El traspié que casi deja fuera del 26M al partido más votado por los musulmanes de Melilla

El PP de Melilla cantó triple bingo el pasado 29 de abril. Después de medianoche y al superar el 80% del escrutinio al Congreso, su candidato a diputado, el general de División Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, pasó al de los localistas de Coalición por Melilla (CpM), Mustafa Aberchán, y se hizo con el escaño de la circunscripción con mil votos de ventaja sobre el PSOE (7.005) y los regionalistas (6.890).

Despúes, los del popular Juan José Imbroda se hicieron también con los dos asientos de la localidad norteafricana en el Senado por un margen aún más exiguo, de apenas 600 sufragios de ventaja para Sofía Acedo (PP) sobre la 'cepemista' Dunia Al-Mansouri, cuyo partido lleva dos décadas aglutinando a la gran mayoría de los votantes de la población árabo-musulmana, algo más del 50% del total de Melilla, de sensibilidad progresista: la población melillense de origen musulmán, que no vio reconocidos todos sus derechos ciudadanos hasta los años ochenta, concentra las mayores tasas de pobreza, abandono y fracaso escolar, paro e infravivienda de la ciudad autónoma, donde se concentra en las barriadas periféricas, más deprimidas y con menos equipamientos y servicios.

Por la tarde, el PP estuvo a punto de ver descarrillar a la formación que ha sido su principal adversaria electoral en cada comicio local desde 1999. La Junta Electoral de Zona (JEZ) acordó dejar fuera de las municipales a CpM “por incumplir la paridad exigida en la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG)”. Había más mujeres que hombres en algunas franjas de la lista.

Según su portavoz en la Asamblea, Hassan Mohatar, las élites 'populares' celebraron la no proclamación de la candidatura de Aberchán, que llegó a presidir Melilla durante doce meses entre 1999 y 2000 y que ha denunciado ser víctima de un situación que al final ha revertido el Juzgado Contencioso-Administrativo número 1.

El entuerto se gestó la semana anterior, cuando CpM presentó una lista “con más mujeres (13) que hombres (12)” que incumplía el requisito legal de tener “una composición equilibrada” no inferior para cada sexo al 40% en cada tramo de cinco candidatos. La secretaria judicial alertó “de un incumplimiento del 21º al 25º y en los tres suplentes”, pero “no entre el 11 y el 20”.

Mohatar explica que su formación registró “el sábado 27 otra lista a la que no nos nos pusieron objeciones”, según su relato. El lunes, sin embargo, naufragó en la reunión vespertina de la JEZ tras las generales. El órgano, formado por tres magistrados y otros tantos vocales no judiciales (una del PP, otro del PSOE y la delegada de la Oficina del Censo), declaró por unanimidad sin más requerimientos “no proclamada” la candidatura de CpM, a cuyos responsables se notificó por correo electrónico su decisión a las 20.46 horas.

A tres minutos del cierre

A las 23.57 horas, con solo tres minutos de margen, CpM hizo llegar a la Junta una nueva candidatura invocando la Ley de Procedimiento Administrativo Común, que reconoce al interesado efectos legales para las reacciones que se adopten “antes o dentro del día” en que se notifica una resolución.

Aún así, el martes la Junta Electoral acordó, con un voto particular discrepante del vocal socialista, abocar al partido regionalista a la vía de lo Contencioso-Administrativo, en la que se han visto “oportuna, debida, paritaria y residualmente subsanados los iniciales defectos de la candidatura”, por lo que se ha ordenado su proclamación “a los oportunos efectos legales y electorales”.

En Coalición por Melilla, que vivió una semana con el agua al cuello, censuran que desde la Junta Electoral de Zona no se hiciera “ni una simple llamada para cambiar el orden de dos nombres” y así ajustarse a los mínimos de paridad entre sexos por cada cinco candidatos, que en Ceuta ha obligado a otros partidos como Ciudadanos o Vox a retocar sus listas al Senado y a los comicios autonómicos, respectivamente, sin mayores sobresaltos.

A juicio de Mohatar, su exclusión de los próximos comicios hubiera supuesto una medida “absolutamente desproporcionada” cuando “cumplíamos la ley de paridad en conjunto e introdujimos los cambios que se nos pidió por parte de la secretaria judicial”. CpM ha señalado a la vocal del PP en la JEZ, la abogada María José Aguilar Silveti, con la que eldiario.es ha intentado ponerse en contacto sin éxito y con la que asume que arrastra un “larguísimo historial de desencuentros”.

Aberchán ha anunciado que no descarta impugnar el resultado del 28-A por haberse dado de baja del censo a más mil personas, por presuntos fraudes en el voto por correo, por la existencia de “papeletas de distinto color” y por “cambios de última hora de direcciones de colegios electorales”. De hecho, un vídeo que se hizo viral mostraba al hijo de Juan José Imbroda, presidente de la ciudad autónoma y candidato al Senado, supuestamente gestionando un trato para comprar votos por correo de ciudadanos melillenses, un asunto que el PSOE ha anunciado también que llevará a los tribunales.

Lo cierto es que, en Melilla, con casi 55.000 votantes en el censo, el PP de Imbroda resistió en las urnas mejor que el de Vivas en Ceuta la fragmentación del voto de derechas en las últimas generales. Lo hizo ayudado, paradójicamente, por la concurrencia de CpM, por primera vez, a unos comicios generales.

En la otra ciudad autónoma, con un electorado dividido al 50% entre árabo-musulmanes y cristiano-occidentales, el PSOE (13.766) concentró todo el voto progresista con el respaldo implícito de Caballas, el partido hermano de Coalición por Melilla, y recuperó 30 años después el escaño del Congreso y los dos del Senado aprovechando que Vox (9.079) incluso superó al PP (8.123).

En Melilla, el éxito de los de Abascal fue muy inferior (5.697) y la alternativa de izquierdas se dividió en dos casi a partes iguales, pero en las autonómicas el histórico electoral evidencia un retorno recurrente y sistemático a CpM de los votos que en las generales recogen los socialistas.