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Helsinki se une en una gran protesta contra Putin y Trump
La cumbre que reunirá mañana en Helsinki a los líderes de Rusia y Estados Unidos ofrece nuevas esperanzas al mundo, pero muchas de las políticas de Vladímir Putin y Donald Trump también despiertan rechazo, como quedó patente hoy en una multitudinaria protesta en la capital finlandesa.
Casi 2.000 personas marcharon por el centro de Helsinki unidos en su condena a las políticas de inmigración de Trump y su voluntad de construir un muro con México, la homofobia impulsada por el Kremlin, la falta de libertades y el encarcelamiento de activistas en Rusia, entre otras muchas denuncias.
“Hagamos de nuevo grandes a los Derechos Humanos”, rezaba el lema de la manifestación, en alusión al eslogan con el que llegó Trump hace un año y medio a la Casa Blanca.
La protesta contra los líderes de las dos grandes potencias nucleares logró reunir bajo las mismas banderas a activistas de Amnistía Internacional, ecologistas, anarquistas, miembros del movimiento LGTB (lesbianas, gais, transexuales y bisexuales) e incluso a la comunidad ucraniana residente en Helsinki.
“Que Putin haga todo lo que quiera en su propio país, pero invadir otros países para quitarles territorios no está nada bien”, dijo a Efe el ucraniano Víctor Ivanov, que marchó junto a su mujer envuelto en una bandera de su país.
Oki, un finlandés que se defiende en ruso, recorrió 250 kilómetros desde la ciudad de Pori, al noroeste de la capital, para manifestarse en el centro de Helsinki con una gran pancarta en la que se podía leer en ruso “Deportemos el racismo”.
“Queremos que Putin y Trump dejen de alentar guerras en todo el mundo”, dijo a Efe.
A pocos metros, Helena, una finlandesa que trabaja en una institución de la ONU en Ginebra, portaba una pancarta que exigía la libertad para el cineasta ucraniano Oleg Sentsov, que cumple una condena a 20 de prisión en Rusia por delitos de terrorismo y que lleva dos meses en huelga de hambre.
“La situación con la libertad de prensa en Rusia es realmente deplorable. Hablar con libertad y trabajar por los Derechos Humanos es muy problemático en Rusia”, afirmó Helena.
La política migratoria de Trump, que desde el pasado abril ha separado a cerca de 3.000 niños indocumentados de sus familias en la frontera con México, fue otro de los temas que más atención suscitó.
Entre una multitud que gritaba “acaben con las deportaciones”, la finlandesa Pirjo Tinat denunciaba lo que percibe como una creciente tendencia antiinmigrante en la mayoría de los países desarrollados.
“No es solo Estados Unidos, Finlandia también ha estado deportando a Irak y a Afganistán a gente que estaba buscando asilo”, afirmó Tinat a Efe.
Unos metros más atrás, la finlandesa Katya desfilaba en silencio con un cartel contra el muro que Trump quiere construir en México.
“No se debería separar a las familias, y hace poco leí que, para reunirlas con sus hijos, hacen que los padres (indocumentados) paguen por las pruebas de ADN. Es una locura, no deberían tener que pagar por los errores de otros”, denunció en declaraciones a Efe.
La joven de 23 años condujo durante dos horas hasta Helsinki también por otro motivo: “los escasos derechos de los LGTB en ambos países”.
“En Rusia es ilegal tener una bandera del orgullo gay, y eso es simplemente demencial”, lamentó.
Pese a todo, muchos de los manifestantes admitieron que la primera cumbre en toda regla entre Putin y Trump es una buena noticia para el mundo, independientemente de que haya o no resultados concretos.
“Creo que esta cumbre permitirá bajar algo la tensión entre Rusia y EE.UU. Los políticos, por muy malos que sean, deben dialogar. Gracias a Finlandia, este diálogo será posible mañana”, apuntó el ucraniano Víctor.
Los de la protesta no fueron los únicos mensajes para Trump y Putin: el principal diario finlandés, Helsingin Sanomat, imprimió en decenas de vallas publicitarias el mensaje en inglés y ruso “Señor presidente, bienvenido a la tierra de la libertad de prensa”, junto a titulares sobre políticas de ambos líderes que minan ese derecho.
Tampoco faltaron los que buscaban lucrarse, como la céntrica tienda Kankurin Tupa, que hoy tenía en su escaparate una camiseta con fotos de los dos líderes y la palabra “cumbre” en mayúsculas y con letras doradas, por valor de 25,90 euros.
“Se ha vendido mucho. Creo que la gente espera poder revenderla por mucho más, dependiendo de cómo vaya la cumbre”, afirmó a Efe la dependienta del local, Susanna.
Por Arturo Escarda y Lucía Leal
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