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Rajoy, más cerca de Moncloa

Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, en la constitución del Congreso.

Andrés Gil

“Lo importante no es que haya agua o no, sino que uno no se caiga”. Esta frase de Mariano Rajoy, a modo de haiku, resume la personalidad del presidente en funciones: no se va a caer al agua; se lanzará cuando se sienta seguro. Y, de momento, los números para la investidura no le salen, pero le han salido, y de sobra, para la Mesa del Congreso.

El PP y Ciudadanos han conseguido en torno así hasta 179 votos, los que han logrado los vicepresidentes Ignacio Prendes (Ciudadanos, 96) y Rosa Romero (PP, 83): 10 más que los cosechados por Ana Pastor para presidir la Mesa (169). Y lo han hecho gracias al voto en blanco –y diez afirmativos– de los partidos nacionalistas (ERC, CDC, PNV, Bildu y CC). Con estos resultados, Mariano Rajoy tendría asegurada la reelección.

Pero la votación de la Mesa del Congreso no es la sesión de investidura. Y, de momento, a Rajoy no le salen las cuentas: Ciudadanos ha anunciado una abstención y ERC, CDC, PNV y Bildu, de momento, no se han mostrado dispuestos a salirse del no. De momento.

Y aunque la votación de la Mesa no es la de la investidura, sí que es cierto que la sesión ha lanzado la señal de que la derecha ha hecho una demostración de fuerza, mientras que la izquierda la ha hecho de debilidad.

En efecto, después de la sesión de este martes, está más cerca Rajoy de Moncloa que Pedro Sánchez de ser capaz de articular una mayoría alternativa con Unidos Podemos, toda vez que hipotéticos cómplices del candidato socialista, como los nacionalistas vascos y catalanes, han contribuido con su voto nulo –y diez votos afirmativos en el caso de la votación de las vicepresidencias de PP y Ciudadanos– a blindar el pacto entre PP y Ciudadanos para la Mesa del Congreso.

Tránsito de Ciudadanos

Un pacto que ha permitido a Ciudadanos transitar del no a Mariano Rajoy a reforzar el núcleo duro marianista con la elección de Ana Pastor. El propio portavoz parlamentario de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, ha reconocido este martes que el PP “ofreció a su secretaria general [María Dolores de Cospedal] y al actual ministro del Interior en funciones [Jorge Fernández Díaz], y les dijimos que no hasta que salió el nombre de Ana Pastor”.

Esta decisión de Ciudadanos supone un nuevo giro en sus posiciones políticas, que en los últimos meses y en la anterior legislatura, se mostró siempre favorable a que la presidencia del Congreso recayera en un grupo de la oposición: Rivera ha pasado en seis meses de apoyar a los socialistas Patxi López y a Pedro Sánchez, a votar a Ana Pastor y anunciar una abstención a Mariano Rajoy.

“Que se me deje gobernar”

Pero, ¿hay agua en la piscina?, le preguntaban a Rajoy tras la constitución de las Cortes: “Lo importante no es que haya agua o no, sino que uno no se caiga. Yo quiero gobernar, y pido que se me deje gobernar. Si no se quiere que el PP pueda gobernar, tendremos que abrir una reflexión todos para ver cómo superamos esa situación. Si no es posible la estabilidad, estamos dispuestos a asumir la responsabilidad de gobernar”.

Rajoy se ha felicitado por el acuerdo para la Mesa, pero no ha querido proyectarlo más allá de este día: “Al único acuerdo que hemos llegado es a constituir la Mesa de la Cámara. A partir de ahí, sólo conocemos las posiciones de dos fuerzas políticas que, por el número de diputados, podemos entendernos [Ciudadanos y PSOE]. Y si ninguna de esas posiciones cambia, es imposible la investidura. Yo voy a intentar hablar con las fuerzas políticas. Todo el mundo debe ser consciente de la responsabilidad que tiene. España necesita un gobierno a la mayor celeridad”.

El presidente en funciones ha reconocido que desea que la sesión de investidura sea en breve. Pero también ha reconocido: “No soy quién para fijar ninguna suerte de calendario, pero me gustaría que esto se hiciese rápido. Hoy es 19 de julio, es el rey quien tiene que tomar las decisiones de cuándo inicia las consultas, pero yo creo que si entre todos actuamos con sentido común estaríamos en condiciones de resolver esto a principios de agosto. Pero no es algo que me corresponda a mí en exclusiva, y afecta a mucha gente”.

Investidura a la segunda intentona

En el PP están convencidos de que Albert Rivera terminará cediendo y decidirá votar a favor de la investidura de Mariano Rajoy, si no puede ser en este primer intento  – para el que ya se han marcado la fecha del 2 de agosto–, sí en el siguiente, unas semanas después.

En Génova creen que si finalmente logran sumar los 32 escaños del partido de Rivera a los 137 del PP –más el de Coalición Canaria–, “el PSOE tendría muy difícil justificar el bloqueo a una mayoría de 170 escaños”, argumentan desde la dirección del PP. 

La tarea saben que no va a ser fácil.  “Esto es muy parecido a las negociaciones entre sindicatos, Gobierno y patronal. Se alargan hasta el último día y solo a las tantas de la madrugada, cuando el plazo está a punto de finalizar, se cierra el acuerdo”, afirma un experimentado dirigente del PP a eldiario.es.

A cambio del hipotético apoyo de Ciudadanos, los populares les garantizarían cesiones en algunas de sus propuestas estrellas, como un pacto por la Educación, la posibilidad de abrir la reforma laboral al contrato único y mejoras para el colectivo de autónomos.

El PP considera que en el programa de mínimos que ha enviado a los partidos hay además otros asuntos “pactables”,  como el debate europeo, la creación de empleo, la lucha contra el terrorismo yihadista,  el modelo de financiación autonómica o un pacto contra la violencia machista. Y los presupuestos, a los que dan prioridad.

Mientras eso termina de pasar, mientras el PP trabaja para que Ciudadanos termine su tránsito y pase de la abstención al sí y, de paso, aumentar la presión sobre el PSOE, mientras eso termina de pasar, lo que ya ha logrado Rajoy es dominar la Mesa del Congreso gracias a Albert Rivera y a la aquiescencia de nacionalistas vascos y catalanes. Y proyectar que hoy está más cerca que ayer de La Moncloa.

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