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Cifuentes gana un mes mientras intenta librarse de la jueza del caso Máster

La expresidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes.

Marcos Pinheiro / Pedro Águeda

Cristina Cifuentes ha esquivado a última hora su declaración en el caso Máster. La expresidenta madrileña, que fracasó en el primer intento de llevar la causa al Tribunal Supremo y así no tener que comparecer este martes como imputada, no ha acudido a los juzgados alegando que sufre migrañas. Ahora tiene por delante un mes para insistir en que la jueza que ha acumulado indicios contra ella se desprenda de la investigación.

Una gran grupo de periodistas ha esperado a Cifuentes en la mañana de este martes a las puertas de los juzgados de Plaza Castilla. Dentro de la sala de declaraciones, los abogados de un caso que suma 14 imputados aguardaban a la investigada más célebre. Pero pasadas las 9.00 horas, cuando estaba citada, seguía sin aparecer. En su lugar, los abogados de la expresidenta han presentado un escrito en el que han alegado que su clienta no podía comparecer por motivos médicos.

A Carmen Rodríguez Medel, titular del Juzgado Número 51 de Madrid, no le ha convencido ese escrito y ha enviado un forense al domicilio de la expresidenta madrileña. Ese trámite ha paralizado el resto de declaraciones -de profesores del máster e informáticos de la Universidad- durante más de hora y media, hasta que el médico forense ha vuelto y ha informado a la jueza de que no cuestionaba las razones de Cifuentes para no comparecer.

La magistrada ha decidido posponer su comparecencia como imputada hasta el 23 de julio. Así, Cifuentes tiene por delante un mes hasta su próxima cita, en el que puede volver a intentar que la jueza se desprenda del caso. Ha tratado de conseguirlo con insistencia pero sin éxito en las horas previas a su citación.

Este lunes le llegó a Rodríguez Medel un escrito de sus abogados en el que reclamaban que el caso pasase a manos del Tribunal Supremo, lo que implica que deje de ser investigado por la jueza que ha imputado a todos los responsables del máster. Tal era el empeño de los letrados de Cifuentes que insistieron en ello durante las declaraciones celebradas en la tarde del lunes.

Su abogada y su procurador tomaron la palabra para recordar lo que ya habían pedido en un escrito y asegurarse así de que la jueza se daba por enterada. La magistrada les respondió primero en la misma sala y luego mediante un auto: desestimaba su petición porque es ella quien decide si manda el caso al Tribunal Supremo, no una imputada. El hecho de que se investigue el máster de Pablo Casado, aforado ante ese tribunal, no es por ahora razón suficiente.

El varapalo a la defensa de Cifuentes llegó pocas horas antes de que tuviese que sentarse frente a la jueza. Tenía que declarar después de que lo hayan hecho ya los principales imputados de un caso que acumula evidencias de que la expresidenta madrileña tuvo un trato de favor para aprobar su máster, y de que se produjeron presiones para tratar de conseguirle una coartada con la que contrarrestar el escándalo y tratar de evitar una dimisión que tardó un mes en producirse.

Pero Cifuentes no ha declarado alegando que sufre migrañas. Es la segunda vez que alega una enfermedad con el caso Máster amenazándola. Ya lo hizo cuando se publicaron las primera informaciones y estuvo días sin comparecer ante los medios y sin cumplir con su agenda como presidenta de la Comunidad de Madrid, esa que presumía de no abandonar incluso en vacaciones. En esa ocasión dijo que estaba enferma con una gripe.

En los pasillos de Plaza Castilla, los abogados no tenían dudas de que el forense iba a corroborar la versión de Cifuentes. Comentaban que no es habitual que un médico dude de unas migrañas, pero se mostraban sorprendidos de que la jueza tomase la decisión de enviar al forense al domicilio de la expresidenta para cerciorarse de que decía la verdad.

Ahora queda un mes hasta la nueva fecha fijada para la declaración. Los abogados de Cifuentes tienen tiempo para intentar de nuevo que el caso pase al Supremo, porque una vez rechazado por la jueza, pueden presentar la petición ante la Audiencia Provincial de Madrid para que se pronuncie sobre si la jueza debe desprenderse de la investigación.

La expresidenta, imputada por cohecho y falsedad documental, ha visto durante estas semanas cómo Rodríguez Medel reunía indicios sobre el trato de favor del que gozó para aprobar el máster. También ha comprobado que la jueza se ha adentrado en la investigación de las presiones que se produjeron a partir de la publicación de la información, así como la falsificación de documentos para que pudiese defenderse ese mismo día.

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