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Borrell advierte de que “tendrá respuesta” el apoyo del ministro belga de Defensa a la huelga de hambre de los independentistas

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

Nuevo conflicto con Bélgica. Si hace un mes y medio, las partes intentaron acotarlo al ámbito regional, esta vez ha saltado al campo de los Estados. En octubre pasado, el Gobierno español retiró el estatus diplomático del delegado flamenco en España, André Hebbelinck, en represalia por las críticas del presidente del Parlamento flamenco, Jan Peumans (de Nueva Alianza Flamenca), al sistema español.

Ahora el asunto ha escalado en cuanto a jerarquía de los actores. El ministro de Defensa belga, Sander Loones, también del nacionalista Nueva Alianza Flamenca –partido que sostiene al liberal George Michel– tuiteó el pasado 1 de diciembre sobre la huelga de hambre de los políticos independentistas presos: “Encerrados por más de un año. Sin ser juzgados. El juez español ni siquiera se ocupa de su demanda. Para evitar que el Tribunal de Derechos Humanos pueda pronunciarse. Ahora se ven obligados a hacer huelga de hambre. Ningún demócrata puede guardar silencio sobre esto”.

El pasado sábado emprendieron la huelga de hambre el líder de JxCat en el Parlament, Jordi Sànchez, y el exconseller Jordi Turull. El lunes se sumaron también los exconsellers Josep Rull y Joaquim Forn.

“Ha hecho unas declaraciones inaceptables que seguramente recibirán una respuesta por nuestra parte”, ha sentenciado el ministro de Defensa, Josep Borrell, a su llegada a una reunión de ministros de miembros de la OTAN en Bruselas.

Cuando en octubre España retiró el estatus diplomático al delegado de la región de Flandes en Madrid, André Hebbelinck, Borrell convocó entonces al embajador belga en Madrid, Marc Calcoen, para trasladarle personalmente el malestar de España por esas declaraciones.

Fue la tercera vez en menos de un mes que el embajador belga fue convocado por el Ministerio de Exteriores español como protesta por las palabras de Peumans, que había considerado “inadmisible” que los líderes independentistas catalanes sigan en prisión y sostuvo que “encerrar a políticos es un acto de violencia”. Peumans también había afirmado que el Gobierno español es “incapaz de cumplir las condiciones para formar parte de una Europa democrática”.