Con orígenes diversos pero unidas por sus ideas de renovación de la política estadounidense, cuatro jóvenes demócratas y progresistas se han convertido en blanco de las críticas del presidente, Donald Trump, pero también en “La brigada” (“The Squad”) que desde el Congreso planta cara a la agenda de la Casa Blanca.
Una carismática joven de raíces puertorriqueñas, una musulmana nacida en Somalia, una líder de padres palestinos y una afroamericana se han convertido en los rostros de los nuevos vientos que soplan en la Cámara Baja tras la inédita representación femenina alcanzada en la elección legislativa de noviembre de 2018.
Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar, Rashida Tlaib y Ayanna Pressley han rechazado las ideas de Trump, pero también han marcado distancias de algunas posturas de su propio partido, liderado en el Congreso por la poderosa presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi.
¿QUIÉNES SON LAS INTEGRANTES DE 'LA BRIGADA'?
ALEXANDRIA OCASIO-CORTEZ
Dio la sorpresa en la elección demócrata en Nueva York al desbancar al veterano congresista Joe Crowley, quien ocupaba su escaño desde 1999 y era conocido como el Rey de Queens. Desde entonces, Ocasio-Cortez se ha convertido rápidamente, con apenas 29 años, en una de las líderes más reconocidas del legislativo, especialmente por su carácter combativo.
Nacida en el condado neoyorquino del Bronx y de madre puertorriqueña, @AOC, como se identifica en Twitter, lideró en febrero pasado un ambicioso plan, bautizado como “Green New Deal” (“Nuevo Pacto Verde”), con el que buscaba que EE.UU. neutralizara sus emisiones de gases con efecto invernadero en un plazo de 10 años y pasara a producir el 100 % de su energía de fuentes renovables.
Ocasio-Cortez ha sido una activa crítica de la política migratoria de Trump, al denunciar que fue testigo de condiciones de detención “horribles” y que ella mismo fue objeto de “amenazas sexuales” durante una visita a un centro para indocumentados en la frontera con México, y por haber calificado de “campos de concentración” los lugares donde permanecen recluidos esos inmigrantes.
ILHAN OMAR
Esta mujer de 37 años encarna el sueño americano y tras su elección ha sido protagonista de hechos inéditos: es la primera mujer en la historia parlamentaria estadounidense que lleva la cabeza cubierta en el Congreso por motivos religiosos, es la primera congresista nacida en África y una de las dos primeras musulmanas en llegar al Capitolio.
Omar ha abogado por la abolición del veto migratorio de Trump contra nacionales de países de mayoría musulmana, como Libia, Irán, Somalia, Siria y Yemen, y se atrevió a hacer unos comentarios críticos con Israel, que la situaron en el ojo del huracán, fueron considerados “antisemitas” por varios sectores y derivaron en una resolución bipartidista contra “el antisemitismo, la islamofobia, el racismo y otras formas de intolerancia”.
Esta joven fue una de las más duras examinadoras del representante especial para Venezuela, Elliott Abrams, en una audiencia ante el Congreso en la que se refirió al caso Irán-Contra y a afirmaciones de Abrams sobre la masacre en El Mozote, en la que soldados salvadoreños ejecutaron en 1981, en plena guerra civil, a cerca de mil campesinos.
RASHIDA TLAIB
Nacida en Detroit (Michigan), esta abogada de 42 años e hija de inmigrantes palestinos llegó al Congreso después de hacer historia en su ciudad natal, donde se convirtió en la primera mujer musulmana en ocupar una silla en el Legislativo estatal, entre 2008 y 2014.
Es la mayor de 14 hermanos y no sabía hablar inglés cuando entró a la escuela en EE.UU.
Tras ganar las primarias demócratas por el 13 distrito legislativo de Michigan, Tlaib llegó al Congreso estadounidense con una agenda marcadamente progresista en la que reivindica la necesidad de acabar con la discriminación, no solo racial, sino también económica en EE.UU.
En una entrevista concedida en septiembre de 2018 a Efe, esta líder mencionó como uno de sus propósitos “recuperar la esencia” de la Ley de Derechos Civiles promulgada en 1964, que, consideró, se ha visto “diluida” en las cortes a lo largo de los años, impidiendo que todos los estadounidenses, sin importar su color o estrato social, puedan acceder a las mismas oportunidades.
Tlaib se quejó entonces de la “profunda desconexión” de la clase política con la realidad social, lo que consideró ha provocado que aquella Ley del 64 necesite “volver a sus raíces” y evitar que las políticas del día a día continúen “discriminando en función del color de la piel, la fe o la condición sexual”.
AYANNA PRESSLEY
Pressley se convirtió en la primera mujer negra en representar al estado de Massachusetts. Con 45 años, se define como activista y sobreviviente.
Criada por una madre soltera, Sandra Pressley, una luchadora por los derechos de los inquilinos, cuenta en su biografía que su padre “entraba y salía del sistema judicial” debido a sus problemas de adicción, que luego superó.
Tras una campaña que lanzó en 2009 por un puesto en el Consejo de Boston, se convirtió en la primera mujer de color elegida para ese órgano en sus 100 años de historia.
Fue incluida en 2016 en la lista de los “14 jóvenes demócratas para ver” del diario The New York Times, en 2015 formó parte del listado de 50 personas más poderosas elaborado por el Boston Magazine y un año antes había recibido el Premio al Liderazgo del Victim Rights Law Center.
Laura Barros