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La campaña ultra que presenta como “héroes y santos” a los colonizadores españoles: “Es terraplanismo histórico”

Una de las marquesinas instaladas por la Asociación Católica de Propagandistas.

Guillermo Martínez

9 de octubre de 2024 13:23 h

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La Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) ha hecho su propia lectura de la historia española. “Ni genocidas ni esclavistas, fueron héroes y santos” es el mensaje que propugnan antes del Día de la Hispanidad mediante carteles de grandes dimensiones colocados en marquesinas de ciudades de toda España. Así pretenden legitimar la conquista de América por parte de los españoles a partir del 12 de octubre de 1492.

Un código QR que acompaña a los carteles enlaza con un vídeo colgado en el canal de Youtube de la ACdP, entidad asociada a la universidad CEU San Pablo. En él, se escenifica un “duelo”, como lo denominan, entre Francisco, presentado como licenciado en Historia y defensor de los Derechos Humanos, y una persona procedente de Latinoamérica, supuestamente llamada Sebas. No hay más datos sobre ellos. La sobreactuación protagoniza el plató falso confeccionado para la ocasión. 

Así, la asociación pretende desmontar en tan solo dos minutos lo que llaman “leyenda negra” a través de únicamente un par de cuestiones: cuáles fueron las principales colonias de España en América y la verdadera motivación de la corona de Castilla en América.

El hombre latinoamericano sostiene que España no cometió un genocidio, como sí hicieron franceses e ingleses. Además, recalca que “hubo un gran mestizaje” entre españoles y autóctonos, “por eso conservamos rasgos indígenas”. También defiende que el “verdadero motivo de la expansión fue la fe” ante los comentarios del supuesto historiador, que señala que “lo de la fe era una excusa, lo que querían era el oro”.

Alfredo González Ruibal, arqueólogo histórico e investigador del CSIC, afirma que esta campaña se puede considerar “terraplanismo histórico” ya que “ni los historiadores más conservadores apoyarían esa visión”. Desde su punto de vista, independientemente de cómo se califiquen los efectos de la conquista, su resultado más directo fue la muerte de hasta el 90% de la población debido al colapso demográfico ocasionado por las enfermedades, los malos tratos a los indígenas y su esclavización.

La conquista, sinónimo de exterminio

Sobre si se puede considerar un genocidio lo que hizo España a su llegada a América, el especialista explica que “el genocidio como exterminio planificado y política general de Estado no existe como tal hasta el siglo XIX”. En cambio, antes sí se habían llevado a cabo “prácticas con resultado genocida”, como los españoles en Las Antillas o los británicos y franceses en Norteamérica. Esto quiere decir que “el propio desarrollo de la conquista española llevó al exterminio a muchísimos pueblos indígenas, pero no porque quisieran matarlos a todos ellos”, comenta el arqueólogo.

Esa mentalidad genocida estatal sí existió en la segunda oleada colonial, iniciada a finales del siglo XVIII. “España no participa de ello porque no tenía expansión imperial, sino que se retraía. No es que seamos superiores moralmente. De hecho, en Guinea Ecuatorial, donde sí tenía soberanía España, se han documentado prácticas planificadas como genocidas”, completa el investigador del CSIC.

El mestizaje como violencia sexual

En cuanto al mestizaje, González Ruibal subraya que sí se dio más en el caso español, sobre todo en zonas estatales, como los Andes y México. “Hablamos de una mayor masa poblacional y una sociedad sedentaria de carácter estatal en comparación con las zonas ocupadas por los franceses y británicos”, enuncia. De todas formas, con los ingleses también se dio cierto mestizaje, algo que incluso forma parte de la cultura popular y quedó reflejado en el cuento de Pocahontas.

Más allá de eso, está comprobado que la cuestión del mestizaje suponía otra forma de violencia, principalmente sexual. Es lo que sucedió en Canarias, el primer lugar que coloniza Castilla, recuerda el experto, donde desaparecieron los linajes masculinos “porque masacraron o esclavizaron a los hombres, mientras que los conquistadores se casaban principalmente con las mujeres mediante una violación masiva que permitió transmitir sus genes”, en palabras del arqueólogo historiador.

España, a la cabeza de la esclavitud

“España tenía que promulgar leyes contra la esclavitud continuamente porque no se respetaban. De hecho, la esclavitud no terminó hasta el siglo XVIII, más tarde de lo que suele pensar la gente”, dilucida el investigador. Esas leyes que en teoría prohibían la esclavitud siempre dejaban excepciones que sí la permitían contra, por ejemplo, aquellos indígenas considerados caníbales o que se oponían violentamente a la conquista.

El arqueólogo resalta esta “leyenda rosa” sobre los españoles y el pretendido trato más benévolo que daban hacia las comunidades que conquistaban. “En el caso de la esclavitud, España es uno de los últimos países en prohibirla totalmente. En Cuba lo hizo en 1880, solo por detrás de Brasil, que lo hizo en 1888”, apunta. Y añade: “España no puede sacar pecho diciendo que no fuimos esclavistas porque lo fuimos, y más que nadie”.

La situación tampoco cambió una vez prohibida la trata de seres humanos. “Cuando en todos los países de Europa ya no estaba permitida, algunas personas, sobre todo de Catalunya, hicieron grandes fortunas con el comercio, con la trata ilegal. Y lo hicieron con personas incluso de lugares fuera del rango de acción de la soberanía española, como en Sierra Leona”, desarrolla González Ruibal.

Propagandistas de la mentira

Para este experto, lo que ha hecho la ACdP es exagerar las diferencias entre españoles, franceses y británicos para presentar una “visión totalmente benévola de los españoles y totalmente negativa de los demás colonizadores europeos siguiendo fines nacionalistas”. La forma, más allá del contenido, también habla de la manera en que este tipo de organizaciones reaccionarias utiliza para transmitir sus mensajes: “Son artefactos culturales que han impregnado la mentalidad colectiva desde hace una década. Además, sirven a aquellas personas que también defienden el mismo mensaje, aunque de forma algo más sutil, para decir que esta gente está un poco loca, cuando en realidad unos y otros sostienen las mismas posturas”, desarrolla González Ruibal.

A él, como investigador y experto en la materia, le preocupan más otras publicaciones como las que llevan a cabo desde Academia Play o las de Roca Barea, nombres que cita explícitamente. “Lo que ha hecho esta Asociación no es muy diferente a lo que hace José Luis López-Linares [director de ”España, la primera globalización“ e ‘Hispanoamérica, canto de vida y esperanza’]. Al estreno de su documental llegó a acudir el rey. Yo no me explico cómo el representante de un Estado pueda legitimar un panfleto ultrarreacionario con ideas que han echado por tierra los historiadores más conservadores”, concluye el investigador del CSIC.

México, conquista y Felipe VI

La campaña orquestada por la ACdP, además de tener lugar los días previos a la celebración de la fiesta nacional, coincidente con la conquista de América, lo hace unas semanas después de que México decidiera no invitar a Felipe VI a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum, primera mujer presidenta del país. 

En marzo de 2019, Andrés Manuel López Obrador, antiguo presidente mexicano, se dirigió a la Casa Real española: “El Estado que presido no pide un resarcimiento del daño en pecuniario de los agravios que le fueron causados por España ni tiene el propósito de proceder de manera legal ante los mismos; en cambio, México desea que el Estado español admita su responsabilidad histórica por esas ofensas y ofrezca las disculpas o resarcimientos políticos que convengan”. La Casa Real nunca contestó.

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