El Estado va a tomar el control casi total de las cuentas de la Generalitat. El Consejo de Ministros ha aprobado “una serie de acuerdos que establecen un novedoso sistema de pagos por el que el estado sustituye a la comunidad autónoma, no completamente pero en la mayoría de los pagos esenciales”, ha dicho el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
El Gobierno pretende “garantizar el servicio público al máximo” porque, dice, “no podemos confiar en unas autoridades que dicen que están comprometidas con los objetivos de estabilidad presupuestaria, pero a su aire”. Con el mecanismo aprobado, el Estado pasará a pagar cuestiones sustanciales como las nóminas durante el tiempo que dure la situación de “excepcionalidad”, en palabras de Montoro, esto es “mientras se sigan negando a cumplir la ley” desde la Generalitat.
En el plazo de 48 horas la Generalitat deberá publicar un acuerdo de no disponibilidad de su presupuesto. Si Carles Puigdemont no lo hace, lo hará Cristóbal Montoro en persona. Y, a partir de ahí, será Hacienda del Gobierno Central la que atenderá los pagos que tenga que realizar la Generalitat en una multitud de servicios.
El pasado jueves, el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, comunicó al ministro de Hacienda que el Govern dejaba de enviarles los informes semanales de gastos con los que el Gobierno central controlaba que no se utilizaba dinero público para el referéndum desde que se estableció esta medida extraordinaria el pasado julio.
Aunque en un primer momento el Gobierno dejó claro que incumplir la obligación de remitir la información implicaría una suspensión del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) para Cataluña, finalmente se ha optado por no cortar esta vía de financiación, por los perjuicios que se podrían causar a proveedores y ciudadanos.
Según el ministro, ahora se da “un paso más allá del FLA”, al tocar el sistema de financiación autonómica. Cada mes, el Gobierno le da una paga mensual a las comunidades autónomas a cuenta de los impuestos que recolecta el Estado pero que cede al 50% a las comunidades autónomas, como el IRPF o el IVA, entre otros. Según Montoro, esto supone alrededor de 1.400 millones de euros mensuales, que ahora se pagarán solo con factura mediante de a qué se van a destinar.
Según el ministro, el sistema de pagos permitirá que el Estado sustituya a la comunidad autónoma “no completamente pero sí bastante”. Según explicó en rueda de prensa, el nuevo mecanismo hará que “ni un euro vaya a ninguna actividad ilegal” y garantizará los “objetivos de estabilidad presupuestaria”. “Todo el mundo va a cobrar en plazo y lo hacemos en función de la seguridad que da el estado ante la incertidumbre que crean varias posiciones políticas”, ha apuntado el ministro.
Procedimiento
El proceso para habilitar este nuevo mecanismo será el siguiente. Tras la publicación del acuerdo, que se ha aprobado en Comisión Delegada de Asuntos Económicos, se dará un plazo de 48 horas a la Generalitat para publicar un acuerdo de no disponibilidad de su presupuesto sobre todos los asuntos que no sean servicios esenciales. Montoro recordó que estos servicios “esenciales”, son las nóminas, la sanidad, la educación y los servicios sociales.
Si en el plazo de 48 horas el presidente de la Generalitat no da publica este acuerdo (el de que no dispondrá del presupuesto para otras áreas que no sean las esenciales), el ministro de Hacienda será el que publique ese acuerdo de no disponibilidad.
Una vez realizado este trámite, la comunidad deberá comunicar también todos los créditos que tengan pendientes para los servicios públicos elementales y comunicar los pagos que haya que hacer.
La Intervención General de la Generalitat tendrá que asegurar que no se financia “ningún proceso refrendario”. Una vez recibido estas comunicaciones, el Estado pagará al acreedor directamente, como una especie de extensión del actual FLA, la línea de liquidez autonómica que enchufa dinero a las comunidades autónomas desde 2012.
Además, todas las facturas deberán consultarse a través del punto de facturación electrónica del Estado central. El ministro ha insistido en que este “control de pagos, no afecta al ejercicio de las competencias”. “No estamos sustituyendo competencias y sí garantizando que ningún pago va a actividad ilegal o a actividades que no sean compatibles con objetivos de estabilidad presupuestaria.
Cómo hemos llegado hasta aquí
La obligación de remitir semanalmente los gastos a Hacienda arrancó el pasado julio cuando el Gobierno central detectó un desvío no justificado en la partida de organización y seguimiento de actos electorales. Las cuentas de Catalunya están intervenidas de facto desde 2012, cuando la Generalitat de Artur Mas se encontró sin liquidez para hacer frente a sus pagos y tuvo que recurrir a la línea extraordinaria de financiación autonómica (FLA).
El acceso a esta línea ya privó a Catalunya de su autonomía financiera y obligaba a un reporte periódico con la justificación de sus gastos. Pero fue el desvío de julio lo que alarmó al fisco central e impuso estas medidas extraordinarias de informes semanales que hasta el miércoles 13, fecha en la que data la carta remitida por Junqueras, se habían cumplido.
El Consejo de Ministros en el que se dio cuenta de esta minuciosa fiscalización, el portavoz del Gobierno, Iñigo Méndez de Vigo, dio a entender que si Junqueras incumplía esta decisión se cortaría el grifo, o lo que es lo mismo, se cerraría el FLA para la Generalitat. Sin embargo, fuentes de Hacienda consultadas por eldiario.es descartan ahora llegar a este extremo, en un giro estratégico de las relaciones con Calalunya.
El ministro Montoro envió este jueves una carta en la que responde a Junqueras. En ella le requiere para que “cumpla con su deber y remita de inmediato la información a la que están obligados”. Le advierte de que, si no lo hace, el Gobierno “adoptará las medidas necesarias” para garantizar que la Generalitat se atiene “al cumplimiento de la normativa de estabilidad presupuestaria”.