El PP da a Vox por amortizado tras asegurarse su apoyo en los pactos: “Han tocado techo”
Una vez configurados todos los pactos postelectorales posibles con la extrema derecha de Vox –el último, el de la Comunidad de Madrid, se reflejará el miércoles en la elección como presidenta de Isabel Díaz Ayuso–, el Partido Popular tiene claro que su principal objetivo es recuperar al electorado fugado a la formación que preside Santiago Abascal en las últimas citas con las urnas.
El mensaje que tiene previsto trasladar el equipo de Pablo Casado en las próximas semanas es que tras su papel decisivo en los pactos para conformar gobiernos autonómicos y municipales, apoyando los Ejecutivos de coalición de PP y Ciudadanos, la función de Vox como contrapeso de los populares por la vertiente más conservadora del espectro político ya está amortizada.
La dirección popular considera, por un lado, que los valores que representa la formación de Abascal ya están reflejados en el nuevo PP. Desde el triunfo de Casado en las primarias el nuevo presidente emprendió un giro a la derecha, cuestionado internamente prácticamente desde el XIX Congreso de julio de 2018, con peticiones expresas de algunos de los barones con más peso institucional –como Alberto Núñez Feijóo o Juan Manuel Moreno Bonilla– para que el PP recupere el centro.
La cúpula popular acaba de reafirmar en cambio ese viraje derechista al renovar la dirección, situando en los puestos de mayor relevancia a representantes del sector más conservador, proveniente de FAES –como la portavoz parlamentaria, Cayetana Álvarez de Toledo o el jefe de Gabinete de Casado, Javier Fernández Lasquetty–, y acercando al partido a los postulados más radicales del aznarismo.
Hacer frente a la fragmentación
En el PP está instalada, además, la idea de que en el caso de unas nuevas elecciones en noviembre si finalmente fracasa el intento de Pedro Sánchez de ser reelegido presidente antes del 23 de septiembre –fecha límite para poder celebrar una nueva sesión de investidura–, muchos de los votantes tradicionalmente populares que en los últimos comicios se marcharon a Vox volverán a apostar por apoyar a la formación de Casado. Estos electores habrían entendido, como sostiene la dirección del partido, que la fragmentación del centro derecha “solo ha beneficiado a la izquierda”.
En esta línea, este lunes Cayetana Álvarez de Toledo aseguraba que Vox “ha tocado techo”, tras poner en valor los complicados acuerdos con Ciudadanos y la formación de extrema derecha, dos socios que durante las negociaciones trazaron un cruce de vetos que complicaron los pactos.
“En estos últimos meses Vox ha pasado de la espuma y de la efervescencia de la propuesta a aterrizar en la realidad y la política”, sostenía la portavoz del PP en el Congreso durante en una entrevista en Onda Cero. “Después de las enormes expectativas generadas por su propia cúpula se ha dado cuenta de que esto no va a ser tan fácil y en mi opinión ha tocado techo”, zanjaba.
El “futuro” de la formación de extrema derecha a juicio de Álvarez de Toledo “pasa por un aterrizaje en la realidad en algunas de sus políticas y propuestas” que la portavoz parlamentaria de los populares considera “completamente fuera de la realidad y por la vuelta de muchos de sus votantes al Partido Popular. Ese es el horizonte que le veo”, remachaba.
Las derechas no suman
La dirección de los populares es consciente, sin embargo, de que ese regreso al PP de los electores que el 28A o el 26M apostaron por Vox no será suficiente si se produce ese adelanto electoral a noviembre. Todas las encuestas, las publicadas y las internas, aunque auguran al partido de Casado una mejoría que en Génova cuantifican en unos 20 escaños –de los 66 actuales podría pasar a 90–, vaticinan que esa subida no sería suficiente para recuperar la Moncloa.
El barómetro de Celeste-Tel elaborado para eldiario.es en la primera semana de agosto, confirma al PSOE como fuerza más votada aunque refleja el primer frenazo de las perspectivas electorales de los socialistas tras el 28A y después de la fallida sesión de investidura de Sánchez de julio. El PP sería el principal beneficiado de una repetición electoral: ahora obtendría el 20,2% de los votos y 83 escaños, 17 más de los actuales, pero insuficientes para lograr mayoría con las otras derechas de Ciudadanos –que bajaría de 57 a 52 escaños– y Vox –pasaría de 24 a 17–.
Otra encuesta publicada por el diario La Razón dibuja un escenario similar y, además, cuantifica en un 25% el porcentaje de votantes de Vox que ante unas nuevas elecciones se pasarían al PP. Este dato, que avala las tesis con las que trabaja Génova, ha sido oportunamente difundido por dirigentes populares como el diputado madrileño y exalcalde de Alcorcón (Madrid), David Pérez, a través de sus redes sociales. El estudio demoscópico del citado diario augura, de la misma forma, que las derechas seguirían sin sumar para llegar a la Moncloa.
Por eso el PP sigue empeñado en convencer a Ciudadanos de que la única opción de desbancar a la izquierda del poder es con la fusión de ambos partidos en una coalición. Álvarez de Toledo volvía este lunes a tender la mano al partido de Albert Rivera para formar un bloque común después de que Casado le ofreciera un acuerdo para ir al Senado en las últimas elecciones generales: “Rivera lo rechazó, pero hay que seguir intentándolo e insistiendo”.
La fórmula del desbloqueo
La portavoz parlamentaria de los populares pedía a Rivera que “medite y reflexione” sobre esta cuestión y vaticinaba que la fusión de los dos partidos finalmente terminará ocurriendo: “Ese espacio político se acabará reagrupando y esta fragmentación terminará con una especie de efecto péndulo hacia espacios comunes. Quienes lideren esto, serán los que encabecen el proceso de desbloqueo”.
“Los ejes en España ya no son izquierda-derecha sino los reaccionarios frente a personas que defienden los valores de la democracia liberal, y ahí es donde nos tenemos que encontrar para terminar los bloqueos”, concluía la dirigente popular.