Uno a uno los diputados han sido llamados por su nombre para votar en un debate histórico pero sin gran expectación porque todos conocían al inicio el final de la historia: el Congreso ha dado luz verde al relevo en la monarquía y ha evitado abrir un debate sobre la necesidad de un referendum para abrir un nuevo tiempo en el que se cuestiones el modelo de Estado.
“Por la república y por la democracia, voto no” han ido repitiendo los diputados de la izquierda plural cuando les fue tocando el turno de votar. En ERC han usado un fórmula similar, pero con referencias a sus aspiracions independentistas. Ese ha sido el único recurso parlamentario que les ha quedado después de un debate en donde PP y PSOE se han comportado como un bloque, en defensa de los valores de la monarquía como garante de la democracia.
En el PSOE han salvado el trámite y la esperada revolución interna se quedó en nada. Tan solo el diputado Odón Elorza, se salió de la disciplina de voto para abstenerse en la votación, por lo que será sancionado por su grupo parlamentario.
La mayor tensión es la que ha provocado en el grupo que sustenta al gobierno otra abstención, la de CiU. El portavoz de la formación catalana, Josep Antoni Duran i Lleida, reconoció en declaraciones a eldiario.es que sus relaciones con Rajoy se han deteriorado y que con la vicepresidenta ha tenido más que palabras a causa de este asunto. La nueva situación de Duran es una de las consecuencias que el cambio en la monarquía ha traido al arco parlamentario.
El veterano diputado reconoce que su puesto al frente de la Comisión de Exteriores (pactado en su día con Rajoy) está en el aire pero insiste en que seguirá al frente de la portavocía, al margen de las tensiones generadas en su formación en relación con el proceso soberanista.
Tanto Rajoy como Rubalcaba han desgranado durante sus intervenciones argumentos muy similares. PP y PSOE han defendido que la monarquía ha garantizado la democracia tal y como la conocemos. Según Rajoy, apoyar la ley que regula la abdicación era una cuestión “de seriedad”. Rubalcaba, por su parte, se ha preguntado qué supondría no haber aprobado el texto legal: “Comportaría el dislate de decirle al rey que debe seguir siéndolo anque no quiera”.
Cayo Lara: “Es sangre nueva para una dinastía decrépita”
Frente a los discursos de las dos formaciones que integran el bipartidismo, Cayo Lara subió a la tribuna para exigir un referendum en donde los ciudadanos puedan elegir el modelo de estado. Lara se refirió al relevo en la corona como “sangre nueva para una dinastía decrépita”. Fueron constantes sus referencias a los dos principales partidos como “formaciones dinásticas” y recordó que la Casa Real no puede afirmar haberse quedado al margen de la corrupción que asola a la práctica totalidad de las instituciones.
En la misma línea que Lara, se han manifestado el resto de formaciones minoritarias de izquierda. El diputado de ERC Alfred Bosch calificó la llegada de Felipe VI como “una imposición”.
Desde el PNV, Aitor Esteban señaló que en la transición “fue imposible el debate, la república nunca tuvo una oportunidad”. Esteban recordó lo que votó su formación hace 30 años: “Se nos pide un apoyo al paquete constitucional que nunca le brindamos. El PNV mantiene la misma posición que tuvo en el 78 ante la Constitución”.
Al voto favorable del PP y PSOE se ha sumado el de UPyD. Su portavoz Rosa Díez aseguró que si no se aprobaba esta ley “el rey no podrá abdicar”. Díez se mostró contraria a la petición de un referéndum que calificó como “un fraude que nos llevaría a un punto cero constitucional, un ariete para demoler la Constitución”.
Finalmente, el debate se zanjó con 299 votos a favor, 19 en contra y un total de 23 abstenciones, con lo que el Congreso da luz verde a los deseos expresados por el rey Juan Carlos de abdicar en favor de su hijo.