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El papel del rey en la semana clave: convocar un nuevo debate de investidura o elecciones el 10 de noviembre

El rey recibe a Batet en Zarzuela para concretar la ronda de consultas

Gonzalo Cortizo

Felipe VI inicia este lunes una nueva ronda de contactos con los representantes designados por las formaciones políticas. Pedro Sánchez será el último en visitar Zarzuela y tras su visita el monarca deberá tomar una decisión: convocar una nueva sesión de investidura y proponer un candidato o encarrilar la disolución de las Cortes y una nueva convocatoria electoral. 

La ronda de consultas se produce en medio de la tensión protagonizada por PSOE y Unidas Podemos, muy lejos de un acuerdo que permita formar Gobierno cuando han pasado ya cuatro meses y medio desde los comicios del 28 de abril. Sánchez llega al encuentro sin apoyos suficientes para salvar otra investidura y la lógica de los últimos años indica que Felipe VI no volverá a proponer a Sánchez. La catedrática de Constitucional en la UNED, Yolanda Gómez, recuerda que según la Carta Magna el rey “tiene que hacer sucesivas propuestas antes de disolver”. Así lo señala el artículo 99.4 de la Constitución: “Si efectuadas las votaciones no se otorgase la confianza para la investidura se tramitarán sucesivas propuestas en la forma prevista en los apartados anteriores”. 

A pesar de la literalidad de ese artículo, Gómez aclara que “si el rey constata que no va a haber mayorías y la investidura va a ser fallida parecería inútil hacer una nueva propuesta”. En privado los principales líderes de PSOE y Unidas Podemos reconocen que el acuerdo para formar gobierno es ya imposible, aunque los contactos informales se han mantenido durante las últimas horas. En público, sin embargo, nadie ha tirado la toalla de manera definitiva para no quedar como culpable de la repetición en el duelo por el famoso relato. 

El pasado viernes Pablo Iglesias pidió la mediación de Felipe VI para convencer a Sánchez de que un Gobierno de coalición es la herramienta necesaria para ofrecer estabilidad política. La idea de solicitar al rey que empuje a los partidos políticos en una dirección o en otra no es original del líder de Podemos. También se le ocurrió en 2016 a Albert Rivera. En julio de aquel año, el líder de Ciudadanos aseguraba lo siguiente en una entrevista con el diario El País: “Le diré al rey que nos ayude y convenza a Sánchez de que tendrá que abstenerse”

Nada en la Constitución otorga al jefe del Estado el papel que le reclama ahora el líder de Podemos y antes el de Ciudadanos. La constitucionalista Yolanda Gómez califica la propuesta como “inadecuada”: “No podemos pedirle a la monarquía una cosa y su contraria; que prácticamente no exista y al día siguiente reclamarle que sea un negociador entre partes”. En la misma idea se sitúa el también catedrático de Derecho Constitucional Javier Pérez Royo, articulista habitual de eldiario.es: “El rey no habla. El rey escucha. No es un mediador”

Los expertos coinciden en que la única atribución efectiva que la Constitución reserva al rey es la de proponer un candidato. Y este papel lo ha ido desarrollando la monarquía sin problemas durante las primeras décadas de la democracia, marcadas por el bipartidismo. En ese tiempo las elecciones ofrecían resultados inequívocos sobre quién debía asumir la responsabilidad de someterse a la investidura. Las cosas han cambiado y la entrada de nuevas formaciones ha introducido complejidad en la decisión. 

El artículo 99 de la Constitución asegura que tras unas elecciones “el rey, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del presidente del Congreso, propondrá un candidato a la presidencia del Gobierno”. 

A partir de este lunes el rey tendrá que “constatar” las opciones de Pedro Sánchez para afrontar una nueva investidura y obtener la confianza sobre el programa electoral con el que se presente al debate, tal y como señalan a eldiario.es fuentes de la Casa Real. Las mismas fuentes señalan que el monarca tendrá especial atención a la opinión que le traslade Pedro Sánchez durante su encuentro. En Zarzuela ya saben que las investiduras son un trámite que en los nuevos tiempos se le pueden complicar a la corona. 

En 2016 Felipe VI decidió proponer a Mariano Rajoy y se encontró con que el líder del PP declinó la propuesta. Para Yolanda Gómez, aquel movimiento de Rajoy estuvo fuera de la Constitución: “Constitucionalmente no se puede declinar la propuesta”, asegura esta catedrática que dirige el Centro de Estudios Constitucionales. 

En el comunicado que Casa Real publicó con motivo del paso atrás de Rajoy aquel 22 de enero, se aseguraba lo siguiente: “En el transcurso de la última consulta, celebrada con Don Mariano Rajoy Brey, el rey le ha ofrecido ser candidato a la presidencia del Gobierno. Don Mariano Rajoy Brey ha agradecido a su majestad dicho ofrecimiento que ha declinado”. 

En el entorno de Pedro Sánchez aseguran que ante una situación similar, el líder del PSOE no rechazaría una propuesta del rey. “Pedro no hará un Rajoy”, dicen fuentes del Gobierno. La opción preferida por el presidente es que ese ofrecimiento no llegue a producirse, en caso de que las posturas entre el PSOE y Podemos se mantengan en el punto en el que se encuentran en la actualidad. Así lo aseguran a esta redacción fuentes de la presidencia del Gobierno. 

Mientras tanto Pablo Iglesias sigue reclamando un encuentro con su homólogo socialista: “En tres horas lo arreglamos”, ha asegurado este viernes en una entrevista en el programa Al Rojo Vivo de la Sexta. Todos esos intentos de pacto quedarían en nada si Felipe VI apuesta por no convocar la investidura. Sin sesión plenaria no habrá votación, no habrá más reuniones ni más debate. 

Por el momento Unidas Podemos se mantiene en la abstención, siempre que el PSOE no avance sobre su última propuesta de forjar un gobierno de coalición “temporal” hasta la redacción de los próximos Presupuestos Generales del Estado. El resto de portavoces tendrán que aclarar ante Felipe VI qué posición adoptarán en la actual situación política. 

Mientras tanto, la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, aseguraba este viernes que no se puede acudir a Zarzuela con una postura abierta: “El rey debe ser informado por los partidos de manera formal e indubitable”, aseguró desde la mesa en la que se comunican los acuerdos del Consejo de Ministros. 

La reclamación de la portavoz del Gobierno cerraría la puerta a cualquier negociación de última hora, impidiendo a las formaciones políticas expresar dudas e ir al debate sin una posición de voto decidida. Pero Celaá ha dado un paso más al asegurar que “no interesa un Gobierno endeble, débil y poco conexo”. 

Los números que Felipe VI pueda ir cuadrando tras los sucesivos encuentros con los portavoces políticos no podrán ofrecerle una visión completa de lo que podría suceder en caso de nueva investidura. ERC, favorable a facilitar el Gobierno de Sánchez, ha anunciado que esta vez tampoco asistirá a la llamada de Zarzuela. No habrá por tanto un posicionamiento formal de los republicanos catalanes ante el monarca, aunque estos han repetido que por ellos “no será”.

Un cambio de criterio en Unidas Podemos podría forzar al rey a convocar el debate que ahora el PSOE prefiere ahorrarse, según confirman a eldiario.es miembros del Consejo de Ministros. Para ello Pablo Iglesias tendría que dar por bueno el escenario de un “apoyo gratis” que su formación y él mismo aseguran que no está en sus planes, aunque sí se ha debatido en el grupo confederal.

Pese a que queda poco tiempo es posible que el monarca no decida de manera inmediata y deje unos días más para que las formaciones políticas sigan negociando. “El rey no tiene que hacer una propuesta inmediata el miércoles por la mañana”, asegura a esta redacción Yolanda Gómez. La fecha límite es el próximo lunes 23. Si ese día no se vota a un candidato la precampaña electoral habrá empezado.

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