El Grupo Mixto exige una segunda transición
Los partidos con menos diputados en el Congreso, reunidos en el Grupo Mixto, han sido los últimos en hablar en el debate sobre el estado de la nación. Pero han sido los más duros a la hora de criticar la corrupción institucional y dar por muerta la Transición. La mayoría defendió que ha llegado el momento de una segunda y de abrir un nuevo proceso constituyente. Como se esperaba, Mariano Rajoy no compartió ninguna de las propuestas y los despachó con tono hosco y palabras duras.
El primero en subir a la tribuna fue el portavoz de Amaiur, que protestó por la “putrefacción” de las instituciones y avisó de que España está “a punto de convertirse en un Estado fallido”. Iker Urbina también pidió el reconocimiento “de todas las víctimas del conflicto”, cambios en la política penitenciaria y el fin “de la represión policial”.
Dirigiéndose a Rajoy, Urbina declaró: “Estamos condenados a entendernos”. La respuesta de Rajoy fue muy agria. El presidente espetó a Urbina que era “el menos indicado para dar lecciones de democracia” y que podrá darlas cuando pida la disolución de ETA y perdón a las víctimas.
El portavoz de ERC, Alfred Bosch, reclamó los 8.000 millones adeudados a la Generalitat y aseguró que con ellos no se habrían producido recortes en Cataluña en sanidad o educación. La falta de referencias a la corrupción en la Casa Real por parte de Rajoy provocó una de las pocas bromas de la mañana. “¿Por qué se olvida usted? ¿Es que acaso se ha hecho republicano?”, le preguntó Bosch.
Con el turno de Joan Baldoví (Compromís/Equo), los sobres llegaron hasta la tribuna del Congreso. El valenciano blandió cuatro sobres en los que incluyó sus reproches y exigencias, resumidas en la necesidad de “reiniciar la democracia”. Jesús Posada, al que no le hizo ninguna gracia, acabó reprochando a Baldoví que citara el famoso “que se jodan” de Andrea Fabra y le pidió que no volviera a repetir la frase.
Ana Oramas (Coalición Canaria) se quejó por la discriminación que sufren los canarios y puso de ejemplo la subida de las tasas aéreas para Canarias, “mientras bajan en Baleares”, o la autorización de prospecciones petrolíferas cuando se han prohibido en Valencia por cuestiones medioambientales.