P.- ¿Qué le ha parecido el discurso de Rubalcaba?
Ha sido un discurso extraño, porque ha sido una mezcla entre Pi y Margall y Candela Peña con unos tintes catastrofistas que no creo que sea lo que se merece España ni responde a la realidad. Estamos en una situación complicada y difícil pero este es un país que tiene salidas. Me ha dado la sensación de que Rubalcaba no estaba preparado para el discurso que ha hecho el presidente y eso le ha dejado totalmente descolocado.
P.- ¿Le ha sorprendido que el jefe de la oposición no haya pedido al presidente la dimisión con la misma contundencia como hizo hace unos días?
Pues no. Es que creo que ha habido muchas personas en su partido que le han dicho que eso de pedir dimisiones continuamente cuando uno lleva un año en el Gobierno pues no parece muy sensato. El “váyase, señor González” fue después de 13 años y ahora no han pasado ni 13 meses y ya está pidiendo la dimisión del presidente del Gobierno y la de varios ministros. A mí me parece que en unos momentos de crisis como ésta, social, moral y política, lo que el país necesita es estabilidad, diálogo, acuerdo y consenso y no divisiones. Yo creo que Rubalcaba tiene un problema interno desde que ha cosechado el peor resultado en las elecciones generales y ha ido encadenando una serie de derrotas electorales en Cataluña, País Vasco y Galicia, y eso le genera una tensión interna que le lleva a cometer determinados excesos que quedan ridículos en los momentos en los que vivimos.
P.- El discurso del presidente ha recordado a veces el del “España va bien” de Aznar... ¿No le parece poco realista teniendo en cuenta lo que está pasando en la calle y las malas perspectivas para el futuro?
No. Yo creo que ha insistido en que lo que se ha hecho hasta ahora no es suficiente. Que estamos haciendo grandes esfuerzos y empezamos a ver algunos datos económicos en la macroeconomía, como la mejora en nuestro sistema de pagos, la confianza externa, en las cifras de nuestro comercio exterior... Evidentemente, eso no es suficiente y los resultados no están llegando todavía de forma clara al ciudadano en lo que tienen que llegar, como es en la generación de empleo. Pero por lo menos de lo que hemos sido capaces desde que gobernamos es de enderezar el rumbo de un país que se encaminaba hacia el abismo y que afortunadamente ni ha tenido que ser intervenido, ni han tenido que venir aquí unos señores a decirnos que era lo que teníamos que hacer.
Gracias al esfuerzo de todos están empezando a cambiar las cosas. No se trata de hablar ni de brotes verdes ni de luces al final del túnel. Yo creo que el presidente ha sido muy realista. Hay 6 millones de personas en situación de desempleo y ese es el objetivo fundamental del conjunto de las reformas. Y hoy, por primera vez, el presidente ha hecho una cosa que hace mucho que no veíamos en un debate del estado de la nación, hacer una serie de propuestas positivas de apoyo al crecimiento y a la creación de empleo y a las pequeñas y medianas empresas.
Ha tenido un gran olvido en su primera intervención, los desahucios...
Bueno, ha hablado de ello. Ha hecho una larga intervención en la réplica que le ha hecho al señor Rubalcaba cuando este le ha planteado el asunto. Ha citado una extensa relación de cosas que se han empezado a hacer desde el primer momento sobre desahucios, para frenarlos. Ahora estamos en un proceso de trámite del proyecto de ley. Es evidente que hay que buscar un punto de equilibrio entre el funcionamiento del sistema hipotecario actual, entre aquellos que van a aspirar en el futuro a tener una hipoteca para tener una vivienda y atender a aquellos que tienen graves problemas para pagarla, que en algunos casos son coyunturales debido a la pérdida de empleo. Eso es lo que vamos a hacer, no cambiar a mitad de partido las reglas de juego para todos si no sencillamente atender los procesos escandalosamente graves que afectan a muchas familias.
P.- Pero no van a admitir el efecto retroactivo.
Aplicar la dación en pago de forma generalizada y con efectos retroactivos no tiene sentido porque eso llevaría a unos costes al sistema financiero y al sistema hipotecario que impediría que en el futuro muchos jóvenes y muchas otras personas pudieran obtener hipotecas a un precio razonable como ha sucedido en el pasado.
P.- ¿Cree que Rajoy y Rubalcaba serán capaces de cerrar el pacto contra la corrupción con el resto de las partidos políticos?
Yo confío en que sí. Pero no solo contra la corrupción. Es necesario también un acuerdo sobre la educación; un acuerdo sin demagogia sobre sanidad; sobre sostenibilidad del sistema de pensiones; una aproximación en materia de política impositiva... Nosotros estamos abiertos al diálogo y a los acuerdos. Yo entiendo que algunos son esclavos no solo de su pasado sino también de sus problemas internos y eso tiene sus handicaps.
P.-También puede decirse que Rajoy es esclavo de su presente.
Claro. Nosotros somos conscientes de que hemos tenido un gravísimo proceso de una persona en la que no debimos haber confiado como confiamos en el pasado...
P.- Diga el nombre, que no pasa nada...
El señor Bárcenas (sonríe). Ahora lo que estamos haciendo desde hace tiempo es un ejercicio de transparencia presentando nuestras cuentas a los ciudadanos. Rajoy ha presentado sus declaraciones de la renta de los últimos 10 años y lo que queremos es seguir en ese camino. Hemos hecho una ley de financiación de partidos que se aprobó en junio de este año, hemos hecho una reforma del Código Penal para extender la responsabilidad penal a los gestores de los partidos políticos y de las empresas públicas... y ahora trabajamos en la Ley de Transparencia para que los ciudadanos tengan también acceso de forma rápida y transparente a la gestión de los fondos públicos y a la gestión de aquellas empresas que tratan con la Administración y reciben fondos públicos. Las fundaciones también estarán incluidas.
P. ¿Comparte con el señor Arenas que hay una conspiración contra el presidente?
A mí lo que me ha llamado mucho la atención es cómo algunos medios de comunicación dan más credibilidad y de forma además inmediata a pruebas que no tienen identificación, que nadie sabe de dónde han salido pero que han sido fabricadas con el único objetivo de perjudicar al presidente del Gobierno o a miembros de mi partido. Detrás de eso yo estoy seguro de que tiene que haber una voluntariedad. Hay una serie de hechos que van dirigidos claramente contra el presidente y buscan la inestabilidad evidente del Gobierno. ¿Los fines? Eso no es a mí al que corresponde determinarlo.
P. ¿De dentro también de su propio partido?
No, no, no. Evidentemente no es de dentro del partido. El Partido Popular está muy unido, está sólido. Tenemos en estos momentos unas cuotas de resultados electorales que no hemos tenido nunca. El partido está muy bien, todo eso más bien viene de fuera.