Son apasionados del deporte y sueñan con un mundo libre de homofobia en las gradas. Más de 700 jugadores europeos de rugby han traído a Bruselas un torneo “gay friendly” para luchar contra los prejuicios a los que aún se enfrentan los homosexuales en el campo de juego.
Los insultos con tintes homófobos son una constante en el deporte, un mundo donde pocos jugadores se atreven a “salir del armario” por miedo a la discriminación.
No es el caso de los participantes del “Union Cup”, un torneo que hoy concluye en Bruselas y que tiene como finalidad romper estereotipos y luchar por una sociedad más tolerante.
“Los deportistas homosexuales tienen miedo a la reacción de sus compañeros o entrenadores en categorías inferiores, mientras que los de élite temen perder un contrato de patrocinio o no ser elegidos por un equipo de gran nivel”, explica a Efe el coordinador de Union Cup en Bruselas, Miguel Gallardo.
Por eso confía en que algún deportista de primera línea se anime a “dar el primer paso y romper el círculo vicioso para avanzar en la normalización” del colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (LGTB) en el mundo del deporte.
Los 700 participantes de 24 equipos de toda Europa ya lo han hecho con el objetivo de defender “valores como el compañerismo, la tolerancia y la integración” de los homosexuales, cuenta a Efe Javier Corral, capitán del equipo español Madrid Titanes.
Corral cree que en España “hemos avanzado mucho en todos los ámbitos de la sociedad” menos en el deporte profesional, donde “estamos un poco por detrás”.
Pero el hecho de que exista “un campeonato europeo LGTB es una buena forma de defender la igualdad y luchar contra los estereotipos”.
Estereotipos como la imagen de “macho ibérico” construida por los medios de comunicación y la publicidad, que no hace otra cosa que alimentar la homofobia con “insultos relacionados con la orientación sexual o comentarios despectivos en los vestuarios”, argumenta Gallardo.
“El arquetipo de masculinidad limita el acceso al deporte a un gran sector de la población”, añade.
Muchos incluso se preguntan si realmente hay gays en el campo de juego. “Ese silencio incentiva la homofobia, creando una falsa sensación de que no hay deportistas LGTB”, lamenta el coordinador.
“Es una pescadilla que se muerde la cola: hay miedo porque la gente no sale del armario y la gente no sale del armario porque hay miedo”, añade.
Gallardo está convencido de que “la sociedad está preparada para que un deportista de alto nivel en España reconozca su orientación sexual”.
Esto alentaría a todos aquellos que están en ese “momento difícil” de aceptar que son gays.
“Idealmente no debería ser un problema pero como la sociedad te pone tantas trabas, cualquier referente siempre es una ayuda”, señala Gallardo.
Para la “drag queen” Kitty Rickets, animadora del club de rugby belga “Straffe Ketten”, es vital que los homosexuales tengan una presencia importante en la vida pública para “derribar esas barreras que siguen existiendo” en la sociedad.
Una buena estrategia es “contraponer el estereotipo del rugby, un deporte considerado agresivo y violento, al estereotipo del hombre gay”, explica el coordinador de este torneo, que se celebra cada dos años en una ciudad europea.
“Ese contraste hace que la gente reflexione y se dé cuenta de que nadie es mejor o peor jugador en función de su orientación sexual”, agrega.
La ciudad elegida para acoger el próximo “Union Cup” de 2017 es Madrid, que además celebrará en las mismas fechas la gran fiesta mundial del Orgullo Gay “WorldPride” (del 23 de junio al 2 de julio).
“Es un auténtico sueño (...) Tener a más de 700 jugadores y aficionados al rugby será un impulso tanto para el deporte como para la comunidad LGTB en España”, celebra el capitán de los Madrid Titanes, equipo encargado de organizar la competición en 2017.
“Madrid tiene ventajas como el clima, su carácter hospitalario y su fama de ciudad acogedora para el turismo gay”, concluye Gallardo. Marina Valero