saliendo “barato”, mientras que “tanto en términos de solicitud de información adicional como de recomendaciones para la venta de acciones, la comisión demostró que sabía ser firme con candidatos de países menos influyentes”. ¿Por ejemplo? “Se examinó el piso del polaco Wojciechowski, que estuvo desocupado durante 3 años, pero no plantearon ningún problema los 13 apartamentos de la portuguesa Ferreira, ni los cinco de Josep Borrell o los 4 de Gentiloni”.
El Parlamento preguntó a Borrell si había pensado en vender, Borrell contestó que no lo había pensado, pero que estaba “dispuesto” a considerar los argumentos de la comisión de Asuntos Jurídicos si entiende que puede haber “conflictos de interés” y “seguir sus indicaciones”. ¿Y cuál fue la siguiente decisión de la comisión del Parlamento? Respaldar, por 17 votos a 7, las posiciones de Borrell y no pedirle que venda las acciones.
Borrell ha declarado tener cinco apartamentos --uno en la localidad madrileña de Majadahonda, otro en Madrid capital, otro en Bruselas y dos en La Pobla de Segur en Lleida--, así como un almacén en esta misma localidad de Lleida y una parcela en Valdemorillo (Madrid).
El aún ministro de Exteriores también posee 92.190 euros en acciones: 28.224 euros en acciones en Bolsas y Mercados Españoles (BME); 12.390 euros en Bayer, 11.391 euros en acciones en Iberdrola; y otros 40.185 euros en participaciones de BBVA.
Asimismo, ha declarado 138.897 euros en el fondo de inversión Bestinver; 34.492 en el de Lyxib; y otros 230.754 euros en sendos fondos de pensiones (181.044 euros en el fondo de pensiones de Fonditel y 49.710 euros en el de Caixa Bank).
La última declaración pública de bienes de Borrell fue la que publicó el BOE en septiembre de 2018. Entonces, valoraba sus bienes inmuebles en 983.400 euros, y reconocía ser titular de 589.248 euros en acciones y participaciones de entidades jurídicas negociadas, y 923.274 en depósitos o cuentas. Poseía, además, 4.600 euros en seguros de vida, otros 273.967 euros en otros “bienes y derechos de contenido económico” y declaraba un pasivo de 60.969 euros.
Los cables de las 'embajadas' catalanas
“Si pueden, lo harán; si pueden, lo harán”. El ministro de Exteriores en funciones, Josep Borrell, asume que los cables sobre las “embajadas” catalanas pueden interferir en su candidatura a liderar la diplomacia europea. Así lo reconoció en Bruselas, al ser preguntado sobre el uso político que puede hacer el independentismo de los cables y el supuesto espionaje realizado por Exteriores para “torpedear” su candidatura.
¿Por qué? Porque el Gobierno maneja información reservada sobre la actividad de las “embajadas” de la Generalitat de Catalunya en al menos tres países extranjeros, según acredita la información que la Abogacía del Estado ha incorporado a la causa que se sigue en el Tribunal Superior de Justicia catalán para el cierre de estas delegaciones catalanas que solicita el Ministerio de Exteriores español, tal y como ha adelantado eldiario.es.
En la documentación de esos anexos, 218 folios en total, aparecen cables o “notas informativas” de los embajadores a Madrid dando cuenta de la actividad de esas embajadas. Se trata de información que nunca se hace pública y que incluye apreciaciones subjetivas de los diplomáticos. Por algún motivo, los responsables de Exteriores o el Abogado del Estado consideraron que era importante adjuntarla a su demanda. Eso ha permitido conocer el trabajo de la acción exterior del Gobierno español contra el proceso soberanista, o más bien contra la difusión del proceso soberanista en otros países, ante sus autoridades o en sus medios de comunicación.
Y todo esto le llegó al ministro de Exteriores en funciones, Josep Borrell, como candidato a liderar la diplomacia europea como Alto Representante para la Política Exterior y vicepresidente de la Comisión Europea.
Enfado con la prensa
Borrell protagonizó un momento de tensión en la televisión alemana DW en plena campaña. El responsable de la diplomacia española cortó una entrevista cuando estaba siendo preguntado por Catalunya y una reforma de la Constitución. “Usted está mintiendo continuamente”, subrayó, al tiempo que comenzó a retirarse el micrófono de la corbata y cortaba la entrevista. El programa explicó en la emisión que el ministro estuvo debatiendo con sus colaboradores, que le recomendaron volver a la entrevista. Tras lo cual se notaba el rostro tenso de Borrell.
'Jardines' diplomáticos
“Estados Unidos tiene muy poca historia detrás. Nacieron a la independencia prácticamente sin historia, lo único que habían hecho era matar a cuatro indios”, señaló el futuro jefe de la diplomacia europea durante el acto en la Universidad Complutense de Madrid, comparando la historia de Estados Unidos con la de Europa para evidenciar las dificultades de la integración europea.
Pero no es el único. En mayo dijo en una entrevista con El Periódico de Catalunya: “Tenemos un nuevo mundo que no habríamos podido imaginar hace cinco años. Trump no era presidente, no había Brexit, no habíamos tenido la crisis de los inmigrantes, la guerra de Siria... Han cambiado muchas cosas. Nuestro aliado nos da la espalda. Nuestro viejo enemigo, Rusia, vuelve a decir ‘aquí estoy yo’, y vuelve a ser una amenaza; y China aparece como un rival”.
A raíz de eso, la cancillería rusa citó al embajador español en Rusia, Fernando Valderrama, para expresarle su “sorpresa y decepción” por unas declaraciones de Borrell que considera “inamistosas”.
Pero aún hay más: España es uno de los cinco países de la UE que no reconocen la independencia de Kosovo, lo que complica que Borrell pueda verse como un actor imparcial en los Balcanes.
Dimisión hace dos décadas
¿Qué era el escándalo de Aguiar y Huguet que acabó en 1999 con la candidatura a la presidencia del Gobierno de Borrell en favor de Joaquín Almunia, el hombre de Felipe González que perdió ante él? Un fraude fiscal que salpicó a ex colaboradores de Borrell cuando éste fue secretario de Estado de Hacienda (1984-1991), una corrupción que él no había cometido y que le estallaba de lleno sin apenas capacidad para defenderse dado que él no era el acusado. Huguet acabó entrando en prisión y Aguiar terminó exculpado durante la instrucción.