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Interés electoral lastrará lucha contra la corrupción en el Congreso salvadoreño

Fotografía fechada el 3 de enero de 2020 del director ejecutivo de la organización no gubernamental Acción Ciudadana, Eduardo Escobar, en entrevista con Efe en San Salvador (El Salvador).

EFE

San Salvador —

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El interés de los partidos en el Congreso de El Salvador por fortalecerse en los comicios legislativos de 2021 debilitará la lucha contra la corrupción este 2020, dado que las formaciones tratarán de evitar que sus candidatos sean salpicados por investigaciones.

Así lo señaló en una entrevista con Efe el director ejecutivo de la organización no gubernamental Acción Ciudadana, Eduardo Escobar, quien también apuntó que los partidos poseen una imagen “debilitada” ante la población.

Los principales partidos salvadoreños se han visto vinculados con tramas de corrupción en las más altas esferas del Estado, incluso en negociaciones con las pandillas.

BAJO PERFIL A LA CORRUPCIÓN

De acuerdo con Escobar, el contexto electoral “puede significar una variación en el comportamiento de los partidos”, principalmente en temas que puedan restar o sumar votos en los próximos comicios.

No obstante, las formaciones con representación en el Congreso tratarán que sus candidatos no se vean vinculados con casos de corrupción.

“Reformas anticorrupción se pueden ver complicadas de aprobar, porque a ningún partido le convendrán reformas que posibiliten investigaciones o juicios a candidatos”, señaló.

Las formaciones más afectadas por casos de corrupción son la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

En 2018, una corte condenó a 10 años de cárcel al expresidente Elías Antonio Saca (2004-2009), quien gobernó bajo la bandera de Arena, por la malversación y lavado de más de 300 millones de dólares.

Saca, empresario de medios de comunicación, también fue candidato presidencial por una coalición liderada por la derechista Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), actual partido oficialista.

Por su parte, el expresidente Mauricio Funes (2009-2014), recientemente nacionalizado nicaragüense, es procesado por supuestamente desviar más de 351 millones de dólares del presupuesto estatal durante la primera administración del FMLN.

DERECHA MÁS CERCA DE BUKELE

El Salvador vivió un terremoto electoral en febrero de 2019 con la victoria de Nayib Bukele en los comicios presidenciales con GANA, resultado que acabó con un bipartidismo de 30 años de Arena y FMLN.

Este resultado supuso a estos partidos la necesidad de renovarse para recuperar la simpatía del electorado y mantenerse en pie de cara a las elecciones legislativas de 2021.

No obstante, diversas encuestas señalan que los partidos cercanos a Bukele como Gana y Nuevas Ideas, que surgió de un movimiento fundado por actual presidente del país, tendrán la mayoría de diputados en el Congreso.

Para Escobar, “es probable” que Arena busque adherirse a las iniciativas del Gobierno de Bukele para ganar votos.

“Es muy probable que Arena haga un balance entre ser oposición o amigo del presidente buscando mantener la mayor cuota de poder que le sea posible. Esto puede, desde el punto de vista electoral, rendirle algún fruto”, sostuvo.

Empero, señaló que es difícil que Arena pueda superar el “lastre” de los casos de corrupción contra sus exfuncionarios.

Escobar advirtió que esta estrategia de ser “amigo” del presidente representa un problema para “los controles entre órganos” de Estado, dado que actualmente Arena es la “fuerza mayoritaria” en el Congreso.

“Si se pierde este fuerza mayoritaria, el presidente no va a encontrar de ninguna manera oposición en la Asamblea Legislativa y será difícil que el FMLN pueda hacerle contrapeso”, sostuvo.

Destacó que no se trata de “obstaculizar” las decisiones presidenciales, sino que la “lógica constitucional” establece un “sistema de frenos y contrapesos” en el que el órgano Legislativo puede “calibrar” y “regular” cualquier “exceso” del Ejecutivo.

Escobar recordó que Saca tuvo un panorama similar durante su administración, dado que su partido controlaba el Congreso y tenía gran influencia sobre la Corte Suprema, Corte de Cuentas y Fiscalía.

“En un contexto democrático es peligro que tengamos un presidente de la República sin ningún freno institucional” y “eso posibilita o abre el espacio para, por ejemplo, la corrupción”, subrayó.

CONCENTRACIÓN DEL PODER

Independientemente del papel que asuma Arena durante el 2020, las elecciones legislativas del 2021 y el hartazgo generado por los partido tradicionales plantean la posibilidad de que las formaciones cercanas a Bukele controlen el Congreso y extiendan su influencia al resto del Estado.

El experto señaló que el control del órgano Legislativo también supone “automáticamente que tiene control sobre la elección del fiscal general, magistrados de Corte de Cuentas, magistrados de Corte Suprema de Justicia y procuradores”.

“Eso significaría ampliar el ámbito de poder del presidente de la República”, destacó.

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) tiene previsto convocar a elecciones en septiembre y los diferentes partidos deberán elegir este año a sus autoridades internas.

Hugo Sánchez

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