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Qué defiende el Partido Feminista y por qué lo ha expulsado Izquierda Unida: cronología de un desencuentro

El coordinador federal de IU, Alberto Garzón, interviene en la Asamblea Político y Social de IU, el 22 de febrero en Madrid.

David Noriega

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La Asamblea Político y Social de Izquierda Unida aprobó este sábado, por el 85% de los votos, expulsar de la coalición al Partido Feminista de España (PFE), presidido por Lidia Falcón, una histórica feminista, por su posicionamiento público contra las leyes trans y contra el criterio que a este respecto había acordado la formación liderada por Alberto Garzón. El Partido Feminista, que fue fundado por la propia Falcón en 1975, consiguió 28.901 votos en las elecciones europeas de 1999, el 0,14% del total. La expulsión se produce después de que tanto el PFE como su fundadora hayan expresado en redes sociales y en varios comunicados opiniones que ponían en duda las identidades trans y que incluían afirmaciones como que los hombres trans son “mujeres con barba”.

Falcón, una histórica abogada feminista y militante antifranquista, ha utilizado las redes sociales del PFE para hablar en primera persona y mostrarse “radicalmente en contra” del proyecto de Ley Integral LGTBI impulsado por Unidas Podemos –coalición en la que estaba presente, como miembro de IU, hasta este fin de semana– y también de la proposición de Ley Trans de marzo de 2018, que apostaba por reconocer la libre determinación de la identidad sexual y expresión de género.

La crítica a estos proyectos radica en que, a juicio del Partido Feminista, “implican la desaparición de las mujeres y el tratamiento a menores”, al permitir la autodeterminación del género sin necesidad de informes médicos o psicológicos. Esta es, sin embargo, una reivindicación de los colectivos trans, que llevan años reclamando su despatologización. En 2018, la Organización Mundial de la Salud excluyó la transexualidad de su catálogo de trastornos y la incluyó en “condiciones relativas a la salud sexual”.

El Partido Feminista defiende que estas reivindicaciones trans tienen su base en la teoría queer, con la que Falcón discrepa por considerar que desdibuja al sujeto político del feminismo y a la que ha acusado, incluso, de defender los vientres de alquiler.

La Asamblea Político y Social de IU justifica la expulsión del PFE porque “en el caso del debate sobre las leyes de personas trans el PFE se ha pronunciado públicamente contra los acuerdos programáticos de IU, los acuerdos de órganos de IU y no ha reconocido la estructura de IU”. Además, en su resolución afirma que Falcón “ha interpretado que la política de feminismo de IU le corresponde al PFE” y que, en consecuencia, ha incumplido de forma grave y reiterada las obligaciones referentes al respeto de la unidad, principios, estatutos y programas de la organización y los acuerdos adoptados de forma válida y democrática por los órganos correspondientes.

“Movimientos de propaganda ideológica”

La presidenta del PFE lleva defendiendo esta postura durante años: “Ya la mujer no existe, somos únicamente género, pero las bofetadas se las dan a las mujeres, no al género”, afirmó en una presentación hace tres décadas. La polémica radica ahora en el tono empleado por el partido desde su cuenta de Twitter y en varios comunicados, que han sido calificados como tránsfobos por varios colectivos y activistas.

Desde sus redes sociales ha llegado a referirse a los hombres transexuales como “mujeres con barba” y ha afirmado que “si se aprueban esas leyes en España viviremos la pesadilla de las inglesas obligadas a compartir los váteres con trans que ni siquiera se han operado”.

El pasado mes de diciembre el PFE difundió un comunicado en el que mostró su disconformidad con las leyes trans y acusaba a colectivos de gays y transexuales de llevar a cabo “movimientos de propaganda ideológica”, de “invisibilizar a las mujeres” y a los homosexuales de tener “como un objetivo importante poder alquilar úteros para producir niños o niñas para su propio disfrute”. Mientras, afirmaba que acudiría al Defensor del Pueblo y se reservaba acciones legales contra el Parlamento de Extremadura y los padres de Elsa, la niña trans que visibilizó su historia en la cámara regional, por “falta de protección psicológica”.

IU pidió a Falcón varias rectificaciones

Fue entonces, cuando criticaron la historia de la niña Elsa, cuando IU recordó que “los discursos de odio, del enfrentamiento contra 'el otro' no son propios ni de la izquierda ni del compromiso feminista” y exigió “una rectificación que ponga fin a la persecución a la que someten con su odio a personas de identidades trans y el conjunto de la comunidad LGTBI” ante la amenaza de “solicitar las acciones internas pertinentes”. La polémica en redes estaba servida y Falcón, que fue detenida en hasta siete ocasiones durante el franquismo y torturada por el policía 'Billy el Niño', llegó a afirmar que “desde la dictadura no había recibido insultos, amenazas y pretensión de impedirme escribir y hablar como ahora”.

El Partido Feminista emitió un nuevo comunicado en el que afirmaba saber “muy bien que los transexuales NO son el enemigo” pero, lejos de retractarse, cargaba duramente contra el Área de Libertad de Expresión Afectivo-Sexual de IU (ALEAS -IU), a quien acusaba de ser “producto claro de la ideología patriarcal” y estar al servicio “del negocio capitalista del alquiler de mujeres” y “de la utilización de úteros de mujeres pobres” e instaba a IU a posicionarse en la crisis. Algo que el partido ha terminado por hacer este fin de semana, pero contra el PFE, al expulsarlo de la coalición.

Falcón, por su parte, se ha defendido a través de un hilo desde la cuenta de Twitter del partido –escrito en primera persona del singular, como la mayoría de publicaciones más polémicas– en el que afirma que solo le dieron “5 minutos para contestar unas acusaciones que llenaban 5 folios” y que cuando preguntó a los componentes de la Asamblea si conocían la Ley Trans “solamente se alzaron 4 manos, de los 56 que estaban. Y aseguraban que la habían aprobado. Sin leerla”.

Las discrepancias con IU, donde el PFE ingresó el 9 de enero de 2016, a cuenta de las leyes trans no es nueva, ni es la primera vez que desde el partido le piden que rectifique declaraciones “tránsfobas e insultantes”. En octubre de 2018 llegó a equiparar a las personas trans con “proxenetas, puteros y compradores de mujeres y niños”, tras una ponencia de la académica Sam Fernández en la Universidad de Otoño del Instituto 25M, vinculada a Podemos, en la que abogaba por “arriesgar el sujeto del feminismo” y renunciar a seguir anclados “al cuerpo de las mujeres entendido como entidad biológica”.

Qué es y cuándo nace el Partido Feminista

El Partido Feminista de España fue fundado por Lidia Falcón en 1975, constituido en el 79 y legalizado en el 81. Falcón, que es presidenta del partido desde entonces, es una histórica abogada feminista que ha participado en la elaboración de los proyectos de Ley del Divorcio, del Aborto y de Violencia contra la Mujer. Durante el franquismo se opuso a la Ley de Peligrosidad Social que perseguía a homosexuales y transexuales y su partido se había posicionado históricamente del lado de las reivindicaciones de lesbianas, gays y bisexuales, como la abolición de las leyes represoras y las primeras peticiones de legalizar el matrimonio igualitario, ya en 1986.

El PFE es un partido marxista feminista, que aboga por la proclamación de la III República y que celebrará su tercer congreso los próximos 28, 29 de febrero y 1 de marzo. En las primeras líneas de sus estatutos ya indica que su objetivo es “la liberación de la mujer de la explotación y opresión que sufre en nuestro país”. Con esta premisa Falcón fue candidata a las elecciones al Parlamento Europeo en 1999 por la Confederación de Organizaciones Feministas, impulsada por el propio PFE. Quedó lejos de lograr el acta, pero consiguió 28.901 votos, el 0,14% del total.

En julio de 2015, en el II Congreso del partido, aprobaron el informe político de la presidenta, el programa electoral –que incluye la cobertura sanitaria pública de las operaciones de cambio de sexo– y la decisión de solicitar el ingreso en la coalición IU, que se hizo efectivo en 2016. La formación mantenía entonces sus propios estatutos y Programa Electoral que, no obstante, reconocían que coincidía con el de IU, de donde ha sido expulsada cuatro años después.

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