El PSOE fue el impulsor de que la comisión de investigación sobre la crisis financiera alterase el formato previsto para las comparecencias de Rodrigo Rato, Pedro Solbes y Elena Salgado. En una reunión de la Mesa celebrada el 20 de diciembre, el portavoz socialista planteó la posibilidad de sustituir el modelo de interrogatorio por otro en el que solo se pudiera usar un turno de repregunta para cada portavoz, tras las primeras respuestas del compareciente. Así consta en las actas de la comisión, a cuyo contenido ha tenido acceso eldiario.es.
El diputado Pedro Saura realizó su propuesta después de que la presidenta de la comisión, Ana Oramas (CC), advirtiese de las dificultades para cumplir el calendario previsto con el modelo inicialmente elegido, ya que provoca sesiones muy extensas cuando el compareciente decide responder sin límite de tiempo a cada una de las preguntas que se le realizan. El modelo que finalmente se impuso solo permite dos turnos de palabra para cada portavoz y muchas más dificultades para atar en corto el relato de la persona citada ante la comisión.
En declaraciones al eldiario.es, el diputado socialista asegura: “Ante la reflexión de la presidenta yo planteo la propuesta de volver al sistema de pregunta y repregunta. Lo hago para desbloquear la situación, sin haberlo hablado previamente ni con nadie del partido ni con nadie de los otros grupos”.
Tras la propuesta y según las actas de aquella reunión, nadie se opuso al cambio. Aunque el portavoz de Ciudadanos, Francisco de La Torre, asegura que sí lo hizo, los letrados del Congreso no dejaron constancia de esa oposición en el escrito en el que resumen el acuerdo adoptado.
En el caso de Podemos, Alberto Montero reconoce que apoyó la propuesta bajo el siguiente argumento: “Nuestra posición era irrelevante”. Montero se refiere a que los votos de PSOE y PP bastaban para que la propuesta de Pedro Saura fuese aprobada. Su formación lleva meses quejándose por la organización de los trabajos y en septiembre plasmó esas quejas en un escrito en el que solicitaban más transparencia en las decisiones y que los debates sobre quién y cómo comparecía fueran públicos y no a puerta cerrada.
La presidenta de la Comisión, Ana Oramas, asegura estar satisfecha con el desarrollo de las comparecencias y asegura que “los diputados pudieron preguntar aquello que quisieron”. Para Oramas “esta no es una comisión de un sí o un no, se tiene que razonar mínimamente”.
Esa posibilidad de razonar es la que permitió a Rodrigo Rato explayarse durante una intervención que, por momentos, parecía la de un miembro del Gobierno y no la de un ciudadano citado para ofrecer información ante una Comisión de Investigación Parlamentaria. A pesar de ello, el paso de Rato por la Comisión estuvo plagado de enfrentamientos como el que le llevó a acusar al PP de haber urdido una conspiración para meterle en la cárcel. Rato hizo estas declaraciones sin repreguntas, ya que el portavoz del PP había agotado sus dos turnos.
La misma comodidad de explicación sirvió para que Pedro Solbes diese su versión sobre las decisiones adoptadas en los años en los que España fue asolada por la crisis económica. Este jueves, el turno será para Elena Salgado, a quien cada portavoz solo podrá preguntar en dos ocasiones y no tendrá que enfrentarse al formato de careo, gracias a la propuesta de uno de sus compañeros de partido.