Pedro Sánchez ha conseguido para el PSOE la presidencia del Congreso con un pacto a tres en el que han participado Partido Popular y Ciudadanos. La carambola se ha fabricado sin que Sánchez y Rajoy hayan tenido que negociar directamente, gracias a un Albert Rivera que ha interpretado el papel de facilitador. El resultado ya es conocido: el socialista Patxi López será el presidente del Congreso. La consecuencia más evidente es que el líder socialista se complica los apoyos de Podemos en una eventual investidura.
El PSOE empieza apostando por Ciudadanos. Se trata de una apuesta con cierto márgen de confianza porque si algo es seguro en el partido de Albert Rivera es que quieren evitar otras elecciones a casi cualquier precio.
En las próximas semanas tendrá que verse si los socialistas empiezan a trabajar para recuperar el terreno que ahora han perdido con Podemos. Los de Pablo Iglesias han puesto como condición para apoyar a Sánchez la creación de cuatro grupos parlamentarios. La diferencia entre las diferentes negociaciones radica en que, para conseguir la presidencia del Congreso, el PSOE no necesitaba a Podemos. Ya veremos si para hacer a Sánchez presidente las cosas cambian de color.
“El camino natural para la investidura es con Podemos”. En estos términos se manifiesta un portavoz oficial de la ejecutiva socialista. En Ferraz están convencidos de que Pablo Iglesias no podrá cargar con la responsabilidad de impedir con su voto un pacto de izquierdas, obligando a la celebración de nuevas elecciones. Además, los socialistas se muestran convencidos de que Iglesias tampoco quiere cuatro grupos parlamentarios. “Lo fácil para él ha sido echarle la culpa al PSOE”, señalan.
Tras la negociación de la Mesa, el PSOE espera reabrir negociaciones con Podemos cuando Rajoy no consiga los apoyos que necesita para evitarse una mudanza en Moncloa. Si ahora el acuerdo ha sido con Ciudadanos, después se intentará más a la izquierda. “El único sitio en donde gobernamos con Ciudadanos es Andalucía”, señala una fuente del equipo de Sánchez, en velada referencia al enfrentamiento abierto entre Sánchez y la presidenta andaluza.
Hace menos de un mes el líder del PSOE estaba al borde de la quiebra con 90 diputados y con la mayor parte de sus barones pidiendo su cabeza. Solo unas semanas después, Sánchez ha conseguido hacerse con la presidencia del Congreso sin que ningún otro partido se haya aventurado a plantear un rival para someterlo al juicio de los votos. La primera batalla se la ha llevado el PSOE pero se complica sobremanera el escenario negociador que le queda por delante. En Ferraz consideran el acuerdo como una victoria y un paso más para pugnar por una presidencia del PSOE en un tiempo político claramente marcado por la negociación.