La debilidad de Ciudadanos obliga a Arrimadas a plantear una alianza “global” con el PP en Catalunya, Galicia y Euskadi

La portavoz parlamentaria de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha decidido tomar las riendas del partido antes siquiera de que los afiliados diluciden en unas primarias quién será el sucesor o la sucesora de Albert Rivera. Arrimadas, en un gesto que ha indignado al sector crítico de su partido, ha anunciado en rueda de prensa en el Congreso que “ha trasladado” a la dirección del partido la necesidad de convocar “una reunión extraordinaria” y “urgente” para estudiar posibles pactos preelectorales con los partidos “constitucionalistas” para explorar la posibilidad de concurrir juntos a las próximas elecciones en Catalunya, Galicia y País Vasco con el fin de frenar “el auge del populismo” y de los “nacionalismos”. Este hipotético acuerdo, que ha señalado que sería en base a “una fórmula abierta, ganadora y transversal”, supondría un “paquete cerrado” ante la situación “excepcional” que atraviesa España, que Arrimadas ha calificado de “muy grave”.

“Mejor unidos”, ha sentenciado Arrimadas como si fuera el lema ya de esa hipotética alianza preelectoral que hasta ahora su partido ha rechazado y sobre la que no ha dado muchos detalles salvo que cree que hay que afrontar ese reto “con sentido de Estado, con valentía y generosidad”.

Las últimas encuestas que se han publicado sobre Catalunya dan a Ciudadanos un considerable bajón. Su formación podría quedarse en menos de la mitad de los 36 escaños que logró en 2017. Lorena Roldán, la candidata a la Generalitat, no es una de la dirigentes más conocida ni mejor valoradas por los catalanes.

En su comparecencia, la dirigente de Ciudadanos ha recordado su anterior propuesta de la vía de los 221 escaños para buscar esos pactos con el PP y “otras formaciones constitucionalistas” con el fin de “defender” a esos territorios “que se sienten indefensos ante el auge del separatismo y de los nacionalistas”, ha señalado.

Arrimadas ha incluido en esta oferta al PSOE y en concreto al PSC de Miquel Iceta, pero ha reconocido que es difícil que los “sanchistas” acepten entrar en un pacto de esas características habida cuenta de que Pedro Sánchez “está ya en manos de ERC” y ha formado Gobierno con Unidas Podemos. “Me encantaría que Sánchez rectificara”, ha señalado Arrimadas.

En Galicia las perspectivas para Ciudadanos no son buenas. Además, el presidente de la Xunta, Albert Núñez Feijóo, siempre ha rechazado esa coalición con los de Albert Rivera cuando desde Génova se lanzó la idea de 'España Suma'. Y en el País Vasco el futuro es aún peor para los de Arrimadas. Son por lo tanto tres citas electorales de alto riesgo para la formación que se encuentra en declive desde el 10 de noviembre.

Durante la rueda de prensa ha sido preguntada sobre si incluye a Vox como “partido constitucionalista”. Arrimadas ha cerrado la puerta a la posibilidad de que la formación de ultraderecha participe en esas conversaciones. La portavoz parlamentaria ha señalado que “respeta a todos los partidos” pero “ellos mismos se han descartado”, ha dicho. “Si no nos abrimos a hacer gobiernos de coalición con Vox, tampoco nos vamos a abrir a acuerdos electorales de coalición”, ha dejado claro.

“Quiero lanzar un mensaje de esperanza y apoyo a los que están preocupados por la situación de España”, que, a su juicio, es “muy grave” y “excepcional”. Por ello ha insistido en invitar a “los constitucionalistas” a defender a los ciudadanos que viven en estos tres territorios y que “se sienten desamparados”. “Ponemos a España por delante o de lo contrario ponemos en riesgo nuestro país. Creo que este es el momento de debatir formulas para trabajar juntos”, ha zanjado.

El sector crítico del partido, que capitanea el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, ha mostrado ya su indignación por el anuncio de Arrimadas. “Existe una ponencia de estrategia redactada para esta próxima asamblea. Si alguien pretende cambiarla, lo lógico es que presente una enmienda y se debata en este proceso”, ha lamentado Igea. Estos dirigentes consideran que la gestora, que es un órgano de transición hasta que haya una nueva dirección elegida en primarias, no puede tomar una decisión de tal calado.