Los partidos políticos encaran la fase final de la campaña con más información de la que disponen los electores para decidir su voto el 28A. Las encuestas continúan llegando a las sedes de las principales formaciones, cada 24 horas en el caso de PSOE y Partido Popular, y con menor regularidad en Ciudadanos y Unidas Podemos, según relatan fuentes de estas formaciones: “No tenemos dinero para invertir en un tracking diario, pero sí estamos recibiendo datos de manera regular”, asegura un miembro del equipo de confianza de Albert Rivera.
La prohibición de publicar sondeos ha coincidido en esta campaña con el inicio de los dos debates que, de manera consecutiva, han tenido que afrontar los cuatro principales candidatos. Las formaciones con mayor presupuesto ya han recibido los primeros datos sobre el impacto de su presencia televisiva en los votantes y, principalmente, en los indecisos.
Tras el segundo debate la campaña evolucionará por una zona de sombra sin puntos claros de medición sobre los cambios que se hayan podido producir con respecto a la foto fija de las últimas encuestas publicadas. Las formaciones están adaptando sus estrategias a los datos que barajan sus equipos de análisis.
En esas decisiones operan de manera fundamental las encuestas que van llegando regularmente a los cuarteles generales de las principales formaciones. PP y PSOE reciben estudios cada 24 horas, según reconocen fuentes oficiales de ambas formaciones. En la dirección de Casado trivializan esos trabajos y en conversación informal con periodistas aseguran que los últimos que han recibido les otorgan una horquilla de “entre 60 y 120 diputados”.
Con toda esa información sobre la mesa, los partidos están realizando algunos ajustes de última hora. El PSOE ha decidido centrar sus últimos esfuerzos en Andalucía, Catalunya y Valencia. Se trata de las únicas comunidades autónomas en las que la formación que lidera Pedro Sánchez ha repetido presencia durante la campaña. En el caso andaluz, los socialistas quieren conjurar el riesgo de abstención, que supuso la caída de Susana Díaz en las autonómicas de diciembre y ha añadido una nueva cita a la agenda de Sánchez que le llevará el próximo jueves a Alcalá La Real (Jaen).
En Catalunya, el PSOE se juega otra de las principales batallas de la campaña: el liderazgo en votos que, según los sondeos, se estarían disputando el PSC y ERC. En cuanto a Valencia, la presencia de Sánchez tiene una razón evidente: las elecciones autonómicas suponen para Sánchez otra batallas que Ferraz no quiere desatender, con la esperanza de revalidar el Gobierno que en estos momentos dirige Ximo Puig.
En el Partido Popular también hay cambios de última hora. El equipo de Pablo Casado ha decidido reaccionar ante la amenaza de Vox y su estrategia de mostrar pabellones llenos y gente a las puertas de mitines sin asientos vacíos. El PP había descartado grandes mítines durante toda la campaña, y ha evitado los actos en estadios o plazas de toros que los populares lograban llenar en el pasado, pero que a raíz de la fragmentación de la derecha en tres partidos (PP, Ciudadanos y Vox) han cambiado por restaurantes o salones de hotel más modestos.
Casado ha optado, en el último momento, por intentar una demostración de fuerza con el mitin de cierre: tratará de llenar el Wizink Center de Madrid, con capacidad para 15.000 personas y donde el PP cerró algunas de sus campañas más exitosas, como la de Esperanza Aguirre de 2015. Génova ha movilizado al partido para que no haya huecos, fletando autobuses desde distintas provincias.
Las encuestas seguirán llegando a las sedes de los partidos hasta la jornada de reflexión. Las empresas que se dedican a la realización de sondeos reconocen que su facturación no se frena pese a la prohibición legal de publicar esos trabajos. En los cinco días previos a la jornada electoral, los datos y los gráficos siguen circulando, pero solo para unos pocos.
Con información de Íñigo Aduriz, Irene Castro y Aitor Riveiro.