Ya ha comenzado oficialmente la campaña electoral. Según el modelo estadístico elaborado para eldiario.es a partir de los datos de encuestas, el PSOE se mantiene en primera posición y perderá algunos escaños respecto a abril mientras el PP se recupera del desastre del 28A, aunque no lo suficiente para llegar a los 100 escaños. La sorpresa el próximo 10N puede darla Vox: la formación de extrema derecha está al alza en todos los sondeos y ya apunta a convertirse en tercera fuerza en el Congreso por número de escaños a pesar de no serlo en votos.
La proyección de la semana pasada ya apuntaba que la formación de ultraderecha había superado a Ciudadanos, que sigue en caída libre. Tras la publicación de la sentencia del 14 de octubre, los de Abascal mantienen un crecimiento de un punto en intención de voto por semana y superarían ya incluso a Unidas Podemos en 5 escaños.
Eso sí, hay que tener en cuenta que a tan sólo diez días para la celebración de las elecciones del 10 de noviembre aún hay un 25% de personas que no tiene decidido su voto, según el barómetro del CIS. A pesar de que exista consenso en la mayoría de los sondeos publicados por las empresas demoscópicas privadas, la tasa de indecisos, los sucesos en Catalunya y la irrupción de las nuevas formaciones complican la estimación de votos y escaños.
Según el modelo estadístico de eldiario.es, cuya metodología se puede consultar al final de este artículo, el PSOE sería la fuerza más votada con el 27,4% de los votos. Le seguirían el PP (21,8%), Unidas Podemos (12,5%), Vox (11,8%), Ciudadanos (9,5%) y Más País (4,1%).
Las tendencias observadas coinciden en todos los sondeos, excepto con el CIS. Esto puede ser perjudicial, ya que podría darse el caso de que las encuestadoras se estén 'copiando' entre sí –un efecto denominado Herding– y generando un exceso de confianza al modelo estadístico.
Dicho esto, las tendencias reflejadas en las encuestas apuntan a la estabilización de un PSOE a la baja. Tras una caída significativa desde la investidura fallida de julio, donde las encuestas le colocaban en torno al 33% de los votos, los socialistas conseguirían en las últimas semanas estabilizar sus votos en torno al 27%, casi dos puntos menos que en las elecciones de abril.
El PP, en cambio, ha seguido una tendencia ascendente, sobre todo desde la convocatoria de las elecciones, hasta colocarse cerca del 22% de los votos. Los de Pablo Casado van camino de lograr lo que no consiguieron en abril: hacerse con la hegemonía del bloque de la derecha.
Unidas Podemos se ha mantenido estable entre el 13 y el 14% tras la investidura fallida de julio hasta la irrupción de Más País, que entró fuerte en las encuestas y ha ido perdiendo fuelle mientras los incidentes en Catalunya movilizaban al electorado y dejaban sin efecto su argumento contra la abstención. Aun así, tras la irrupción de la formación de Íñigo Errejón, las expectativas de UP se han reducido ligeramente. Según el modelo estadístico, lograría ahora alrededor del 12,5% de los votos.
Ciudadanos se mantiene cae por debajo del 10% tras dejarse más de cinco puntos desde abril, lo que permite a Vox crecer en ese espacio. Así, el partido de extrema derecha rondaría el 12% de los votos y crecería en torno a dos puntos en las últimas dos semanas.
Los votos, en escaños
El PSOE seguiría siendo el partido con más representación en el Parlamento. Sus escaños fluctúan en torno a los 118 (entre 108 y 128 en el 90% del intervalo de confianza), cinco menos de los obtenidos en abril. La formación se encuentra en su intención de voto más baja desde abril, aunque mantiene el grueso de sus diputados y las variaciones de 3 o 4 escaños van y vienen según pasan los días.
El PP, después de situarse varias semanas por encima de los 100 escaños, ha perdido cuatro diputados ante la subida de Vox y se colocaría con 96 (entre 87 y 105, según el modelo). La formación de Santiago Abascal, por su parte, podría ascender hasta los 38 escaños (entre 30 y 46) –a pesar de tener menos votos que Unidas Podemos– gracias a los diputados que conseguiría en las provincias menos pobladas. En este sentido, Vox podría obtener escaño en Albacete, Salamanca o Guadalajara, donde Unidas Podemos no consigue arañar ninguno.
La formación de Pablo Iglesias sería la cuarta fuerza parlamentaria con 33 diputados, una decena menos que en abril. Estarían entre 25 y 41, por lo que consigue mantener resultados en su horquilla más alta. Ciudadanos sería la quinta fuerza con 18 escaños. Perdería casi 40 escaños desde el 28A. El modelo coloca a los de Rivera cerca de ERC, que tendría solo tres diputados menos presentándose únicamente por cuatro provincias.
Los partidos nacionalistas y regionalistas sufrirían pequeñas variaciones. El PNV, por ejemplo, podría conseguir un diputado más por Bizkaia –cuatro en esa provincia– en detrimento del PP –que seguiría allí sin representación, a pesar de que en semanas anteriores lo lograba–. Como ya comentaba en este artículo, ese escaño estaría en juego entre varios partidos, por lo que pequeñas variaciones en el voto alterarían el resultado.
Tanto BNG como Teruel Existe podrían lograr representación en el Congreso, ambas formaciones con un diputado. Dado que las encuestas provinciales no abundan, conviene ser cautelosos.
Mayorías posibles tras el 10N
El bloque de derechas (154, entendido como la suma de PP, Vox, Ciudadanos y Navarra Suma) ha recuperado voto y se coloca con dos diputados menos que el de izquierda (156, con la suma de PSOE, Unidas Podemos y Más País). Todo apunta a un escenario de ingobernabilidad, pero habrá que esperar hasta el último momento para ver cómo evolucionan las tendencias, a día de hoy, apuntando a un crecimiento del bloque de derechas.
De todos modos, la izquierda tiene potenciales socios que podrían facilitar una investidura de Sánchez con los que la derecha no cuenta. La posibilidad de sumar con las fuerzas independentistas existe, aunque la dependencia es mayor que en abril –la suma de PSOE, UP, MP, PRC y ERC llegaría a 172 escaños, 9 menos que en abril–.
No parece factible, por tanto, una mayoría de la izquierda sin las fuerzas catalanas ni tampoco existe una alternativa por la derecha. Además, una opción intermedia que pasara por el PSOE pactando con Ciudadanos es enormemente remota, ya que no superarían los 140 diputados, la cifra más baja desde abril, cuando pudieron gobernar juntos con mayoría absoluta.
¿Y si las encuestas fallan?
Las encuestas son una herramienta de aproximación. Son habituales errores de 2 o 3 puntos por partido, que significan desviaciones de hasta 6 puntos si analizamos por bloques. Para combatir eso, se han realizado simulaciones de escenarios alternativos.
Estas simulaciones consisten en alterar las estimaciones del bloque de izquierdas y de derechas para tratar de anticiparnos a lo que ocurriría si, al final, los resultados del 10 de noviembre difirieran de los sondeos.
¿Qué ocurriría si la izquierda mejorase sus resultados en 1 o 2 puntos? ¿Y si la derecha hiciera lo mismo? Para responder a estas preguntas y simplificar el análisis, es necesario considerar dos premisas. La primera es que el voto nacionalista-regionalista se mantiene constante.
La segunda consiste en incrementar el porcentaje de voto del bloque de la izquierda a costa del bloque de la derecha –y viceversa–proporcionalmente al peso que cada partido tiene en su respectivo bloque (bloque de izquierdas: PSOE 62%, UP 28% y MP 10%; bloque de derechas: PP 50%, Vox 28%, Cs 22% y Navarra Suma se mantiene constante).
Se puede interactuar con este análisis escogiendo cualquiera de los escenarios contemplados en el siguiente gráfico:
La diferencia de votos entre bloques es mínima, de tan sólo 0,6 puntos, y se acerca a la diferencia que tuvieron en abril, de 0,2 puntos. Esto supone que, en el escenario central del modelo, ambos bloques mantienen un número similar de diputados.
Debido a esto, tanto el bloque de izquierdas como el de derechas necesitarían 5 puntos más para obtener la mayoría absoluta en el Congreso. De todos modos, la derecha no tiene tantos potenciales aliados como pudiera tener la izquierda, que se podría apoyar en fuerzas catalanistas, gallegas, vascas y/o cántabras.
Este matiz será determinante, ya que permitiría al bloque de izquierda formar gobierno en el escenario actual del modelo, a diferencia de la derecha.