La decisión de Rajoy de mezclar el debate del estado de la nación con la cumbre europea indigna a la oposición

La decisión de Mariano Rajoy de aprovechar de nuevo el debate sobre el estado de la nación para dar a la vez explicaciones sobre el último Consejo Europeo, celebrado en diciembre del año pasado, ha provocado una gran indignación en los grupos parlamentarios. Los portavoces acusan al presidente de querer “hurtar” a los ciudadanos y a la Cámara el debate sobre Europa justo cuando todo el mundo está pendiente de la crisis de Grecia.

Los grupos recuerdan que Rajoy ya hizo lo mismo en 2013 y recibió un aluvión de críticas ante las que se mostró impasible. Ahora, el hecho de que haya decidido repetir la misma jugada sin importarle la opinión del resto de la Cámara les parece a todos un gesto de “prepotencia” y de “desprecio” al Parlamento.

Los socialistas destacan la importancia de este debate, que se celebra en un clima marcadamente preelectoral y será el último de la legislatura. Además, creen que el interés es mayor, ya que para Pedro Sánchez será el primer duelo de este calibre con Mariano Rajoy y muchas miradas estarán puestas en él. También se estrenarán en la tribuna tanto el candidato de IU a la Presidencia del Gobierno, Alberto Garzón, como el nuevo portavoz del Grupo Popular, Rafael Hernando.

El portavoz del PSOE, Antonio Hernando, ya dejó patente en la última Junta de Portavoces su “más enérgica protesta” por esta decisión del Gobierno de juntar ambos debates y remarcó que le parecía “inaceptable” que no se celebre uno específico sobre Europa. Hernando cree que celebrarlos a la vez supone “devaluar las materias que se tratan en los Consejos Europeos”.

UPyD también se opone a que se celebren juntos. Carlos Martínez Gorriarán considera que “son temas suficientemente importantes como para exigir un debate monográfico y no sumarlos en un pleno de duración normal”. A su juicio, “lo que busca el Gobierno es sustraerse al control parlamentario e impedir que los ciudadanos tengan, a través de sus representantes, una información suficiente tanto sobre el lamentable estado de la nación como de las decisiones de los Consejos”.

En la Izquierda Plural la indignación es mayor, dado que llevan varias semanas reclamando al presidente que cumpla el Reglamento del Congreso y acuda a la Cámara para dar cuenta exclusivamente de lo tratado en la última cumbre europea, justo en un momento tan crucial para Grecia. Para el portavoz de este grupo, José Luis Centella, el único motivo de su negativa es que “no quiere dar la cara para hablar de Europa”.

Centella asegura que el martes los ciudadanos van a contemplar un “debate trucado” y acusa a Rajoy de aliarse con Angela Merkel para “romper cualquier posibilidad de que haya otra política en la Unión Europea”. “El Parlamento para el presidente es un estorbo y la democracia es algo cansino”, ha rematado el diputado de la Izquierda Plural.

El portavoz de ERC, Alfred Bosch, también coincide en sus valoraciones con Centella. Bosch ha destacado la alergia que tiene Rajoy al Parlamento, donde “siempre ha comparecido el mínimo de veces posible”. “A lo largo de toda la legislatura se ha demostrado que, con la mayoría absoluta que tiene el PP, el Parlamento para él es un estorbo”.

El portavoz republicano asegura que durante estos tres años “la falta de diálogo con el Gobierno ha sido total”. “Que aproveche el debate de política general para acumular la comparecencia europea debería ser censurable, pero viniendo de Rajoy y de este PP nos parece algo normal”, afirma.

La mecánica del debate

El debate se iniciara el martes 24, a las doce del mediodía, con el discurso de Rajoy y su posición sobre ambos temas. Después, a las cuatro de la tarde, comenzarán a subir a la tribuna los demás portavoces de los grupos, de mayor a menor, empezando por el jefe de la oposición, Pedro Sánchez.

El día 25, miércoles, se reanudará la sesión a las 9 de la mañana con las intervenciones del PNV y el Grupo Mixto, para concluir con el PP. Una vez finalizado el debate, se abrirá un plazo para la presentación de resoluciones –un máximo de 15 para cada grupo– hasta las dos de la tarde. Estas enmiendas serán debatidas y votadas por el pleno al día siguiente, jueves 26.

Según ha adelantado el propio Gobierno, el presidente sacará pecho por la situación económica, que en Moncloa insisten en que está en franca recuperación. También anunciará nuevas medidas para incentivar el empleo y para reforzar la modernización de las administraciones públicas e incidirá en la necesidad de avanzar en lo que el Ejecutivo llama la “agenda social”.

La corrupción será un tema inevitable. Los grupos de la oposición no dejarán de lado este asunto, pero la mayoría de los portavoces quieren que el debate se centre en la difícil situación en la que se encuentran millones de familias en nuestro país y en la pobreza y desigualdad que han provocado las medidas de austeridad del Gobierno.