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Bronca y muchas trabas durante el debate de la moción de censura a Cristina Cifuentes

Ángel Garrido durante su turno de palabra en el debate de la moción de censura a Cifuentes

Rodrigo Ponce de León

Un debate bronco, plagado de alusiones a la corrupción entre Podemos y el Partido Popular y con continuas interrupciones y llamadas de atención de la presidenta de la Asamblea de Madrid han jalonado la primera parte de la moción de censura de la confluencia de izquierdas a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina CIfuentes.

Las alusiones al reglamento han sido constante durante el debate. El consejero de Presidencia y Justicia, Ángel Garrido, ha demostrado su conocimiento del filibusterismo parlamentario al echar mano del reglamento para incluir una intervención que ha desbaratado el ritmo de intervención de los diputados de Podemos. 

Con la aquiescencia de la presidenta de la Asamblea, Paloma Adrados, Garrido ha aprovechado su minutos para enervar a la bancada morada con un discurso en el que ha tachado a la iniciativa de Podemos como “un espectáculo, una feria de las vanidades orquestada exclusivamente con un fin: la puesta de largo de su candidata, la señora Ruiz Huerta”, en relación a la portavoz de la formación de izquierdas en el parlamento madrileño.

Las declaraciones de Garrido ha hecho que varios dirigentes de Podemos acusen al miembro del Gobierno de Cifuentes de “machista”, como el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, en un tuit en el que pidió al consejero de Cifuentes que “salga del medievo”.

La propia Ruiz Huerta le ha respondido al consejero de Presidencia y Justica que “si alguien se ha puesto de largo ha sido usted con su rosario de recados machistas, clasistas y paternalistas”.

Garrido se ha defendido de las acusaciones de machismo señalando que la expresión de “puesta de largo” es del secretario general de Podemos Madrid y diputado autonómico, Ramón Espinar, cuando explicó el objetivo de la moción de censura. Además ha llegado a asegurar que “hay mujeres agredidas en Círculos de Podemos” que los dirigentes políticos no quieren denunciar.   

Para rematar la faena, el dirigente del PP de Madrid ha tachado a Ruiz Huerta de ser “una persona con nula experiencia de gestión, pese a ello, y movida por la vanidad digna de mejor causa, tiene la absoluta falta de respeto hacia los madrileños de proponerse para gestionar el Gobierno de la región. Lo único que se me ocurre respecto a su soberbia es la de un joven que hubiera terminado Bachillerato y se propusiera para presidente mundial de Microsoft”.  

El permiso de la presidenta de la Asamblea ha hecho saltar al parlamentario de Podemos  Jacinto Morano, que con el argumento de otros artículos del reglamento le ha echado en cara a Adrados que permitiese “tomar la palabra a los miembros del Gobierno cuando le venga en gana”.

“Me sorprende que el Gobierno haya decidido intervenir antes de la exposición de la moción de censura. ¿Carecen de argumentos contra nuestro programa? ¿Solo le interesa la puesta en escena?”, ha criticado Morano.

La bronca ha sido tal que incluso el PSOE ha pedido la palabra a pesar de que había anunciado que no participaría en la primera parte del debate. La diputada socialista Pilar Sánchez Acera ha mediado al señalar que “en un capítulo de reglamento de la Asamblea  dedicado a regular debate no tiene cabida interpretación arbitraria y contraria Reglamento” y ha acusado a la presidenta de “intervención partidista”.

La presidenta ha hecho caso omiso a las peticiones de la oposición con el argumento de que “el Gobierno puede participar en el momento que quiera” y le ha dado la palabra a Garrido. Adrados puso sobre la mesa el artículo 113.6 donde se recoge que “los miembros del Consejo de Gobierno podrán intervenir en los debates siempre que lo soliciten, sin perjuicio de las facultades de ordenación que corresponden al presidente”.

La mano derecha de Cifuentes ha censurado que los grupos de izquierda no quisieran que el Ejecutivo autonómico pueda participar en el debate. “Estos grupos no quieren que intervenga el gobierno en una moción de censura. Esta todo dicho de cómo entienden la democracia y el estilo que tendríamos si desgraciadamente gobernara la izquierda en la comunidad de Madrid”.

Antes de la diatriba entre Garrido y Morano, el portavoz del PP, Enrique Ossorio, y el secretario general de Podemos Madrid y diputado autonómico, Ramón Espinar, se habían enzarzado en mutuas discusiones sobre supuestos casos de corrupción de ambas formaciones.

Ossorio ha acusado a los miembros de Podemos tener entre sus miembros a personas “condenadas” por  delitos como corrupción de menores, abusos sexuales de menores, posesión de material pedófilo, tráfico de drogas o agresiones.  “En su listas están todos los delitos del Código Penal”, ha señalado.

Espinar había hecho un repaso de los casos de corrupción que azotan al PP.  “Conocíamos hace años los sumarios de Gürtel y Púnica, pero desde el mes pasado conocimos la Operacion Lezo, con la detención del que era hace solo dos años el presidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González. De Madrid, gracias a ustedes solo se habla de la corrupción”.

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