Así han sido las negociaciones de Podemos y las confluencias para los grupos parlamentarios
El Congreso ha recuperado la vida después del parón por las elecciones. Tras la brecha que se escenificó el día de composición de las Cortes entre Podemos y PSOE por el pacto que Pedro Sánchez alcanzó con Albert Rivera para hacerse con la presidencia de la Cámara Baja y del que se quedó fuera Pablo Iglesias –fundamentalmente por la negativa de los demás a permitir que Podemos y las confluencias dispusieran de cuatro grupos–, las negociaciones se han producido con cierta intensidad en los días posteriores. Finalmente, Iglesias y las confluencias se articularán en un “grupo confederal” que dispondrá de varias portavocías sin la presencia de Compromís.
Esa salida convence a los demás grupos de la Cámara. “Ellos se pueden organizar como quieran”, expresaban hace unos días fuentes de la dirección del PSOE, que consideraban que esa era la opción más coherente que podían tomar los de Iglesias. Pero a esa solución se ha tardado en llegar tras varios días de propuestas, ofrecimientos, negativas y rechazos.
El desencadenante de la polémica es la negativa de los partidos mayoritarios del Congreso (PP, PSOE y Ciudadanos) a dar cuatro grupos a Podemos y las confluencias escudándose en el Reglamento del Congreso, que impide esa posibilidad a aquellas fuerzas que no han competido electoralmente. A juicio de los demás, Podemos, En Comú, Compromís-Podem y En Marea son “lo mismo”. Si las confluencias se hubieran presentado a las elecciones como partidos instrumentales –como Ahora Madrid en las municipales, por ejemplo– ese problema no habría existido, pero la dirección de Iglesias vetó esa posibilidad en las negociaciones previas a los comicios.
En los últimos días, los de Iglesias y las confluencias se han sentado –entre ellos y también juntos y por separado– con las demás fuerzas para intentar llegar a un entendimiento. Esas conversaciones han sido secretas y poco ha trascendido de su contenido.
El 'no' de Podemos a Alberto Garzón
Podemos y el PSOE se han reunido en un número desconocido de ocasiones –ninguna de las dos formaciones da información al respecto–. A los socialistas les preocupaba especialmente contentar a los de Iglesias puesto que en muchos sectores del partido ven en Podemos el camino “natural” para la hipotética investidura de Pedro Sánchez. Han sido en buena medida los principales negociadores pese a que PP y Ciudadanos tienen mayoría en la Mesa del Congreso. No obstante, los socialistas sostienen que los de Albert Rivera tienen “voluntad” de permitir el cambio.
El portavoz del PSOE, Antonio Hernando, ha hecho al menos dos ofertas a Podemos y las confluencias.
Por un lado, que los 27 diputados de las candidaturas catalana, gallega y valenciana se integraran en el Grupo Mixto con ventajas sobre los tiempos de intervención y el dinero a percibir que podrían alcanzar articulándose como “agrupaciones de diputados”.
La segunda propuesta de los socialistas –realizada este lunes– era la integración de los satélites en un grupo con los dos parlamentarios de IU. Fuentes socialistas aseguraban que esa alternativa era viable porque se cumplían los requisitos numéricos para tener grupo y los de Alberto Garzón sí habían competido electoralmente una de ellas: Compromís-Podem. Pero Podemos rechazó esa propuesta, que también les había llegado por la vía de Garzón.
Podemos también ha dinamitado las aspiraciones de Garzón de lograr un grupo propio facilitando a los diputados de Compromís su integración para hacer una especie de “bloque” valenciano. En ese caso se cumplía el requisito de la competición electoral -puesto que EUiA se presentó por su cuenta en la Comunidad Valenciana-, pero necesitaba a los nueve diputados electos de Compromís-Podem. Fuentes de IU sostienen que contaban con el visto bueno de Ciudadanos para esa maniobra. Pero los de Iglesias se negaron.
El lunes se vio un ligero giro en esa postura, cuando Carolina Bescansa, que es la negociadora designada por Podemos, se ofreció para que sus diputados permitieran a IU tener un grupo propio. “Queremos un parlamento con todas las voces. Dispuestos a prestar diputados de Podemos a IU para que formen grupo parlamentario”, dijo la número tres de Iglesias.
Ese ofrecimiento no era válido si no se trataba de los diputados de la candidatura valenciana puesto que se producía el mismo problema: IU se integró en las demás confluencias por lo que no había existido competencia electoral en los demás territorios. Así se lo explicó Garzón a Bescansa a través de Twitter:
La solución final para IU fue integrarse con ERC y Bildu en un “grupo técnico” que le permita que el Estado le devuelva el dinero del 'mailing' electoral y después pasará a formar parte del Grupo Mixto.
El 'no' del PSOE a hacer un préstamo a las confluencias
Esa alternativa era similar a la que la líder de Compromís pidió al PSOE, aunque con los actores modificados. Mónica Oltra planteó que los socialistas cedieran diputados para permitir que En Comú, Compromís-Podemos y En Marea dispusieran de grupos propios o incluso que solo prestara un parlamentario para que las “fuerzas hermanas” de la de Iglesias pudieran articularse en uno independiente. El PSOE rechazó ese planteamiento: “El problema de Podemos no es que le falten diputados”, argumentó Hernando: “De poco serviría que el grupo socialista le cediese uno o dos”.
En paralelo a estas conversaciones, en los pasillos del Congreso se discutían las alternativas de Podemos y sus alianzas territoriales en el caso de que formalizaran en el registro este martes la petición de cuatro grupos. En el resto de formaciones lo daban por hecho puesto que esa solicitud formal era la única opción para que, tras su rechazo, pudieran recurrir al Tribunal Constitucional. Los demás partidos estaban abiertos a permitir que, en vez de pasar al Grupo Mixto de manera inmediata, tuvieran un cierto plazo -algunas fuentes hablaban de tres días de “cortesía parlamentaria”- para que los 27 diputados de las confluencias se adscribieran a grupos ya constituidos. La única opción viable era el de Podemos puesto que IU, a priori, salía de las quinielas al haberse aliado con los republicanos catalanes. Finalmente, esa opción también ha desaparecido tras el acuerdo alcanzado por Podemos y las confluencias gallega y catalana. Será Compromís el que tenga que reubicarse tras el previsible rechazo de la Mesa a su propuesta de constituirse como grupo propio.