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El PP deja el debate sobre el aborto fuera de su convención ideológica

Reunión del Comité de Dirección del PP del pasado lunes.

Iñigo Aduriz

El aborto, uno de los asuntos que más discrepancias internas generan en el PP, no será sin embargo objeto de debate en la Convención Nacional que el partido celebra este fin de semana en Madrid y que el equipo del presidente de los populares, Pablo Casado, se ha planteado como el congreso ideológico con el que pretende culminar la renovación orgánica y programática iniciada con las primarias de julio. En las tres jornadas del cónclave –de viernes a domingo– la dirección de los populares no ha previsto ninguna mesa ni conferencia para abordar la discusión sobre la interrupción voluntaria del embarazo.

Aunque Génova explica que los 111 ponentes –tanto los cargos del partido como los invitados no vinculados al PP– “expresarán con independencia sus opiniones” y “pueden hablar de lo que quieran”, el equipo de Casado descarta que se vaya a producir un debate sobre el aborto, porque considera que la nueva dirección “ya ha fijado posición en este tema”. “No podemos tocar todos los palos”, explicaba en declaraciones a eldiario.es uno de los principales dirigentes populares.

El líder del PP y sus principales colaboradores defienden que “el aborto no es un derecho” sino “un drama”. Siempre que se le ha preguntado por este asunto, Casado ha exigido la modificación de la ley aprobada por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero en 2010, de plazos, para volver a la de 1985, de supuestos. Según él, esa es una normativa “de consensos”, a pesar de que Alianza Popular, predecesora del PP, la recurrió ante los tribunales, y nunca se produjo ese acuerdo.

La normativa hoy vigente contempla la despenalización total del aborto en las 14 primeras semanas, sin tener que alegar motivos, y de manera libre, informada y por la Seguridad Social. Además, amplía a la semana 22 en casos de “graves riesgos para la vida o la salud de la madre o el feto”. 

Lo que quiere Casado es recuperar la ley que estuvo en vigor hasta 2010 y que se limitaba a contemplar tres supuestos bajo los que era posible interrumpir el embarazo: en cualquier momento de la gestación si suponía “un grave peligro para la vida o la salud física o psíquica” de la mujer; en las 12 primeras semanas si el feto era fruto de una violación; y dentro de las 22 semanas si iba a nacer con “graves taras físicas o psíquicas”.

Los intentos del Gobierno de Rajoy

El Gobierno de Mariano Rajoy ya quiso en 2014 recuperar esa normativa de 1985, pero sus pretensiones fracasaron por las encuestas desfavorables y la presión del movimiento feminista, que desembocó incluso en la dimisión del entonces ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón.

En la decisión del Gobierno de frenar la reforma influyeron también las discrepancias internas dentro del PP y en el propio Ejecutivo de Rajoy. Entonces destacó el tibio respaldo que dio la entonces vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría –después rival de las primarias de Casado– a las pretensiones de Gallardón. Además, dentro de las filas conservadoras hay también quien respalda la despenalización hoy vigente, como la diputada Celia Villalobos, que en 2014 votó en contra la tramitación del proyecto de ley auspiciado por Gallardón.

En cambio, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, ha dejado clara en los últimos meses su postura sobre el aborto, cerrando filas con su máximo jefe. Para el número dos de los populares el aborto “no es un derecho” y aboga por dar más ayudas para que los embarazos sigan adelante. La vicesecretaria de Estudios y Programas del partido, Andrea Levy, también se sumaba a las pretensiones de su líder, tal y como aseguró en verano en una entrevista en Vanity Fair, en la que confesó que lo que le “preocupa” es que el aborto sea considerado un derecho. 

En las últimas semanas el “nuevo” PP de Casado ha evidenciado las coincidencias con la extrema derecha de Vox sobre este asunto, una sintonía se reflejó en el acuerdo firmado por las dos formaciones para que los 12 diputados andaluces del partido de Santiago Abascal apoyaran la investidura del popular Juan Manuel Moreno Bonilla como nuevo presidente de la Junta de Andalucía. Sin mencionar el aborto de forma explícita, en el texto reivindican un sistema de atención a mujeres con embarazos no deseados para proporcionarles información, asistencia y alternativas socioeconómicas, así como un plan para “fomentar la natalidad”.

Un “compromiso con la vida”

Fuentes de la dirección nacional del PP descartan ahora que de la Convención Nacional del fin de semana vaya a surgir un documento político que modifique sus principios ideológicos e introduzca su postura sobre el aborto en sus estatutos. Explican que la convención “no es una ponencia” ni un congreso ordinario, único órgano con legitimidad para dejar negro sobre blanco las propuestas y la ideología del partido.

No se cambiará, por tanto, la ponencia política actual aprobada en el congreso de febrero de 2017, que tan solo recoge en su artículo 2 la siguiente frase: “Defendemos el derecho a la vida”. No hace más mención a la interrupción voluntaria del embarazo.

Si bien no hay ningún debate o conversación prevista sobre el aborto, en el cónclave de este fin de semana habrá dos mesas en las que sí pueden surgir debates o menciones a los derechos de las mujeres. Además, la plataforma ultracatólica Hazte Oír ha anunciado que se desplazará hasta la Feria de Madrid donde tendrá lugar la convención con uno de sus camiones con la campaña 'No más leyes ideológicas y liberticidas' que pide al PP que se comprometa a derogar las leyes LGTBI, la ley del aborto, la ley de memoria histórica y la ley de violencia de género.

Dentro del plenario, el sábado a las 18:30 horas habrá una mesa moderada por el portavoz de los populares en el Senado, Ignacio Cosidó, en la que el PP pretende defender “una legislación eficaz contra la delincuencia y la violencia contra las mujeres”. En el coloquio participarán Juan José Cortés, padre de la pequeña asesinada Mariluz Cortés, la presidenta de la Asociación Sandra Palo, Marimar Bermúdez, y la exdelegada del Gobierno para la violencia de Género Blanca Hernández. 

En otra conferencia en la que el partido reivindicará su apuesta “por la persona por encima del colectivo para defender el bienestar social” hablarán, entre otros, la expresidenta del Comité Nacional de Bioética Teresa López y la autora del libro Una defensa del feminismo liberal, María Blanco. 

Cospedal, Santamaría, Rajoy y Aznar

A la convención han sido invitadas tanto Santamaría como la exsecretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que tuvo que abandonar todos sus cargos orgánicos en noviembre tras destaparse sus relaciones con el excomisario José Manuel Villarejo, a quien encargó espiar a compañeros de partido y con quien se reunió a escondidas en la sede nacional de la formación.

Mientras la exministra de Defensa no ha concretado aún si acudirá al cónclave, la exvicepresidenta sí ha confirmado su asistencia. Irá el viernes, acompañada del expresidente Mariano Rajoy, que intervendrá ante el plenario. Al día siguiente el turno será el de José María Aznar. Ambos exmandatarios, que mantienen una enemistad desde hace años, han evitado coincidir en la convención el mismo día.

Al margen de las discrepancias internas, el líder del PP, Pablo Casado, explica en una carta a la militancia popular que el objetivo del cónclave es “reforzar” el proyecto del PP, “abriéndolo de par en par” a la sociedad. “Somos deudores de la tradición liberal-conservadora, reformista y moderada que ha demostrado ser el mejor camino hacia el progreso de las sociedades. No queremos romper sino reformar para reafirmar”, concluye.

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