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Belén Macías reflexiona sobre la falta de oportunidades en “Marsella”
La directora catalana Belén Macías rueda estos días su segunda película, “Marsella”, un viaje emocional ambientado en la España de 2013 que propone una reflexión sobre la falta de oportunidades, y sobre quién las merece y quién no, con el trasfondo de la lucha de dos mujeres por el amor de una niña.
“Marsella” es un drama en formato “road movie” pero, sobre todo, “es un viaje emocional, y de experiencia de vida que hacen dos mujeres que comparten algo tan esencial como es el cariño de una niña”, explica Macías en declaraciones a Efe, que acompañó al equipo en una jornada del rodaje en Madrid.
Ambas mujeres, una, madre biológica, y la otra, de acogida, “necesitan a esa niña porque forma parte del sentido de sus vidas, y las dos tienen razón; es el punto de partida para reflexionar sobre la falta de oportunidades en la vida, quién las tiene y quién no, y quién las merece, unido a un montón de peripecias”, explica Macías.
“En la cinta les están pasando cosas constantemente, pero me gustaría que el espectador no se decantase por ninguna hasta el final”, apunta.
La directora, que debutó hace cinco años con “El patio de mi cárcel”, que produjeron los hermanos Almodóvar y obtuvo cuatro candidaturas a los Goya, se ha centrado en este tiempo en la dirección de series de televisión como “La Señora”, “La princesa de Eboli”, “La República” o “El don de Alba”.
Ahora “Marsella”, con guión de la propia directora, Aitor Gabilondo y Verónica Fernández, llega por fin a puerto gracias a Tornasol Film, la productora de Gerardo Herrero, y la de Marta Esteban, Messidor Films, con la participación de TVE.
En las escenas rodadas hoy, Sara (personaje que interpreta María León), acude a una casa de acogida a encontrarse con su hija y Virginia (Goya Toledo) es consciente, por primera vez, de que Claire (la debutante Noa Fontanals) puede volver con su madre biológica.
Un ensayo y unas cuantas tomas más tarde, Macías levanta un dedo e indica algo en el monitor que refleja lo que graba una de las cámaras. Corten. Otra vez.
“Es muy minuciosa, todo lo tiene en la cabeza”, dice Toledo de Macías.
“Es mujer y eso -añade León- se nota mucho. Hay muchos momentos que miro cómo lleva Belén este barco, qué paciencia y que tesón tiene, y siento mucho orgullo de trabajar para una mujer como esta, con su sensibilidad y una manera de hablar que se la ve que es madre y que sabe dominar. Es muy intuitiva”.
Y estudió interpretación, lo que le da un valor añadido para tratar a los actores.
En el reparto figura otro actor con varios premios Goya, Eduard Fernández, un camionero que acompaña a Sara en su viaje, explica León: “Hay una tensión sexual que surge de repente, porque a pesar de la diferencia de edad, tienen muchas cosas en común y una conexión muy grande, son dos personas con mucha piel”.
La película, desvela la sevillana, está trufada de personajes “muy cortitos, pero muy importantes. Por ejemplo -cita- Mi padre es Manuel Morón, que es una auténtica 'bestia' interpretativa”.
Y también aparecen Ruth Gabriel, Alex Moner, Blanca Apilánez, Alberto López y Oscar Zafra, que interpreta al padre de la niña: el que vive en Marsella y provoca el éxodo de las chicas.
María León, ganadora de una Concha de Plata por “La voz dormida”, de Benito Zambrano, asegura a Efe que “no tiene nada que ver” trabajar con Macías, Zambrano o con su hermano Paco, con quien en noviembre empezará el rodaje de “Carmina”, la segunda parte del docudrama familiar “Carmina o revienta”.
“Cada uno cocina el guiso de una manera y eso está muy bien, porque con cada uno me entero de otros ingredientes”.
Goya Toledo, que dio el salto a la fama con “Amores perros”, de Alejandro González Iñárritu, explica que su Virginia “es muy distinta” a sus otros personajes.
“Ella mantiene una lucha muy fuerte por sus afectos, tiene muy claro lo que debe hacer para que las cosas funcionen, aunque luego no todo pasa como ella quiere”, explica la canaria.
Toledo es la madre de acogida que lleva cinco años con su niña y “para ella ya es su hija”.
El rodaje sigue esta semana en Gerona, tras haber pasado por Madrid y Castilla-La Mancha y terminará en unas semanas en la ciudad francesa de Marsella
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