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Crónica

Sánchez refuerza a su núcleo duro del PSOE en un Gobierno continuista para una legislatura de alto voltaje

Archivo - El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este lunes en el Complejo de la Moncloa

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El 20N no es para España una fecha cualquiera. La casualidad, o no, ha querido que el mismo día que se cumplen 48 años de la muerte del dictador y en un momento en el que los fascistas regurgitan vivas a Franco ante la sede federal del PSOE, Pedro Sánchez anuncie la composición del segundo gobierno de coalición desde la II República. Otro presidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, ya convocó el mismo día en 2011 unas elecciones generales.

Paritario, con 22 ministerios, con cuatro vicepresidencias, de marcado perfil político y sin cambios en los ministerios de Estado. Así será el nuevo gobierno de Pedro Sánchez, que tendrá como portavoz a la ministra de Educación y Deportes, Pilar Alegría, hasta ahora la voz también de la dirección federal del partido, un cargo que tendrá que abandonar en los próximos días. 

El presidente refuerza a su núcleo duro del partido al crear una Vicepresidencia cuarta para premiar el trabajo de la vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, y otorgar la cartera de Justicia a Félix Bolaños, que seguirá también en Presidencia y Relaciones con las Cortes. Ambos fueron los responsables de la negociación con los diferentes partidos que han hecho posible la investidura de Sánchez.

Bolaños, vicepresidente de facto

Hay formalmente cuatro vicepresidencias, pero en realidad quien tiene las competencias y la confianza plena del presidente para ejercer como tal es Félix Bolaños, que se enfrenta además al asumir Justicia a la difícil tarea de acabar con el bloqueo del PP a la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), rebajar la tensión con algunos sectores de la judicatura y negociar la ley de amnistía durante su tramitación en el Congreso. Fue él quien dio forma al texto durante la negociación con los independentistas para que hasta el último detalle pueda pasar el filtro del Tribunal Constitucional.

Óscar Puente, exalcalde de Valladolid, leal a Sánchez desde las convulsas primarias del PSOE en las que el secretario general ganó contra todo pronóstico al establishment del partido, entra en el gabinete con la cartera de Transportes y Movilidad mientras que quien fuera su exconcejal de Cultura en el Ayuntamiento, Ana Redondo, asume Igualdad, que el PSOE recupera después de cuatro años de la controvertida gestión del equipo de Irene Montero.

Sánchez, que llamó el sábado por la tarde tanto a los ministros salientes como a los entrantes, es un presidente que pide opinión antes de la toma de decisiones pero decide de forma completamente autónoma, como ha demostrado en este último diseño en el que no aparece ni uno de los nombres que se postularon durante días en las quinielas político-periodísticas o le sugirieron algunos asesores áulicos. Unos, como Guillermo Fernández Vara, hace tiempo que le dijeron que no estaban disponibles para formar parte del gabinete. Otros estaban dispuestos, pero nunca recibieron la llamada que esperaban. Y alguno sencillamente jamás estuvo en el radar del presidente.

Isabel Rodríguez cede la portavocía del Consejo de Ministros a Pilar Alegría y la cartera de Política Territorial, al canario Ángel Víctor Torres, única incorporación de los barones socialistas que perdieron el poder institucional el pasado 28M. A cambio, la que fuera alcaldesa de Puertollano será la nueva titular de Vivienda y Agenda Urbana, materia a la que aspiraba Sumar pero que el presidente nunca estuvo dispuesto a soltar.

Los nombres que más han sorprendido han sido los de la titular de Seguridad Social, Elma Saiz, exconsejera navarra y exdelegada del gobierno en la Comunidad Foral y el de Ana Redondo, exconcejala de Cultura en el Ayuntamiento de Valladolid. Doctora en Derecho Constitucional, esta última ya rechazó en dos ocasiones, igual que Óscar Puente, la oferta de Sánchez para sentarse en el Consejo de Ministros. A la tercera ambos han sucumbido. Redondo, a quien se le atribuye “seriedad, mucha mano izquierda y cero sectarismo”, tiene un perfil muy alejado de las trincheras cavadas en el feminismo más militante en el anterior mandato.

La cuota del PSC –antes con dos ministerios– queda reducida a la presencia de Jordi Hereu en Industria, una competencia que se considera nuclear para canalizar las relaciones del Gobierno con el empresariado catalán y la gestión de gran parte de los fondos europeos. La elección del que fuera alcalde de Barcelona no ha sido ajena al primer secretario del PSC, Salvador Illa, que piensa en la economía como principal baza para las autonómicas de febrero de 2025, según aseguran fuentes socialistas.

Se incorporan en total nueve caras nuevas: Óscar Puente (Transportes); Jordi Hereu (Industria); Ángel Victor Torres (Política Territorial y Memoria Democrática); Ernest Urtasun (Cultura); Mónica García (Sanidad); Elma Saiz (Seguridad Social); Pablo Bustinduy (Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030); Sira Rego (Juventud e Infancia) y Ana Redondo (Igualdad). 

Nueve ministros salen del Consejo: Pilar Llop (Justicia); Raquel Sánchez (Transportes); Héctor Gómez (Industria); Miquel Iceta (Cultura y Deportes); José Manuel Miñones (Sanidad); Ione Belarra (Derechos Sociales); Irene Montero (Igualdad); Alberto Garzón (Consumo) y Joan Subirats (Universidades). Y permanecen en sus puestos los que ostentaban carteras de Estado como Margarita Robles (Defensa), Interior (Fernando Grande Marlaska), Exteriores (José Manuel Albares), además de las tres vicepresidentas (Calviño, Ribera y Yolanda Díaz) y Luis Planas (Agricultura). Escrivá deja Seguridad Social y pasa a Transformación Digital, un ministerio de nueva creación.

Ajustes en la Ejecutiva Federal y una Conferencia Política

La permanencia de Calviño tiene fecha de caducidad si, como se prevé, resulta elegida responsable del Banco Europeo de Inversiones. A principios de enero, el presidente tendría así que acometer nuevos ajustes en el gabinete, y ya hay varios postulantes para sustituir a Calviño. En el PSOE cuentan con que haga además algunos cambios en la Ejecutiva Federal del partido con la vista puesta en una Conferencia Política que se celebrará también a la vuelta de navidades. Santos Cerdán seguirá siendo el hombre fuerte de Ferraz, ya que desde la segunda mitad del anterior mandato, la sincronía entre el partido, el Grupo Parlamentario y la Moncloa ha funcionado como un reloj suizo en parte, también, por la incorporación entonces de Óscar López, Francésc Vallés y Antonio Hernando al gabinete del presidente. Los tres permanecerán en sus mismos puestos y todo indica que Patxi López mantendrá la portavocía del Congreso de los Diputados. No ocurrirá lo mismo en la del Senado, donde el presidente tiene previsto hacer cambios y sustituir a Eva Granados por alguien de mayor peso político capaz de rearmar al Grupo Parlamentario frente a la mayoría absoluta del PP en la Cámara Alta.

“La que se inicia es una legislatura de alto perfil político, y debemos contar con un equipo a la altura, un equipo de alto perfil político”, dijo Pedro Sánchez sobre la composición de su nuevo gabinete, cuyo organigrama comunicó a Felipe VI en la mañana del lunes. El que se estrena es, en palabras del presidente, “un gobierno solvente y sólido”, de “marcado acento feminista” que prioriza “el diálogo y la negociación en una legislatura que va a ser clave para la cohesión social y territorial de España”. De ahí que los nuevos perfiles sean más políticos que técnicos, ya que la legislatura que arranca tiene una mayoría compleja y la oposición que se espera será de alto voltaje con un PP que aún no ha digerido el resultado del 23J, que se ha echado a la calle para protestar por la ley de amnistía y que además acumula el poder institucional en 11 de las 17 Comunidades Autónomas.

Sánchez, que ha configurado el equipo, no ha entrado en la elección de los ministros de Sumar, donde Yolanda Díaz ha tenido manos libres para designar a los titulares de los cinco asientos que ocupan en el Consejo, los mismos que ya tenía a pesar de contar esta legislatura menos diputados de los que sumó Unidas Podemos. Los de Díaz pierden, como estaba previsto, la cartera de Igualdad, pero mantienen además de la vicepresidencia segunda, Trabajo y Economía Social, Cultura (sin Deportes), Sanidad, Derechos Sociales y un ministerio de nuevo cuño para Juventud e Infancia.

Podemos queda fuera del reparto y ya ha empezado una campaña de acoso y derribo contra Díaz y Sánchez, que podría ir a más y que mantiene en guardia a los socialistas. Con todo, desde el partido de Sánchez creen que los perfiles elegidos en esta ocasión por su socio de coalición (Mónica García, Ernest Urtasun, Pablo Bustinduy y Sira Rego), son “más serios, más profesionales y con mayor sentido de la institucionalidad de lo que eran Belarra y Montero”. Se verá. En materia de gobierno, todo es susceptible de sospecha aunque sea para mejorar. Habrá que esperar a los 100 días de gracia.

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