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El PP se prepara para una legislatura “ideologizada” con debates sobre el aborto o la eutanasia que “dividen” a la derecha

Pablo Casado junto a José María Aznar, esta semana, en Madrid.

Iñigo Aduriz

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La dirección del Partido Popular se está preparando para una legislatura que aventura “ideologizada”, con debates que la izquierda intentará centrar en asuntos que “dividen” a los conservadores como la eutanasia, el aborto, la igualdad o la memoria histórica. Esa es la reflexión recogida por el eldiario.es de distintas conversaciones con dirigentes del PP de la máxima responsabilidad.

Los miembros de la formación conservadora consultados están convencidos de que el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos tratará de poner “todas las zancadillas posibles” a la unión de las derechas –PP, Vox y Ciudadanos– en torno a la formación de Pablo Casado que el líder popular busca prácticamente desde que llegó a la presidencia del partido. La integración, apuntan, es indispensable para poder recuperar el poder si en los próximos meses se rompe el Ejecutivo de coalición de la izquierda o se celebran unas nuevas elecciones.

La reflexión que realizan personalidades de la más alta responsabilidad en el PP es que en un “contexto de crisis económica”, con los planes de gasto PSOE y Unidas Podemos “cuestionados por Bruselas”, la “única salida” que tendrá la izquierda para salvar la legislatura ante sus votantes será “tirar de sentimientos y de ideología”. Para ello, recuperarán proposiciones de ley como la de la eutanasia, que encalló en el Congreso por el veto de la derecha, o “sacarán otra vez a los muertos y las fosas”, en alusión a un posible refuerzo de la ley de memoria histórica.

Los mencionados son asuntos que los dirigentes del PP reconocen que dividen a sus propias filas y que pueden complicar la relación con Vox –por la derecha– y Ciudadanos –por el centro–, dos partidos que Casado pretende incorporar a las filas populares durante esta misma legislatura. Este viernes, Inés Arrimadas se mostraba favorable a explorar la alianza con el PP para las tres elecciones previstas este año tanto en Catalunya como en Galicia y Euskadi –“Juntos mejor”, decía–. Todo se encuadra en el plan del máximo líder del PP para la “reconstrucción” del centro derecha, una idea de su padrino político, el expresidente José María Aznar.

Liberales frente a conservadores

En pleno intento por escenificar un giro al centro, en la pasada campaña electoral el propio Casado pidió al partido esquivar asuntos controvertidos para los populares como el aborto o la memoria histórica porque son, según Génova 13, debates que reconocen que les perjudican electoralmente y les escoran aún más a la derecha.

Los dirigentes del PP consultados admiten ahora que sigue habiendo diferencias dentro del partido en temas como el aborto o la eutanasia. El ala más liberal ha llegado a plantear que Génova 13 dé libertad de voto a sus 89 diputados en el Congreso cuando se tenga que decidir al respecto para que las discusiones internas no permitan a sus adversarios utilizar las divisiones en beneficio propio.

Según distintas fuentes, esta posición a favor de la libertad de voto para asuntos “morales” es defendida, por ejemplo, por la portavoz de los populares en el Parlamento, Cayetana Álvarez de Toledo. Su parecer contrasta en cambio con la negativa de la dirigente popular a aceptar que solo el 'sí es sí' de las mujeres debe ser válido para una relación sexual consentida, lo que le generó sendas polémicas en los debates electorales tanto del 28A como del 10N. “Yo seguiré defendiendo que no todo lo que no sea un sí es un no”, dijo en noviembre.

No obstante, los dirigentes populares admiten que sigue existiendo un sector más conservador, muy influido por el catolicismo y predominante en la dirección de Casado –como, por ejemplo, el secretario de Organización, Teodoro García Egea–, que trata de forzar un posicionamiento claro del PP en contra de la libertad de las mujeres a interrumpir sus embarazos o a una normativa de muerte digna.

El de ampliar las facilidades para el aborto no es, por el momento, un asunto prioritario para el Ejecutivo progresista, que en cambio sí busca aprobar una Ley de Eutanasia que encalló en el Congreso en febrero precisamente por el 'no' de PP y Ciudadanos.

Lo que las mujeres “llevan dentro”

Desde la llegada de Casado a la presidencia de los populares, la dirección del PP reivindicó retrocesos en los derechos de las mujeres respecto a la interrupción voluntaria del embarazo. El líder conservador llegó a pronunciar a principios del año pasado unas polémicas declaraciones asegurando que las embarazadas deben saber lo que “llevan dentro”.

Casado plantea volver a la ley de supuestos de 1985 y rechaza la normativa actual, de 2009, de plazos, utilizando argumentos que no se corresponden con la verdad. Entre ellos, que en España existe “barra libre” para abortar a partir de la semana 20 de gestación –cuando la legislación solo contempla la interrupción de forma libre hasta la semana 14–, o que la ley de 1985 fue una normativa de “consenso” si bien entonces esa ley fue rechazada por Alianza Popular, germen del actual PP.

El rechazo a una ley de eutanasia por parte de Casado es también frontal. “Nos vamos a oponer a la ley de la eutanasia de Pedro Sánchez, por innecesaria e injusta”, aseguró ya en su discurso de proclamación como presidente de los populares, en julio de 2018, cuando el Gobierno socialista presentó esa normativa para su debate en el Congreso.

En octubre de ese año el líder del PP llegó a señalar que el “problema” de la eutanasia “no existe en España” y lamentó que el PSOE sea “experto en sacar problemas que no existen, reabrir las heridas y dividir a los españoles”. “Soy un liberal y defiendo legislar lo menos posible” y “no intervenir la vida de la gente, la conciencia de la gente”, concluyó.

“Polémicas que no existen”

La estrategia que se plantea ahora la dirección popular para hacer frente a esa “ideologización” de la política española es centrar su labor de oposición en otros asuntos que a su juicio “dividen” a la izquierda como la posible celebración de un referéndum de autodeterminación en Catalunya –una iniciativa a la que se ha abierto Unidas Podemos, pero que rechaza de plano el PSOE, que sí contempla en cambio una consulta solo en Catalunya sobre el resultado que den las negociaciones con la Generalitat– o la situación en Venezuela.

Bajo la premisa de la “libertad”, la “reunificación” de las tres derechas –PP, Ciudadanos y Vox– dentro de su formación política es una de las grandes obsesiones del mandato de Casado. Los populares ya han ensayado esa integración en sus ejecutivos de coalición con Ciudadanos, apoyados por Vox, en Andalucía, Madrid o Murcia y pretenden escenificarla con un acuerdo con los de Inés Arrimadas para ir juntos a las elecciones catalanas adelantadas por Quim Torra para este mismo año pero que aún no tienen fecha.

La izquierda, siempre según los dirigentes del PP, tratará de torpedear esa estrategia desde el poder “inventando polémicas que no existen”.

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