¿Pueden Rajoy o las Cortes Valencianas desalojar a Rita Barberá del Senado?
La exalcaldesa de Valencia Rita Barberá comunicó ayer formalmente a través de una nota pública de poco más de un folio su decisión de convertirse en tránsfuga en el Senado. Lo remarcó escribiéndolo en mayúsculas en el punto quinto de su comunicado en el que anunciaba su salida del PP: “Expreso mi voluntad de NO DIMITIR del Senado y de permanecer en él, tal como me ampara la ley porque de lo contrario podría entenderse como una asunción de responsabilidad”.
El párrafo de la exregidora invoca la doctrina del Tribunal Constitucional que le faculta para conservar su acta en la Cámara Baja durante los próximos tres años hasta que Las Cortes Valencianas (si no se disuelven antes) elijan a otros seis representantes en el Senado. La jurisprudencia está del lado de la exalcaldesa: el escaño pertenece a la persona, no al partido. Lo dice con estas palabras el Constitucional en una sentencia dictada en 1983 en la que Cristina Almeida y otros concejales del Partido Comunista recurrieron en amparo para mantener sus cargos institucionales: “Una vez elegidos, los representantes no lo son de quienes le votaron sino de todo el cuerpo electoral, y titulares por tanto, de una función pública a la que no pueden poner término decisiones de entidades que no son órganos del Estado, en el sentido del término”.
A esa doctrina se apuntó también ayer el ministro de Exteriores, José Manuel Margallo, cuando advirtió a la salida de la presentación de un libro de su compañero Luis de Guindos, que “el escaño es algo personal y debe ser ella quien decida”.
Pero por mucho que la ley faculte a Barberá para ocupar ese escaño en representación de la Comunidad Valenciana, el Pacto Antitransfuguismo firmado por el Partido Popular y el PSOE califica a los cargos públicos que abandonan la disciplina de los partidos como tránsfugas. Su destino más probable, cuando por fin el Senado reciba la notificación de que abandona el PP, es el Grupo Mixto, donde Barberá compartirá previsiblemente escaño con Ciudadanos, Convergencia Democrática de Cataluña, Coalición Canaria, Compromís, Foro Asturias, UPN, Agrupación Socialista de La Gomera, Bildu y Nueva Canaria.
El primero en advertir a la exalcaldesa que no es bienvenida es el grupo de Compromís. Su senador Carles Mulet aseguró a Europa Press que sería “una barbaridad” que llegase al Grupo Mixto. “Tiene narices”, añadió.
La presión para que abandone llegó también de sus excompañeros de partido. La ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, advirtió: “Es una persona que ha hecho una gran gestión para la ciudad de Valencia pero en política hay que estar sumando”.
Entretanto, el presidente de las Cortes Valencianas, Enric Morera, anunció este miércoles que promoverá una reprobación en la Cámara autonómica para evidenciar que la exalcaldesa de Valencia no comete un acto de transfugismo solo con el PP sino con el Parlamento valenciano que fue quien la eligió como senadora en representación de la comunidad. Morera prometió “medidas institucionales” para evitar que Barberá conserve su escaño, “algo que la ciudadanía no va a aceptar”. Anticipó que buscará una reunión con el presidente del Senador, Pío García Escudero.
Fuentes del Senado aseguraron a eldiario.es que el Parlamento valenciano no tiene competencias para revocar el nombramiento de Barberá, cuyo mandato expira solo cuando se disuelvan Las Cortes valencianas.