En el PP no creen que los ataques de Mariano Rajoy a partes iguales al PSOE y a Ciudadanos este fin de semana como “responsables” de la repetición electoral vayan a suponer un problema con Albert Rivera. Al menos es lo que concluye Pablo Casado, que ha afirmado este lunes que son compatibles con entenderse con Albert Rivera después del 26J.
El vicesecretario de comunicación ha definido la carga de Rajoy contra Rivera como “algo que entra dentro del debate político” y se ha mostrado seguro de que no tiene por qué tener “una traslación directa” a los posibles pactos electorales. Todo indica que en la estrategia a seguir con Ciudadanos contará con un reparto de papeles entre los cargos de la dirección, que modularán más el tono en comparación con Mariano Rajoy.
Sobre la posibilidad de que Rivera vuelva a insistir en que con Rajoy como candidato no hay acuerdo posible, Casado ha insistido en que la decisión es interna, del PP y que hay unanimidad en que es el mejor cabeza de cartel. En su entudiasmo, el dirigente ha llegado a afirmar: “Corresponde a nuestras bases decidir cómo nos organizamos”. Lo que no ha aclarado es qué papel juegan las bases en la elección ya que no se les consulta sobre el asunto.
Casado ha reconocido que en el comité de dirección no se ha entrado a discutir cómo será la campaña electoral más allá de que será “optimista, propositiva y de tiro corto” y que huirá, como la anterior, de grandes mítines.
Tampoco ha precisado nada sobre si Rajoy insistirá en debatir sólo con Pedro Sánchez o se avendrá a hacerlo con el resto de candidatos en lugar de enviar a Soraya Sáenz de Santamaría como sustituta. La única afirmación es la que ya hizo en la campaña de diciembre. Y es la de que el PP “no dejará una silla vacía”.