Aznar, dirigentes del PP y Vox dan alas a la teoría de la conspiración del 11M dos décadas después
Dos décadas después, las derechas mantienen viva la teoría de la conspiración que cuestiona los hechos juzgados sobre la masacre yihadista del 11 de marzo de 2004. Este lunes, Madrid conmemoró el 20 aniversario del mayor atentado terrorista sufrido en España, en el que murieron 192 personas y provocó más de 2.000 heridos. Y un año más sectores de PP y Vox dieron alas a la tesis que trata de vincular a ETA con el ataque. Todo ello en un momento en el que, además, las derechas utilizan constantemente a la banda terrorista ya desaparecida para tratar de desacreditar al Gobierno progresista y a la izquierda en general.
La tesis difundida en los últimos 20 años y que critican desde entonces la mayoría de las víctimas sostiene que no se conoce “toda la verdad” de lo sucedido en aquellos trenes cargados de bombas. De hecho, el Gobierno del momento, encabezado por José María Aznar –que salió de la Moncloa tras perder las elecciones solo tres días después del atentado–, siempre sostuvo que detrás de la masacre estaba ETA, pese a que pocas horas después del atentado las numerosas pruebas recogidas por la Policía Nacional y el propio Ministerio del Interior –dirigido entonces por Ángel Acebes– apuntaban ya en la dirección de comandos yihadistas. Fue, de hecho, una célula yihadista la condenada por la masacre. Y en su sentencia, la Audiencia Nacional descartó en todo momento cualquier vinculación del ataque con ETA.
Este lunes, la Fundación FAES, una de las referentes de la dirección del PP y dirigida precisamente Aznar, difundía una nota justificando que su Gobierno defendiera hace 20 años que había sido ETA pese a los datos que manejaba y que apuntaban a la autoría yihadista. “Nunca jamás llegó a manos del Gobierno ningún documento oficial que descartase definitivamente la autoría etarra y afirmara sin titubeos la responsabilidad yihadista”, señala el texto.
FAES acusa al PSOE de “mentir” por defender los hechos juzgados y de intentar tapar casos de “corrupción” o la aprobación de la ley de amnistía, que en Génova consideran también “corrupción”. “Podemos lamentar que lo polémico prime sobre lo institucional; el espíritu de división sobre la concordia; la manipulación mendaz sobre la crítica rigurosa”, afirma la fundación. Pero, en su opinión, hay “ciertas terminales mediáticas de la izquierda” que buscan el “calentamiento” de la luctuosa efeméride para “tapar vergüenzas rigurosamente actuales”. “Ni callamos hechos ciertos ni aceptamos mentiras reiteradas”, sentencia FAES.
El equipo de Feijóo, Ayuso y Almeida cierran filas con Aznar
La dirección del PP se apresuró a cerrar filas con Aznar. La secretaria general del partido, Cuca Gamarra, aseguró que este lunes no era “el día” para “atacar a quien en aquel momento estaba al frente del Gobierno de España, y con ello a todos aquellos que tuvieron que afrontar esos días”. Además, el partido de Alberto Núñez Feijóo se sigue resistiendo a decir públicamente que los atentados del 11M fueron perpetrados por terroristas yihadistas.
En los actos y homenajes a las víctimas organizados este lunes ni la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ni el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, pusieron nombre y apellidos a los autores de la masacre, juzgados y encarcelados por la Audiencia Nacional. Ambos se limitaron a calificar el 11M como “el mayor atentado de la historia de España” y lanzaron un sentido reconocimiento a las víctimas, a sus familiares, a los servicios de emergencias, al personal sanitario y a los ciudadanos que las auxiliaron de una forma u otra.
“Nada ni nadie pueden condicionar nuestro camino por medio de la amenaza, el miedo o el chantaje”, apuntó Ayuso en el acto celebrado este lunes frente a la Real Casa de Correos, sede del Ejecutivo autonómico. A su juicio, “la libertad se defiende ejerciéndola cada día y en cada circunstancia.
Desde Vox, en cambio, abrazaron la teoría de la conspiración sin sutilezas. El partido de extrema derecha que preside Santiago Abascal es de los que siguen poniendo en duda la autoría de la matanza del 11M. En un post publicado por la mañana en su perfil de X, la formación enviaba un “recuerdo a las víctimas y a sus familias” del “peor atentado que ha sufrido España”, para lamentar después que llevan “20 años queriendo saber toda la verdad de lo que ocurrió”, y pidiendo, “por favor”, conocerla.
El diputado nacional y portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith, se abonaba a esas tesis y durante el homenaje organizado por la Comunidad de Madrid señalaba que se cumplen dos décadas de “la mayor traición a las víctimas que se haya podido hacer jamás”. Luego recordó que este lunes, con motivo de los 20 años del atentado, “prescriben los delitos” que “no deberían prescribir jamás”. “Hay quienes llevamos desde hace décadas exigiendo saber la verdad y que se sepan todas las incógnitas que no se lograron resolver en el procedimiento judicial”, agregaba.
También el hoy director de El Español, Pedro J. Ramírez, que fue quien durante años alimentó la “teoría de la conspiración” a través de editoriales e informaciones en su etapa al frente de El Mundo, lamentaba que vayan a prescribir los delitos. “Se consuma así el fracaso del Estado en el esclarecimiento de los hechos”, afirmó en su videoblog.
Uno de los promotores de la teoría de la conspiración, Luis del Pino, excolaborador de Federico Jiménez Losantos en la Cope y esRadio y ahora vinculado a El Toro TV –la antigua Intereconomía–, añadía en X: “Sobre el 11-M, mientras no asumáis que, después de la masacre, el PSOE y (una parte de) el PP se pusieron de acuerdo en encerrar a la opinión pública en el falso y estúpido debate de si fue ETA o Al Qaeda (cuando no fueron ninguno de los dos), no podréis entender qué pasó”.
Una crítica más que no faltó este lunes fue la de la presidenta de la AVT, Maite Araluce, muy cercana al PP. Durante el tradicional acto en el Bosque del Recuerdo del parque de El Retiro, Araluce cargó contra Pedro Sánchez y su Gobierno al que acusa de seguir “sin colaborar con la Justicia para los casos sin esclarecer, como el 11M”.
“Ni en desiertos remotos ni en montañas lejanas”
Fue el propio Gobierno de José María Aznar el que mantuvo desde el primer momento que la autora de la masacre era ETA. Tres días después del ataque, el domingo, 14 de marzo de 2004, se celebraban elecciones generales. Y a pesar de las dudas que a las pocas horas ya empezaba a haber sobre la autoría del brutal atentado, el Ejecutivo insistió esa misma jornada electoral en que “ETA buscaba una masacre en España”. Es más, tal y como recoge un informe secreto de la Ertzaintza publicado este lunes por elDiario.es, el Gobierno del PP movilizó al CNI para vincular a ETA con el 11M hasta que pasaran las elecciones. Frente a ello, miles de personas convocadas por mensajes a través de las redes sociales, acudieron masivamente a la sede del PP de la calle Génova la víspera de los comicios exigiendo a Aznar que no mintiera. “¿Quién ha sido?”, coreaban.
Pese a todas las evidencias, el entonces candidato del PP y secretario general del partido, Mariano Rajoy, dijo en una entrevista en El Mundo en esa misma jornada de reflexión: “Tengo la convicción moral de que fue ETA” . El PP perdió las elecciones y empezó una nueva legislatura gobernada por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, al que las derechas acusaron de ganar aprovechándose del dolor de las víctimas.
Lejos de admitir que el 11M fue autoría de terroristas yihadistas, como quedó probado en el juicio, el propio Aznar y buena parte del PP, así como tertulianos y periodistas afines a este partido, alimentaron durante años esa “teoría de la conspiración” en la que involucraban y siguen involucrando a la Policía Nacional, jueces, los servicios secretos (CNI), y al PSOE, al que ven detrás de las “pruebas falsas” que creen que hubo en la investigación.
La teoría continuó difundiéndose en la Comisión de Investigación abierta en el Congreso ese mismo 2004. El expresidente del Gobierno compareció en ella y sentenció que “los que idearon” la masacre del 11M no estaban “ni en desiertos remotos ni en montañas lejanas”.
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